El agro reclama previsibilidad y reducción de retenciones: “Argentina puede crecer un 74% en exportaciones”

ECONOMÍA Agencia de Noticias del Interior
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  • Los principales CEOs del agro reclamaron previsibilidad, seguridad jurídica y baja de retenciones.
  • Pidieron una reforma impositiva y mejoras en infraestructura y conectividad.
  • Syngenta advirtió que Argentina puede aumentar un 74% sus exportaciones agroindustriales.
  • Corteva denunció trabas regulatorias que frenan la innovación en soja.
  • Bayer destacó el modelo chileno como ejemplo de políticas sostenidas.
  • El sector insiste en que reducir retenciones generaría más inversión y crecimiento productivo.

Los principales ejecutivos de la cadena agroindustrial argentina coincidieron en la necesidad de avanzar hacia una baja gradual de las retenciones, mejorar la infraestructura y promover políticas de largo plazo que den previsibilidad al sector. Durante un encuentro en el marco del Coloquio de IDEA, los referentes empresariales destacaron que el país cuenta con un enorme potencial de expansión en materia de producción y exportaciones, pero advirtieron que ese crecimiento requiere estabilidad normativa, seguridad jurídica y una inserción más activa en los mercados internacionales.

El desayuno de debate reunió a figuras de Adecoagro, BASF, Bayer, Corteva, Syngenta, Grupo Benetton, Lartirigoyen, Milicic, Nuseed, CN Grupo y Tempra, entre otras compañías. Desde allí, los empresarios plantearon una agenda común: menos impuestos, más infraestructura, mayor conectividad y un marco regulatorio que incentive la innovación tecnológica.

Ignacio Lartirigoyen, titular del grupo homónimo, fue uno de los más enfáticos. “El campo es un sector fundamental, pero necesitamos previsibilidad y seguridad jurídica para producir y planificar a largo plazo”, sostuvo. También subrayó la importancia de reducir los costos logísticos y mejorar la conectividad digital, destacando el uso de tecnologías como Starlink para acercar internet satelital a zonas rurales.

En relación con las retenciones, Lartirigoyen insistió en la necesidad de un plan sistemático y progresivo de reducción, acompañado de una reforma impositiva integral. “El productor argentino ha demostrado resiliencia, pero no puede seguir cargando con un sistema tributario que castiga la inversión”, señaló.

Por su parte, Marcos Bradley, de Syngenta, centró su exposición en dos ejes: la incorporación de tecnología y la apertura comercial. “Latinoamérica es una región netamente exportadora de alimentos y tiene más potencial de crecimiento que América del Norte. En ese contexto, el Mercosur podría ser un motor de expansión, pero necesitamos mirar el ejemplo de Brasil”, sostuvo.

Bradley recordó que en 1985 Brasil producía la misma cantidad de granos que Argentina, y hoy supera ampliamente esas cifras. “Esa diferencia tiene una explicación: inversión sostenida en tecnología, genética y políticas estables. El agro tiene ciclos largos, por eso necesitamos previsibilidad y decisiones estratégicas a décadas, no a meses”, afirmó. Según estimaciones citadas por el ejecutivo, Argentina podría aumentar sus exportaciones en un 74%, equivalentes a unos USD 35.000 millones adicionales, si lograra cerrar brechas de productividad.

El tema de las brechas productivas también fue abordado por Juan Lariguet, de Corteva, quien destacó que el país tiene capacidad tecnológica para igualar rendimientos globales, especialmente en maíz. Sin embargo, advirtió que la regulación desactualizada frena los avances en soja. “Hace más de 40 años que trabajamos bajo un marco que limita la innovación. Brasil, que a comienzos de los 2000 producía menos soja por hectárea que nosotros, hoy tiene el doble de superficie y produce medio tonelada más en promedio”, detalló.

Lariguet reclamó un régimen claro de propiedad intelectual para estimular la inversión en investigación genética. “Desarrollar una nueva variedad de soja o una molécula lleva más de una década. Si no hay reglas estables, las empresas no invierten”, añadió.

En la misma línea, Juan Farinati, de Bayer, resaltó el caso chileno como ejemplo de éxito sostenido: “Chile tiene una industria exportadora de frutas de calidad impresionante, con las mismas condiciones climáticas que Argentina. La diferencia son 40 años de políticas claras que favorecieron la inversión en el agroexportador”.

La conclusión del encuentro fue unánime: el sector agropecuario necesita previsibilidad, reglas claras y una estrategia exportadora sostenida. Los empresarios coincidieron en que si el Estado hubiera reinvertido las retenciones en el desarrollo rural, “los pueblos del interior habrían crecido enormemente”.

El mensaje final, compartido por todos los presentes, apuntó a una meta común: “Si se reducen las retenciones y se eliminan los obstáculos burocráticos, el campo argentino puede escalar su producción y volver a ser motor del crecimiento nacional”.

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