Tensión en pausa: el Congreso vacío y la batalla por el poder en la interna libertaria

POLÍTICA Agencia de Noticias del Interior
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  • El Congreso está paralizado hasta después de las elecciones del 26 de octubre.
  • Crece la desconfianza entre Karina Milei y Santiago Caputo, ejes del poder presidencial.
  • Una reunión con Barry Bennet y dirigentes opositores generó nuevas tensiones internas.
  • Caputo impulsa a Cristian Ritondo para reemplazar a Martín Menem en la presidencia de Diputados.
  • Desde el entorno de Milei defienden la continuidad de Menem y mencionan a Diego Santilli como posible alternativa.
  • La disputa por la Cámara baja anticipa una fuerte puja política dentro del oficialismo tras los comicios.

El Congreso de la Nación atraviesa un paréntesis legislativo hasta después de las elecciones de medio término del 26 de octubre. Sin embargo, el silencio en los recintos no refleja quietud política: los pasillos del Palacio Legislativo y de la Casa Rosada hierven de reuniones reservadas, maniobras cruzadas y una creciente disputa interna dentro del oficialismo libertario.

La relación entre dos figuras clave del poder —Karina Milei y Santiago Caputo— se ha deteriorado visiblemente. Ambos fueron pilares del armado político y comunicacional que llevó a Javier Milei a la presidencia, pero las tensiones tras el tropiezo electoral en la provincia de Buenos Aires y la puja por el control de áreas sensibles del Estado —las llamadas “cajas”— quebraron el equilibrio del “triángulo de hierro” que sostenía la toma de decisiones.

En este clima de recelos, trascendió una reunión “secreta” que expuso las diferencias. Participaron Santiago Caputo y Barry Bennet —exasesor de Donald Trump— junto a tres referentes de la oposición parlamentaria: Rodrigo De Loredo, Cristian Ritondo y Miguel Ángel Pichetto. Aunque Caputo intentó adjudicarse la organización del encuentro como un gesto de apertura política, varias fuentes indicaron que el verdadero convocante fue la embajada de Estados Unidos.

Durante la cumbre, Bennet habría sondeado el clima político argentino. Pichetto, molesto por la falta de aviso sobre la presencia de De Loredo y Ritondo, no ocultó su descontento y aprovechó para señalar “todos los errores del oficialismo en el Congreso”, antes de retirarse del lugar. Las conversaciones continuaron, y en ellas emergió un nombre que no pasa desapercibido: Cristian Ritondo.

El diputado del PRO, cercano a Caputo y con buena relación con la embajada norteamericana, vuelve a sonar como candidato a presidir la Cámara de Diputados. “Representa la amplitud a otros espacios, como pide Estados Unidos, y además Caputo le apunta directo a uno de los Menem”, confió una fuente oficial. El comentario alude al actual titular de la Cámara, Martín Menem, protegido político de Karina y Javier Milei.

Desde el entorno del riojano responden con firmeza: “Nosotros no recibimos ningún comentario que no sea la continuidad. Creemos que la palabra que vale es la del Presidente y la de Karina”. Sin embargo, en los bloques opositores y en varios despachos de gobernadores se multiplican las señales de descontento hacia Menem, cuestionado por su falta de gestión política y su estilo confrontativo.

La definición sobre la presidencia de la Cámara dependerá de un delicado entramado de votos. El peronismo, hasta ahora, ha optado por la abstención para evitar acusaciones de “golpismo”, mientras que los mandatarios provinciales aparecen como árbitros decisivos. En el oficialismo, en tanto, se barajan dos escenarios: uno en el que Caputo logra imponer su candidato —Ritondo— y otro en el que, sin ceder el control, Karina Milei logra neutralizarlo con una jugada alternativa.

En este último caso, aparece un nombre de peso: Diego Santilli. Primero en la lista bonaerense de La Libertad Avanza, pero con ADN del PRO, Santilli combina dos atributos valorados en la mesa chica presidencial: es cercano a Karina y podría encarnar la “amplitud política” que Caputo busca mostrar ante Washington. “Si recorta la diferencia en Buenos Aires, no va a entrar al Congreso como un diputado más”, adelantó un dirigente libertario.

Una vez conocidos los resultados electorales, la disputa se hará explícita. Con el Congreso reabierto y las nuevas bancadas en funciones, la pelea por la presidencia de Diputados podría convertirse en la primera gran batalla institucional de la segunda mitad del año.

Entre tanto, desde el bloque libertario ya lanzaron su advertencia: entregar la presidencia de la Cámara a un dirigente ajeno a La Libertad Avanza sería, según su visión, un “golpe institucional”. Sin embargo, pocos dudan de que tanto Ritondo —arquitecto de varias victorias legislativas del oficialismo— como Santilli —candidato bajo los colores libertarios— representarían, de hecho, una continuidad del esquema de poder mileísta, aunque con un reparto distinto de los resortes internos.

El Congreso, aunque en pausa, es hoy el espejo más fiel de las tensiones dentro del Gobierno: un espacio donde la calma es apenas una forma más de la guerra.

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