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Luis Juez y Rodrigo de Loredo prolongan una vigilia exasperante

POLÍTICA 19/01/2023 Agencia de Noticias del Interior Agencia de Noticias del Interior
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Los nuestros no nos llaman ni para putearnos”. Descarnada, la confesión le pertenece a uno de los intendentes más importantes de la UCR. Y expone una realidad que se repite en buena parte del mapa provincial. El partido, la columna vertebral y territorial de Juntos por el Cambio, está en modo pausa, dominado por indefiniciones políticas y electorales que actúan como un verdadero freno de mano en el inicio del año electoral.

El origen del parate es uno solo: la irresuelta postulación provincial. Por acción, por omisión y también por el temor de que un cable mal conectado haga volar todo por los aires, Luis Juez y Rodrigo de Loredo prolongan una vigilia que para quienes buscan resolver las realidades locales se convierte en exasperante.

“Está todo trabado. En el interior quieren certezas. Saber con quién hay que hablar y negociar. Para un radical, no es lo mismo que la decisión la tenga Rodrigo o que la tenga Juez; son juegos distintos”, plantea por estas horas otro boina blanca con aceitados contactos con la dirigencia del interior.

El fraccionamiento del partido es parte del ADN radical. Nada nuevo allí. Sí lo es, en cambio, el efecto que tiene entre los radicales la inclusión de Juez como socio dentro de Juntos por el Cambio y potencial máximo candidato de esa estructura. Si bien ese proceso ya pasó por un primer tamiz que significaron los comicios legislativos de 2021, ahora que lo que está en juego es otra cosa aparecen algunos lógicos cabos sueltos.

TRES GRUPOS
Esa nueva realidad muestra un partido que está dividido en al menos tres grupos bastantes visibles. 1) No todos apoyan que Juez sea el candidato a gobernador. 2) No todos están dispuestos a que De Loredo los lidere, lo que conllevaría para algunos la jubilación, en caso de un triunfo del diputado de Evolución. 3) Otro grupo –los menos por ahora– que, como no quiere o no tiene un acuerdo ni con Juez ni con De Loredo, cree que abrevar en las aguas del peronismo es una opción viable en medio de la incertidumbre reinante.

Este último espacio, minoritario aún, alimenta el componente novedoso del discurso que Martín Llaryora pronunció en su lanzamiento de noviembre pasado. Ampliar lo que todavía se sigue llamando Hacemos por Córdoba –y que algunos ya deslizan que podría rebautizarse como Unidos por Córdoba– significa para el candidato a gobernador del oficialismo lisa y llanamente sumar a dirigentes de la Unión Cívica Radical. También algunos del PRO, pero los apuntados principales son los radicales.

En eso invierte tiempo por estos días una parte de la estructura del peronismo. Hay tratativas abiertas que en la mayoría de los casos están en fase inicial. Se habla de febrero como mes límite para hacer el balance de lo conseguido. Ese mismo mes suena cada vez con más fuerza como el momento que elegirá Juan Schiaretti para anunciar la fecha de votación. Desde el anuncio hasta el momento de la votación, deben mediar sí o sí 90 días.

En el llaryorismo aseguran que en breve comenzarán a hablar en público de un esquema político semejante al de una coalición. “Es algo novedoso. El objetivo no es el de pescar elementos sueltos; lo que queremos es que haya intendentes y dirigentes de la UCR que se integren a un proyecto de gobierno”, resaltan en el entorno del intendente. ¿Ministerios, la vicegobernación, secretarías, cargos en agencias?

El acuerdo, aclaran en el Palacio 6 de Julio, es “sólo provincial”. “Si quieren apoyar a Larreta, a Macri o a Morales, no nos molesta”, resaltan.

Esa estructura en construcción se planea edificar punteando departamento por departamento. En esas charlas y contactos telefónicos volvió a escena el tema de la re-reelección. Aunque Schiaretti no modificó su postura al respecto –sostiene la necesidad del acompañamiento de parte del radicalismo para desbloquear la “re-re”–, nadie descarta totalmente que el tema no vuelva a escena desde el 1° de febrero, con la reactivación de la Unicameral. Hubo contactos entre el bloque de Juntos por el Cambio y el de Juntos UCR por ese tema en medio de las vacaciones.

“HUMO”
En el radicalismo sostienen que detrás de la movida de Llaryora no hay nada concreto. “Es puro humo”, asegura una voz de peso en el partido. En esas huestes afirman que lo que busca el candidato del oficialismo es generar inquina y discordia para quebrar la sociedad Juez-De Loredo, amenaza concreta si el tándem termina en el cuarto oscuro en alguna de las formas posibles: gobernador y vice, o gobernador e intendente de la Capital, si las elecciones van juntas. De Loredo no termina de clausurar la opción municipal.

En la Casa Radical se apunta, además, que la única pieza díscola en la UCR es la intendenta de Juárez Celman, Miryan Prunotto. La acusan de haber negociado con el PJ una banca en la Legislatura, algo que la jefa municipal niega.

No obstante, el punto que más inquietud genera en la oposición provincial es la actitud que pueda adoptar Mauricio Macri, quien cada vez emite más señales de querer jugar su segundo tiempo presidencial. Crecen las voces que advierten que “cualquier cosa puede pasar en Córdoba” si el exjefe del Estado se queda con la postulación y vuelve a ser el dueño de la lapicera.

Fuente: La Voz, sobre una nota de Mariano Bergero

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