El radicalismo lame heridas, pasa facturas y observa al nuevo polo opositor Bornoroni-Juez

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El rotundo fracaso de la lista de la UCR el domingo pasado en Córdoba volvió a fracturar a un partido que, a esta altura, ya no se sabe en cuántas divisiones está fragmentado. Porque el magro 3% que sacó Ramón Mestre dejó sin representantes cordobeses de la fuerza en la Cámara baja, pero, además, impactó de lleno en un radicalismo que llegó roto a los comicios.

Y que a esa condición de fractura la arrastra desde el 2019 cuando el propio Mestre, en aquel momento con él como candidato a gobernador y Rodrigo de Loredo como aspirante a la intendencia fracasaron en una de las peores derrotas del radicalismo cordobés. En las que Mestre no llegó al 10% y De Loredo alcanzó poco más del 17% quedando tercero por detrás de Martín Llaryora y Luis Juez.

Ayer, desde las redes, el deloredismo apeló a una parte del recuerdo: la Legislativa del 2021 cuando el diputado alcanzó la banca en la contundente elección que llevó a Juez como candidato al Senado y al radical rumbo a la Cámara baja. En aquella ocasión, De Loredo obtuvo poco más de un millón de votos y superó también a quien iba en el tramo a la Cámara alta por más de 600. Cierto es que ese millón de sufragios comparado con el puñado de los 62.800 que sacó Mestre el domingo marca una diferencia notoria.

Sin embargo, es difícil que ambos puedan quedar bien parados en lo inmediato. Mestre, porque es el rostro de las dos peores elecciones de la historia del radicalismo en Córdoba desde el retorno de la democracia; De Loredo, porque en caso de no conseguir un paraguas nacional con un lugar en el Gabinete quedará enredado y sin liderar a una tropa que, cada vez, llega más a la oposición sin intermediarios. Sin padrinos.

Coletazos

Aun en la derrota catastrófica, Mestre intentará ir por la conducción del partido en la interna del año que viene. Mientras, en el deloredismo no todos están convencidos de que sea un negocio quedarse con el sello de la UCR. Salvo que, desde ese lugar, se intente un acuerdo con el peronismo provincial; lo que sin dudas manifiesta una jugada de riesgo, al margen de que no quiera decir que no se intentó. Y con distintos jugadores en el último tiempo.

Todos los radicales top hablan con el peronismo. Algunos con más necesidades, otros con la necesidad de acaparar el rol de interlocutores con el resto del partido y están aquellos que también piensan en acuerdos para el 2027. Fundamentalmente, con el Municipio como prenda de negociación.

En el medio de esto, el nuevo polo opositor que lideran Bornoroni-Juez (en ese orden) tiene línea directa con radicales que ya no pasan por terminales ni padrinazgos cordobeses. Dirigentes, legisladores y sobre todo intendentes hablan con los ganadores del domingo sin consultar con De Loredo. Y a la par del diputado hay otros radicales que exploran hasta acuerdos y vectores con la Nación a través del eje que integran Karina Milei y los Menem, a la postre los ganadores del armado electoral del domingo en casi todo el país y sin dudas en Córdoba. 

CON INFORMACION DE DIARIOALFIL.

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