Noviembre bajo presión: señales de aceleración inflacionaria pese al optimismo oficial

ECONOMÍA Agencia de Noticias del Interior
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  • Octubre cerró con una inflación del 2,3%, consolidando 18 meses de baja interanual.
  • Consultoras privadas detectaron subas fuertes en alimentos durante las primeras semanas de noviembre.
  • LCG registró un salto del 1,8% en alimentos en la segunda semana, el más alto en 14 semanas.
  • Eco Go, Ferreres y EconViews proyectan una inflación mensual entre 2,3% y 2,7%.
  • El REM del Banco Central anticipa un 1,9%, aunque sin contemplar los aumentos recientes.
  • Noviembre podría convertirse en uno de los meses más altos del año si no se desacelera el ritmo inflacionario.

El Gobierno nacional celebró recientemente el décimo octavo mes consecutivo de desaceleración en la inflación interanual, un logro que la administración considera clave en su narrativa económica. Sin embargo, mientras los indicadores de largo plazo muestran una tendencia positiva, las mediciones privadas comienzan a advertir un escenario más desafiante para noviembre. Aunque el mes aún no ha concluido, diversos análisis apuntan a una aceleración del ritmo de suba de precios, en contraste con el optimismo expresado por el Ejecutivo.

El Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (Indec) informó esta semana que el Índice de Precios al Consumidor (IPC) de octubre registró un aumento del 2,3% respecto de septiembre, resultado que consolidó la tendencia descendente en términos interanuales. Pero las consultoras anticipan que noviembre podría ubicarse por encima de ese registro. Una de las señales proviene del comportamiento del rubro de alimentos y bebidas, el de mayor incidencia en la canasta de consumo.

El último informe de la consultora LCG muestra un arranque de mes más agitado que lo observado en semanas previas. En la primera semana de noviembre, los precios de los alimentos crecieron apenas un 0,4%, pero en la segunda se produjo un salto del 1,8%, el valor más alto en 14 semanas. Esta variación marca un quiebre respecto de la estabilidad reciente y deja entrever una posible aceleración mensual.

Dentro del rubro, dos categorías mostraron incrementos muy por encima de la media. Las carnes encabezaron la suba con un fuerte 3,7%, seguidas por las verduras (1,9%) y las frutas (1,7%). Para una economía en la que los alimentos suelen funcionar como un termómetro inmediato del bolsillo, estos aumentos generan preocupación adicional. Con estos datos, LCG estimó que la inflación de las últimas cuatro semanas alcanzó el 3%, mientras que en lo que va de noviembre el alza acumulada se ubica en 2,1%. Si la dinámica se mantiene, el mes podría cerrar con un registro superior al de octubre.

Otras consultoras privadas coinciden en ese diagnóstico. Eco Go proyecta una inflación cercana al 2,5% para noviembre, impulsada principalmente por el comportamiento de los alimentos, que ya mostraron en la primera parte del mes aumentos superiores al 1% semanal. La consultora advierte que, de persistir esta tendencia, el registro mensual superará con creces el de octubre.

Orlando J. Ferreres & Asociados, por su parte, registró en su medición de alta frecuencia una suba cercana al 1,5% durante la primera semana del mes, lo que eleva el piso de las estimaciones. Con esta señal temprana, la consultora evalúa que noviembre podría situarse entre los meses de mayor inflación de 2024. Un panorama similar detectó EconViews, dirigida por Miguel Kiguel, que proyecta una variación mensual entre 2,3% y 2,7%, en línea con la mayoría de los análisis privados.

En conjunto, estos relevamientos plantean un escenario exigente para el anteúltimo mes del año. Si no se produce una caída significativa en la velocidad de aumento en las semanas restantes, noviembre podría ubicarse entre los registros más elevados del año y sumar tensión a la inflación acumulada que se conocerá en diciembre.

Un contrapunto más optimista

No obstante, no todas las proyecciones comparten esta mirada. El último Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM), elaborado por el Banco Central, ofrece un panorama más moderado. Según el informe, los analistas del mercado consultados esperan un incremento del IPC del 1,9% para noviembre, cifra que, de concretarse, marcaría una nueva desaceleración y reforzaría la tendencia celebrada por el Gobierno.

Sin embargo, este dato debe ser interpretado con cautela. La encuesta fue realizada durante octubre, antes de que se observaran los aumentos captados por las consultoras privadas. Es decir, el REM no incorpora la aceleración registrada en alimentos y bebidas durante las primeras semanas de noviembre, factor que podría alterar las previsiones en mediciones futuras.

Mientras el Gobierno sostiene su discurso de desaceleración inflacionaria, las señales de corto plazo muestran un escenario más volátil. El cierre del mes será clave para determinar si noviembre confirma la tendencia oficial o si, por el contrario, vuelve a encender las alarmas en materia de precios.

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