El mercado reacomoda sus fichas tras el triunfo libertario

ECONOMÍA Agencia de Noticias del Interior
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  • El triunfo libertario derrumbó las expectativas de suba del dólar y calmó los mercados.
  • Orlando Ferreres recomienda abandonar el esquema de bandas y pasar a una “flotación sucia”.
  • El economista estima un tipo de cambio de equilibrio entre $1.600 y $1.700.
  • Advierte que la prioridad debe ser acumular reservas propias para ganar independencia.
  • Sostiene que la economía necesita más inversión privada, sobre todo de pymes.
  • Prevé que, con menor riesgo país, la Argentina podría volver al crédito internacional privado.

El contundente triunfo de La Libertad Avanza (LLA) en las elecciones legislativas produjo un cambio drástico en las expectativas del mercado financiero. Lo que hasta el viernes parecía un escenario de tensión cambiaria y suba del dólar, se transformó el lunes en una jornada de apreciación del peso y caída de las cotizaciones paralelas. Sin embargo, la calma no despeja todos los interrogantes: el principal debate entre economistas y operadores gira ahora en torno a si el Gobierno debe mantener el actual esquema de bandas cambiarias o avanzar hacia un nuevo régimen.

Entre quienes sostienen que el momento para una modificación es ahora se encuentra Orlando Ferreres, titular de la consultora OJF & Asociados, una de las voces más escuchadas en la city porteña. En diálogo con Ámbito Financiero, el economista advirtió que la falta de divisas “es uno de los puntos débiles del actual esquema económico” y consideró que el Gobierno debería priorizar la acumulación de reservas, algo que —según él— sólo puede lograrse con un tipo de cambio más alto. “No tiene sentido mantener el esquema de bandas; mejor sería una flotación sucia”, afirmó.

“El Gobierno tiene que aprovechar el momento”

Ferreres consideró que el resultado electoral le otorga al oficialismo margen político suficiente para encarar reformas de fondo. “El Gobierno consiguió un muy buen resultado en Buenos Aires, CABA y casi todas las provincias. Esto le da una mayor cantidad de diputados y senadores y la posibilidad de avanzar con cambios estructurales, como una reforma laboral o una reducción de impuestos distorsivos como Ingresos Brutos”, explicó.

Respecto del tipo de cambio, el economista fue tajante: “Al Gobierno le convendría que quedara relativamente alto para poder comprar reservas. Hoy casi todo lo que tiene es del swap de China, del préstamo del Fondo o del Tesoro de Estados Unidos. Necesita reservas propias”. Según sus cálculos, el tipo de cambio de equilibrio estaría entre $1.600 y $1.700, aunque aclaró que el número podría variar dependiendo del nivel de superávit fiscal.

Ferreres también alertó sobre los riesgos de una apreciación excesiva: “Si baja demasiado el dólar, se impulsa el turismo emisivo y se agrandan los déficits de servicios. Hay que ser realistas para fortalecer reservas y mejorar la competitividad externa”.

El fin de las bandas y la idea de una “flotación sucia”

El economista cree que el sistema de bandas, vigente desde hace meses, ya cumplió su función estabilizadora. “Ahora vendría un momento para dejar que suba un poco y así equilibrar la balanza de pagos, la cuenta corriente y el balance de turistas”, explicó. Para él, lo ideal sería una flotación administrada por el Banco Central, con un dólar “un poco más alto” que permita recomponer reservas sin perder control sobre los precios.

“Evidentemente ya no tiene sentido hablar de la banda inferior, cuando el dólar está por debajo de los $940. Me parece que el momento para cambiar de régimen es ahora. Una flotación sucia, con intervención del Banco Central, sería lo más prudente”, opinó.

Reservas, inversiones y señales al exterior

En otro tramo del diálogo, Ferreres analizó la situación del sector real. A su juicio, la economía argentina arrastra un “nuevo proceso recesivo” que sólo podrá revertirse con una reactivación de la inversión privada, especialmente de pequeñas y medianas empresas. “El RIGI ayuda, pero la clave está en que la inversión sea atractiva para todos. Eso ocuparía más gente, bajaría la pobreza y aumentaría la productividad y el salario real”, sostuvo.

El economista añadió que una baja en las tasas internacionales podría mejorar el panorama financiero y permitir una caída del riesgo país hacia los 500 puntos básicos, lo que habilitaría el regreso al crédito privado internacional. “Hasta ahora, los fondos vienen del FMI, el BID o el Tesoro de Estados Unidos. Si baja el riesgo país, podrían volver los bancos privados. Eso sería un cambio de era”, estimó.

Con el viento político a favor, la atención del mercado estará puesta en la estrategia del ministro de Economía, Luis Caputo, y en la reacción del Banco Central. El oficialismo sabe que el éxito de su programa económico dependerá no solo del apoyo legislativo, sino también de su capacidad para sostener la estabilidad cambiaria sin sacrificar competitividad.

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