El mercado entre el escepticismo y la oportunidad: señales mixtas en la antesala electoral

ECONOMÍA Agencia de Noticias del Interior
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  • El dólar MEP subió 32,9% anual, apenas por encima de la inflación.
  • Los depósitos y préstamos en dólares alcanzan niveles récord.
  • YPF mantiene su valor real frente a inflación y devaluación.
  • El Tesoro registra un superávit fiscal de $2,3 billones.
  • Se espera un acuerdo con EE.UU. por u$s40.000 millones para fortalecer reservas.
  • Analistas prevén calma cambiaria y recuperación de activos tras las elecciones.

El clima económico argentino, a menos de una semana antes de las elecciones, combina una paradoja que ya parece estructural: mientras algunos analistas ven nubarrones en el horizonte, otros encuentran en el presente señales de sol. El mercado, desconcertado pero atento, navega entre interpretaciones dispares sobre un panorama que, en números duros, muestra cierta estabilidad —una rareza en tiempos preelectorales—.

El dólar MEP cerró este viernes en $1.541,49, acumulando una suba del 32,9% interanual, apenas por encima de una inflación anual del 31,8%. En términos relativos, el avance no representa un salto disruptivo. El bono AL35, referencia del tramo medio de la curva soberana, cotiza en u$s54,0, apenas un dólar por debajo de su valor hace un año, aunque en ese período pagó dos rentas por un total de u$s2,06, lo que arroja una rentabilidad del 5,3% anual. En otras palabras, los papeles argentinos no se desploman, sino que resisten.

Depósitos récord y calma bancaria

En los bancos, el panorama es inusualmente robusto. Los depósitos en dólares alcanzan u$s37.375 millones, con una suba del 14,8% en un año, mientras que los préstamos en moneda extranjera suman u$s18.254 millones, un incremento del 134,9% interanual. Ambas cifras marcan récords históricos y reflejan, más allá de la volatilidad cambiaria, una confianza creciente en el sistema financiero.

“El mercado no ve riesgo bancario, sino oportunidad crediticia”, resume un operador del sector, destacando la solidez de las entidades y la ausencia de movimientos de retiro masivo.

YPF y el espejo de la economía real

El comportamiento de YPF funciona como termómetro. Sus acciones cerraron en $40.120, con una suba anual del 35,4%, un rendimiento que empata a la inflación y a la evolución del dólar paralelo. Sin destrucción de valor, la petrolera estatal muestra firmeza y da señales de que, al menos en el frente corporativo, no hay expectativas de colapso inmediato.

Superávit fiscal y deuda en descenso

En paralelo, la Tesorería Nacional exhibe un superávit de $2,3 billones, equivalente a u$s2.158 millones. Este resultado implica que los intereses de la deuda se pagan sin necesidad de emitir nuevo pasivo, lo que se traduce en una reducción neta del stock de deuda pública.
Un dato que, en otro contexto, sería celebrado sin matices, pero que en Argentina convive con una dinámica psicológica particular: cada avance macroeconómico parece ser recibido con un gesto de desconfianza.

“Es insólito —señala un economista—: tenemos superávit, el Banco Central recompone reservas, y aún así el mercado se dolariza antes de votar. Es el reflejo de nuestra memoria inflacionaria”.

Esa conducta de cobertura anticipada genera, a su vez, presión sobre el tipo de cambio, alimentando un círculo donde el temor termina justificando su propia existencia.

Lo que viene tras las urnas

Pese a las tensiones cambiarias, el Gobierno espera un horizonte más despejado. Se prevé la firma de un acuerdo con Estados Unidos que incluiría un swap por u$s20.000 millones y un crédito adicional por igual monto destinado a fortalecer las reservas del Banco Central. Según fuentes oficiales, la operación no implicaría nuevo endeudamiento neto, ya que los fondos servirían para reperfilar obligaciones existentes.

De concretarse, las reservas internacionales podrían ubicarse cerca de u$s80.000 millones, cubriendo el 80% de la base monetaria y los depósitos bancarios. El Ejecutivo estima, además, que el PBI crecerá 4,5% este año y que el consenso del mercado proyecta un 3% para 2026, con una inflación descendente al 20% anual.

En ese marco, el tipo de cambio se movería dentro de bandas de intervención que hoy oscilan entre $941 y $1.486, y que hacia el año próximo se ampliarán a $835–$1.675, dando al dólar una mayor libertad de flotación sin perder control macroeconómico.

El veredicto del mercado

Nada parece indicar un escenario de crisis inminente. La base monetaria más los depósitos bancarios suma u$s100.000 millones, y la deuda en pesos del Estado, de u$s200.000 millones, está en gran parte concentrada dentro del propio sector público.

La lectura, entonces, es doble: el país mantiene fundamentos estables, pero sigue atrapado en su propio reflejo de incertidumbre. Si el acuerdo internacional se concreta y la disciplina fiscal se sostiene, los analistas más optimistas anticipan una baja del dólar y una revalorización de los activos locales.

En otras palabras, el mercado argentino sigue siendo lo que siempre fue: una mezcla de miedo, memoria y oportunidad.

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