Un giro fiscal decisivo: ARCA y ARBA aceleran la digitalización tributaria

ECONOMÍA Agencia de Noticias del Interior
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  • Desde el 1º de diciembre entran en vigencia tres cambios fiscales clave impulsados por ARCA y ARBA, orientados a simplificar y digitalizar procesos.
  • ARCA hará obligatorio el sistema IVA Simple y eliminará las facturas M, reemplazándolas por nuevas modalidades de factura A con mayores controles.
  • El IVA Simple centralizará toda la información en el formulario F. 2051, reduciendo un 75% los formularios y automatizando la carga de datos.
  • El sistema funcionará con registración automática y determinación final del impuesto, requiriendo Clave Fiscal nivel 3 o superior.
  • ARBA digitalizará por completo los comprobantes de retención, eliminando el papel y obligando a transmitir la información en su aplicativo oficial.
  • Los cambios muestran un avance hacia un esquema tributario más digital y controlado, con desafíos operativos tanto para el Estado como para las empresas.

A partir del próximo 1º de diciembre comenzará una etapa clave en el sistema fiscal argentino, con cambios que impactarán tanto en la dinámica de las empresas como en el trabajo cotidiano de contadores y agentes de recaudación. La fecha marca la entrada en vigencia de tres modificaciones relevantes que apuntan a simplificar procesos, reforzar controles y avanzar en la digitalización tributaria. Los ajustes provienen de dos organismos centrales: la Agencia de Recaudación y Control Aduanero (ARCA) y la Agencia de Recaudación de la provincia de Buenos Aires (ARBA).

Del lado de ARCA, el nuevo sistema IVA Simple pasará a ser obligatorio para todos los responsables inscriptos, mientras que las históricas facturas M quedarán eliminadas para dar paso a nuevas modalidades de facturación con mayores verificaciones de seguridad. En paralelo, ARBA dejará definitivamente atrás los comprobantes de retenciones en papel, que serán reemplazados por un procedimiento 100% digital.

El cambio más profundo es, sin dudas, el nuevo esquema de IVA Simple. Se trata de una herramienta que ARCA viene testeando desde mediados de año, cuando su uso fue optativo durante un período de transición. A partir del período fiscal noviembre 2025 —presentación que se realiza en diciembre— el sistema será obligatorio para todos los contribuyentes inscriptos en el impuesto al valor agregado. Los exentos continuarán operando con el Libro IVA Digital.

El objetivo oficial es claro: simplificar. Y el método elegido es reducir formularios, automatizar procesos y centralizar la información en una única declaración mensual. El formulario F. 2051 será ahora el corazón del sistema. Reemplazará al F. 731, F. 810, F. 2002 y F. 2082, e incluso integrará las funciones del Libro IVA Digital. Según el organismo, esto permitirá reducir en un 75% la cantidad de formularios utilizados y eliminar la carga manual de datos, uno de los puntos más problemáticos del esquema tradicional.

El funcionamiento del IVA Simple se articula en dos módulos. El primero es la registración automática de operaciones, donde se cargan los comprobantes emitidos y recibidos. La intervención del contribuyente queda limitada a validar o ajustar la información precargada. El segundo módulo corresponde a la determinación final del impuesto, que integrará saldos a favor, percepciones, retenciones y pagos a cuenta registrados en los sistemas SIRE y SICORE. Para operar será necesario contar con Clave Fiscal con nivel de seguridad 3 o superior.

En paralelo, ARCA confirmó que desde diciembre de 2025 quedará sin efecto la factura M, una herramienta históricamente utilizada para identificar a los contribuyentes con inconsistencias fiscales. La medida forma parte de un proceso de depuración que busca modernizar los controles y evitar el uso de facturación apócrifa, en particular la vinculada a créditos de IVA irregulares.

La eliminación de la M dará paso a dos nuevas versiones de la factura A. La primera, con la leyenda “Operación sujeta a retención”, se aplicará en los casos en los que el contribuyente no supere los controles fiscales. Allí se aplicarán retenciones del 100% del IVA y del 6% de Ganancias. La segunda modalidad será la factura A con la leyenda “Pago en CBU informada”, que operará para contribuyentes que cumplan con los parámetros de riesgo y realicen sus cobros únicamente a través de la cuenta bancaria declarada.

En el ámbito bonaerense, ARBA avanza en un cambio que moderniza una de las áreas más rezagadas de su administración: los comprobantes de retención. A partir del 1° de diciembre, el procedimiento será completamente digital a través del aplicativo “Emisión Comprobante de Retención”. Los agentes deberán transmitir la información antes de las 18 del día de vencimiento correspondiente. Esto implica un salto operativo significativo: menos burocracia, constancias inmediatas y un sistema más controlado. Sin embargo, también exigirá adaptaciones internas y personal formado en el uso de la herramienta.

Los tres cambios muestran una misma dirección: el sistema fiscal argentino avanza hacia una estructura más digital, más automatizada y con mayor nivel de control cruzado. El desafío será su implementación. No solo para el Estado, que deberá sostener plataformas robustas y evitar errores de procesamiento, sino también para las empresas, que deberán reorganizar procedimientos internos y ajustar calendarios para cumplir con las nuevas exigencias.

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