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En plena segunda ola y con más restricciones, Guzmán tiene otras urgencias: necesita dólares para la deuda

ECONOMÍA 01/05/2021 Claudio Zlotnik*
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Martín Guzmán mantiene un perfil ultra bajo desde que volvió de su gira por Europa, en donde se entrevistó con funcionarios claves de los gobiernos de Alemania, Italia, Francia y España, además de ver al Papa y de hacer una última escala en Moscú. El ministro pasa largas horas encerrado en su despacho. De hecho, a la última reunión de gabinete económico, en la Casa de Gobierno, llegó con casi una hora de retraso.

Guzmán no lo va a decir en público, pero siente que ha ganado peso político en las últimas semanas. Tampoco lo dice en voz alta, pero entre su gente de íntima confianza admite que podría tener espacio para avanzar con el acuerdo con el Fondo Monetario.

El trato con el FMI forma parte de una de sus máximas prioridades, y de hecho en sus últimos contactos con inversores y analistas de Wall Street se mostró confiado en que ese acuerdo podría llegar antes de las elecciones. "Tengo tiempo", les dijo. En su momento, iProfesional publicó que Guzmán dio a entender que las negociaciones estaban muy avanzadas.

El último discurso en público de Cristina Kirchner, reclamando un trato a 20 años en vez del clásico de 10 años, que es el que venía negociando el ministro, puso paños fríos a las expectativas.

En el Palacio de Hacienda no quieren hablar de esa posibilidad -la de extender el plazo del acuerdo- porque los funcionarios entienden que un cambio de ese calibre excede las cuestiones técnicas y debería encararlo "la política".

De hecho, trascendió que Sergio Massa conversó sobre esa cuestión con Juan González, el asesor de Joe Biden, que estuvo de paso por Buenos Aires hace algunos días.

Hubo, de todas formas, un cambio rotundo desde el momento en que Cristina K. habló y ahora: pasaron 35 días en los cuales estalló la segunda ola de la pandemia, con contagios y fallecimientos en niveles récord. Y un sistema sanitario al borde del colapso.

La posición de Guzmán es conocida: cree que no hay margen para volver a cierres de actividades como el año pasado, básicamente, porque el Estado no tiene poderío para brindar las mismas ayudas que entonces. Ni fortaleza fiscal ni monetaria.

De hecho, el "mercado" tomó nota de las dificultades, y la cotización del dólar se recalentó.

En un contexto de pandemia más agresiva y con turbulencias económicas, el ministro piensa que puede acelerar las conversaciones con el Fondo Monetario. Se vienen vencimientos de la deuda claves y hay que tomar decisiones.

A fin de mayo están los u$s2.400 millones con el Club de París. El Gobierno tiene dos meses para "patear" automáticamente ese vencimiento antes de caer el default. Ese es el plazo que Guzmán piensa que tiene como límite para llegar a un acuerdo con Washington. Los europeos ya le avisaron al ministro que, sin un pacto con el FMI, no hay chances de postergar el vencimiento.

¿Se van a usar los DEG para pagar?

Tanto en la City porteña como en Wall Street circuló la versión de que el Gobierno podría utilizar los DEGs (Derechos Especiales de Giro) que el Fondo Monetario le transferirá a la Argentina por la capitalización del organismo. Unos u$s4.400 millones.

Guzmán no quiere usar ese dinero para cancelar vencimientos con el FMI. Ni con el Club de París. Pretende arribar a algún tipo de acuerdo antes. Incluso antes de las elecciones.

Los vencimientos con el Fondo caen en septiembre y en diciembre. Cada uno por alrededor de u$s1.800 millones.

En los último días, los senadores del Frente de Todos -comandados por Cristina Kirchner- dieron un indicio de lo que puede venir: emitieron un proyecto de declaración en el que le reclaman a Guzmán no usar esos DEGs que vengan del FMI para cancelar la deuda sino para enfrentar los gastos generados por la pandemia.

La declaración reclama "que los DEG se apliquen a se apliquen para financiar la puesta en marcha de políticas públicas tendientes a resolver los graves problemas de la sociedad argentina derivados de la pandemia de COVID 19, tales como salud, reducción de la pobreza, educación, vivienda, generación de trabajo, entre otros".

El reclamo público del bloque fue firmado por el jefe de bloque José Mayans, su segunda Anabel Fernández Sagasti, Oscar Parrilli, Carlos Caserio, María de los Ángeles Sacnun, Alfredo Luenzo, José Neder y Jorge Taiana.

El bloque de senadores que responden a CFK avanza en la cuestión y da sus argumentos: "Según declaraciones públicas de Geoffrey Okamoto, Vicedirector Ejecutivo del FMI, en la Reunión de Primavera de dicho organismo, esos fondos tendrán el objetivo de ser utilizados en temas de "salud y vacunación contra el COVID".

"Si esa será la condición, la Argentina no podría utilizar esos fondos para saldar vencimientos previstos para septiembre y diciembre de este año con el FMI. El número dos del Fondo Monetario aclaró que los DEG son para "adecuación de reservas, no para suplantar tramos de programas o préstamos del FMI que apoyan programas de reforma estructurales en los países"

Más adelante, en el cierre del proyecto de declaración, los senadores descartan la posibilidad que se utilicen esas divisas para cancelar deuda en dólares. Plantean directamente que: "A nuestro entender, esta decisión configuraría un grave error económico, social y político y no se cumpliría con el principal objetivo que dicen tener dichos fondos, ya que a través del pago de deuda el dinero volvería a los países ricos aumentando la desigualdad e inequidad".

Esta carta -que podría directamente adjudicarse, en términos políticos, a la propia vicepresidenta- desecha entonces la posibilidad de que las divisas que vengan del Fondo vayan a pagar los vencimientos con los organismos.

¿Y entonces? ¿Habrá default?

En el radar de Guzmán no existe la posibilidad de un default. "Ni siquiera hubiese encarado la gira a Estados Unidos, primero, y a Europa después", dice con toda lógica uno de sus colaboradores.

Lo dicho: el ministro quiere apurar el acuerdo pero reconoce que hay límites que la política definirá.

Algunas cuestiones que están sobre la mesa en las negociaciones: que el eventual acuerdo incluya una ayuda extraordinaria por la segunda ola.

Otra de las preguntas que sobrevuelan los despachos oficiales: ¿Hay posibilidad de que algunos países que no utilicen los DEGs que envíe el FMI se los presten a la Argentina para que, ahí sí, se enfrenten los vencimientos con ese dinero? Todavía no hay respuestas sobre esa alternativa.

Otra posibilidad que se mencionó en Washington refiere a que algunos países que no utilicen los DEG pongan a disposición ese capital en un fondo administrado por el FMI para dar liquidez a los países que necesiten dinero para afrontar la crisis sanitaria. Obviamente, la Argentina se encuentra en ese grupo.

¿Qué decisión tomará la Casa Rosada? Las próximas semanas son decisivas. Desde el Palacio de Hacienda miran hacia el edificio de enfrente, para que den la señal política definitiva.

 

 

* Para www.iprofesional.com

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