El regreso de los tickets canasta: los empresarios buscan reinstalar los “beneficios sociales” en la reforma laboral

ECONOMÍA Agencia de Noticias del Interior
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  • Los empresarios impulsan reintroducir los vales alimentarios como beneficios sociales no remunerativos.
  • Podrían cubrir hasta el 20% del salario, sin aportes ni contribuciones.
  • La propuesta busca incluir apps y Restaurant Cards como equivalentes modernos.
  • El fallo “Pérez Aníbal c/ Disco” de 2009 los declaró inconstitucionales por su carácter salarial.
  • Expertos advierten sobre la necesidad de una redacción legal precisa para evitar litigios.
  • El nuevo esquema apunta a equilibrar ahorro fiscal, incentivos sociales y flexibilidad laboral.

En el marco del debate sobre la reforma laboral incluida en el Pacto de Mayo, el sector empresario impulsa una iniciativa que podría reintroducir un esquema similar al de los históricos tickets canasta y luncheon tickets, con el objetivo de reducir cargas sociales y flexibilizar la composición de los salarios. La propuesta busca que los actuales Restaurant Cards y las apps de prepago para compras sean reconocidas como beneficios sociales no remunerativos, replicando un sistema que tuvo vigencia hasta su derogación en 2007.

La iniciativa, promovida por distintos sectores industriales y tributarios, plantea que estos beneficios —ahora bajo formatos digitales— puedan cubrir hasta un 20% del salario, como ocurría con los viejos vales alimentarios. Según explican los empresarios, la idea es “modernizar” el concepto, adaptándolo a los nuevos medios de pago y consumo, pero manteniendo su condición de no remunerativo, lo que implicaría que no se abonen aportes ni contribuciones sociales sobre ese porcentaje.

Una apuesta por la flexibilización de beneficios

De acuerdo con la propuesta, los beneficios sociales quedarían nuevamente amparados por el artículo 103 bis de la Ley de Contrato de Trabajo, que define las prestaciones de carácter no dinerario destinadas a mejorar la calidad de vida del trabajador. Entre los ítems que podrían ser incorporados figuran reintegros por medicina prepaga, gastos de guardería o cuidadores, provisión de dispositivos tecnológicos y acceso a internet, y cuotas de clubes o gimnasios.

“Se trata de reconocer prestaciones que tienen un fin social y no un carácter salarial”, explicó Daniel Pérez, miembro de la Comisión de Política Tributaria de la Unión Industrial Argentina (UIA). “Esto podría dar mayor dinamismo al salario y fomentar esquemas de compensación más modernos”, añadió.

En la misma línea, el laboralista Ignacio Funes de Rioja recordó que, durante la vigencia de los tickets, las empresas podían otorgar hasta un 20% del salario en vales alimentarios a los empleados bajo convenio, y un 10% en el caso del personal fuera de convenio, con contribuciones patronales reducidas del 14%. “Ese sistema funcionó bien durante años, siempre que se respetara el propósito social”, sostuvo.

El antecedente judicial que marcó un quiebre

Sin embargo, la historia de los vales alimentarios terminó abruptamente tras un fallo de la Corte Suprema de Justicia de la Nación. En 2009, el máximo tribunal declaró inconstitucional el carácter no salarial de los tickets en la causa “Pérez Aníbal c/ Disco”. La Corte argumentó que, al ser entregados mensualmente y representar una parte sustancial de la remuneración, debían considerarse salario encubierto, sujeto a aportes y contribuciones.

“El fallo marcó un antes y un después”, recordó el tributarista José Zabala, del estudio Adrogué, Marqués & Zabala. “El problema fue que los vales se desnaturalizaron: se usaban como parte fija del sueldo y hasta se canjeaban, perdiendo su esencia de beneficio social”, agregó.

Pese a ese antecedente, los empresarios insisten en que el nuevo contexto económico y tecnológico amerita revisar el enfoque. “Hoy las herramientas son otras: existen tarjetas inteligentes y apps de prepago que garantizan trazabilidad y transparencia en el uso de los fondos”, argumentó Martín Guala, del estudio Marval, O’Farrell & Mairal. Según su visión, estos mecanismos “refuerzan la caracterización como beneficios sociales y reducen los riesgos de distorsión”.

Un debate con final abierto

El retorno de los vales alimentarios como parte del salario, aunque sea en formato digital, divide opiniones entre los especialistas. Algunos ven en la medida una forma de aliviar la carga impositiva sobre las empresas y aumentar el ingreso disponible de los trabajadores; otros temen que implique una segmentación del salario y una pérdida de derechos laborales.

El tributarista Pablo Agüero advierte que una eventual nueva ley “debería estar redactada con precisión quirúrgica” para evitar conflictos con los fallos judiciales anteriores y con el Convenio 95 de la OIT, que define al salario en términos amplios, incluyendo todo pago que reciba el trabajador.

Pese a las cautelas legales, en el entorno empresarial confían en que la reforma, bajo el paraguas del Pacto de Mayo, permita revivir los beneficios sociales con un marco normativo más moderno y controlado. “Veo margen para que vuelvan esas figuras”, opinó Funes de Rioja, quien considera que “todo esquema que fomente la alimentación saludable, la educación o la calidad de vida del trabajador debería tener ventajas fiscales”.

Mientras el debate legislativo avanza, el regreso de los tickets canasta digitales se perfila como una de las propuestas más concretas de la nueva etapa de reformas laborales, con el desafío de equilibrar flexibilidad empresarial y protección al trabajador.

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