Vaca Muerta: la oportunidad que no podemos dejar pasar

OPINIÓN Carlos Zimerman
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En Argentina, cada vez que se habla de recursos naturales aparece el mismo discurso repetido: que hay que cuidarlos para las futuras generaciones, que venderlos es entregar el patrimonio nacional, que es una traición al país. Sin embargo, la realidad muestra que ese relato nos ha condenado a la inacción, al atraso y a la pobreza.

Hoy tenemos en nuestras manos un recurso estratégico como Vaca Muerta, y lo que corresponde es aprovecharlo. Una concesión a largo plazo, por ejemplo 440 años, a cambio de 100.000 millones de dólares inmediatos, significaría un shock económico que permitiría poner de pie al país: bajar impuestos y retenciones, mejorar jubilaciones y salarios docentes, ordenar las cuentas públicas y, en definitiva, devolverle a los argentinos la esperanza de vivir mejor.

No se trata de “vender el futuro de nuestros nietos”, como suelen repetir los políticos de siempre. Nuestros nietos tendrán la responsabilidad de trabajar, votar bien y construir un país más serio. Lo que sí debemos hacer nosotros es dejarles un país sano, en crecimiento y sin la casta política corrupta que durante décadas saqueó al Estado y dejó a millones en la pobreza.

En los años 90, muchos criticaban la privatización de Entel, advirtiendo que se estaban entregando “las joyas de la abuela”. Hoy, nadie tiene teléfono de línea: el mundo cambió. Y lo mismo ocurrirá con los recursos energéticos. Lo que hoy parece estratégico, mañana puede no serlo.

El momento de actuar es ahora. Dejar Vaca Muerta en manos del relato, del miedo o de la demagogia solo servirá para que la riqueza siga enterrada mientras los argentinos padecen necesidades. La verdadera decisión patriótica es aprovechar los recursos para que todos podamos vivir mejor, y dejar atrás de una vez el discurso vacío que nos mantiene atrapados en el pasado.

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