


No es lo mismo decir que una persona es tonta o zonza que decir que es un pelotudo
Roberto Fontanarrosa
Los detractores lo critican por su vocabulario de franqueza extrema, su forma de ser y su verborragia que muchas veces le jugó algunas malas pasadas.
Aún se recuerda en Córdoba cuando jocosamente le dijo "Bolivianos" a los hinchas de Belgrano mientras le hacían un reportaje. "Belgrano para mi es “el mejor equipo de Bolivia”. Frente a esta declaración, el cronista le pregunto si eso “no significaba un agravio para los votantes hinchas de Belgrano” a lo cual respondió que “era imposible porque votaban en La Paz”, esas declaraciones merecieron un reclamo diplomático del país del altiplano. Un tiempo después el escándalo fue con Ecuador, cuando dijo : "van a decir que soy un mugriento y agarré hábitos ecuatorianos". Pocos días después dejó la embajada y su cargo de embajador durante el gobierno de Mauricio Macri.
Los Argentinos a lo largo de nuestra historia política siempre tuvimos dirigentes que cuidaron las formas y los modos como un valor fundamental. Así nos va.Pareciera que para algunos valen más las apariencias que las conductas.
Por suerte los tiempos están cambiando y el pensamiento de la gente común, el ciudadano de a pie, es mucho más amplio y pragmático que el de los "pacatos" que creen que con el saco, la corbata y el título de "doctor" alcanza para ganar una elección.
La gente quiere que lo represente un par, una persona como ellos y que actúe y hable como ellos, que no finjan por las circunstancias.
En cualquier reunión familiar el "boludo, pelotudo o culiado" es moneda común. Nos preguntamos el por qué un político tendría que hablar diferente siendo que debería ser una persona común, como cualquiera de nostros, solo que con responsabilidades conferidas.
Es hora de darle importancia a las cosas relevantes, y las cosas relevantes que hoy reclamamos los Argentinos es principalmente la honradez. Estamos cansados de la corrupción estructural que desde hace muchos años corrompe los cimientos del Estado y tanto daño nos hace.
Luis Juez, de quien los lectores ya saben que estamos hablando, es así, frontal, temperamental, verborrágico, extremadamente franco, pero por sobre todas las cosas un tipo honesto que supo sortear las denuncias de quienes no comprendieron ni comprenden como es posible hacer política desde la ética y la conducta, sin claudicar ante las presiones de los corruptos poderosos.
Esa ética y conducta es lo que llevó a que hoy viva una "luna de miel" con el electorado cordobés y sea el dirigente con mayor imagen positiva e intención de voto.
Por ello resulta inentendible la actitud del partido al que Juez representa de ir a una interna desgastante y funcional al kirchnerismo. Juez es consciente de lo que una interna representa y por ello su encono y dezason de días pasados cuando reclamó la posición de Negri y quienes impidieron una boleta de consenso en el rubro senador nacional.
"Voy a tener que discutir 40 días con amigos y todos sabemos a donde nos pueden llevar esas discusiones inútiles", dijo Luis Juez con la vehemencia que todos le conocemos.
Pareciera que hay quienes aún no comprendieron la importancia de estos comicios y la necesidad imperiosa de no perder una sola banca opositora y ganar todas las que se puedan. Alfonsín decía que teníamos una democracia "renga", hoy seguramente diría que la misma está en peligro.
Juez se comprometió a ponerle un freno a la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner, "un Juez para Cristina" es su slogan de campaña y seguramente es la vara que le pone a sus circunstanciales rivales políticos en las PASO que vienen.
La próxima contienda electoral seguramente marcará un antes y un después, las instituciones de la Nación, la República y la Democracia misma necesitan de dirigentes que no tengan compromisos y puedan decir lo que piensan sin medias tintas, con puteadas o sin puteadas, pero siempre con la verdad y defendiendo los intereses de la gente.
A nadie le interesa si la defensa de las instituciones se hace diciendo "pelotudo" o "culiado" , al fin y al cabo lo que se busca es ponerle un freno a la corrupción y no permitir que terminemos siendo Venezuela, eso se logra con ética, conducta y honradez y no siendo un "señorito inglés" que habla bien pero actúa mal.
Hay que terminar con la hipocresía, se puede ser honesto y hablar el idioma de la gente común, al fin y al cabo lo que se busca es ponerle un freno a los corruptos culiados que desde hace tanto tiempo se cagan en la gente y nos toman de pelotudos creyéndose los dueños de la vida y el destino de los Argentinos.





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