Reacomodamiento en la Casa Rosada: Milei alista cambios clave en Seguridad, Defensa y Comunicación

POLÍTICA Agencia de Noticias del Interior
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  • Bullrich y Petri dejarán sus cargos en Seguridad y Defensa en las próximas semanas.
  • Alejandra Monteoliva será la nueva ministra de Seguridad.
  • Milei rechazó fusionar Seguridad con Justicia, área dominada por Santiago Caputo.
  • Manuel Adorni dejará Comunicación, pero podría asumir un cargo mayor.
  • Javier Lanari será su reemplazante y su sucesor sería un periodista acreditado.
  • El Gobierno busca cerrar los cambios antes de negociar con los gobernadores.

El presidente Javier Milei atraviesa días de definiciones en la estructura del Poder Ejecutivo. Si bien aún no resolvió si habrá modificaciones en su núcleo más cercano, en la Casa Rosada ya dan por hecho que se producirán salidas clave en el Gabinete, encabezadas por los ministros Patricia Bullrich (Seguridad) y Luis Petri (Defensa). Ambos visitaron este jueves la sede presidencial para reunirse con el asesor Santiago Caputo, oficialmente por la situación en la frontera con Brasil, aunque en los pasillos se da por descontado que la charla sirvió para avanzar en sus reemplazos.

Según trascendió, el mandatario autorizó a ambos ministros a proponer los nombres de quienes ocuparán sus lugares. En el caso de Bullrich, la sucesión ya tiene rostro definido: la actual secretaria de Seguridad, Alejandra Monteoliva, será quien asuma el cargo una vez que la titular de la cartera deje su puesto para incorporarse al Senado por la Ciudad de Buenos Aires. “Se le pidió que fuera candidata y tenía todo el derecho de elegir a su sucesora”, comentó una fuente del oficialismo.

En el entorno de la dirigente confirman que “el equipo del Ministerio se va a mantener”, en línea con la decisión presidencial de preservar el perfil duro que caracterizó la gestión de Bullrich en materia de orden público y represión de piquetes. Milei considera que la política de seguridad, junto con la económica, constituye uno de los sellos más fuertes de su administración.

Por otra parte, el presidente descartó fusionar el Ministerio de Seguridad con el de Justicia, pese a las versiones que circularon en las últimas semanas. En esa área, la influencia de Caputo y su mano derecha, el secretario de Justicia Sebastián Amerio, continúa siendo determinante. En tanto, el ministro Mariano Cúneo Libarona seguirá por un tiempo más, aunque su salida se da por descontada.

Otro cambio confirmado es el del vocero presidencial Manuel Adorni, quien dejará la Secretaría de Comunicación y Medios. Aunque su alejamiento se explicó inicialmente por su elección como legislador porteño, fuentes cercanas a la Presidencia aseguran que su futuro podría estar más cerca de la Casa Rosada que de la Legislatura. Karina Milei lo quiere como pieza clave en la estructura ministerial, y su nombre suena para un cargo mayor, incluso como jefe de Gabinete. Su reemplazante en la Secretaría será el actual subsecretario de Prensa, Javier Lanari, y ya se habría definido el nombre de quien ocupará su lugar, aunque se mantiene en reserva: sería un periodista acreditado en la propia Sala de la Casa Rosada, en una curiosa vuelta de roles.

La gran incógnita es qué sucederá con el Ministerio de Defensa. Milei adelantó que el nuevo titular será definido junto a Petri, con quien mantiene un diálogo fluido. Sin embargo, las opciones se reducen. En el Edificio Libertador aseguran que el secretario de Estrategia y Asuntos Militares, Marcelo Rozas Garay, quedó fuera de carrera, mientras que siguen en consideración el jefe del Estado Mayor Conjunto, Xavier Isaac, y la jefa de Gabinete del Ministerio, Luciana Carrasco. Esta última, de hecho, participó de la Comisión de Presupuesto en Diputados, exponiendo sobre los planes de su área para el próximo año, lo que alimentó las especulaciones sobre su ascenso.

Fuentes de la Rosada admiten que el anuncio del nuevo ministro de Defensa podría tener implicancias políticas, pero que no se trata de un canje con aliados. Tras la reciente victoria electoral de La Libertad Avanza, Milei cuenta con margen para imponer nombres propios. Además, la cartera adquirió un papel estratégico a partir del alineamiento con Estados Unidos, lo que reduce las posibilidades de una designación con fines meramente políticos.

En la intimidad del Gabinete, crece la presión para que se aceleren las definiciones. “Es necesario ordenar la negociación política y coordinar la gestión. Jefatura terminó haciendo la política y no hubo Gabinete. Hay que ordenar lo que cada uno tiene que hacer”, señaló un ministro con peso propio. Las próximas semanas serán decisivas: Milei busca dar una señal de cohesión interna antes de abrir la mesa de negociación con los gobernadores por las reformas estructurales.

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