La inflación vuelve a inquietar a Milei en la recta final electoral

ECONOMÍA Agencia de Noticias del Interior
590668
  • El IPC de septiembre podría alcanzar el 3%, el nivel más alto en meses.
  • Subas preventivas en autos (6%) y alimentos (hasta 2,9%) impulsan el alza.
  • Caída simultánea del consumo: ventas pymes bajan desde mayo.
  • Volatilidad del dólar y tasas altas alimentan la incertidumbre.
  • El Gobierno pierde reservas para contener el tipo de cambio.
  • Milei apelará a argumentos técnicos para sostener su discurso antiinflacionario.

A dos semanas de las elecciones legislativas, el Gobierno enfrenta un nuevo foco de preocupación: la inflación de septiembre podría acercarse peligrosamente al 3%, según estimaciones privadas. Sería el peor escenario para Javier Milei, quien construyó gran parte de su legitimidad política en torno a la promesa de derrotar al alza de precios. El problema es que, a diferencia de otros meses, esta vez las subas llegan sin un repunte del consumo que las justifique.

El panorama combina los peores ingredientes: presión del dólar, alza en las tasas y desaceleración de la demanda. En las últimas semanas, la volatilidad cambiaria empujó a muchos sectores a remarcar preventivamente. En la industria automotriz, las listas de precios subieron en promedio 6%, mientras que los alimentos mostraron un avance de entre 2,3% y 2,9%, según distintas consultoras.

El fenómeno del “contagio a precios” —el traslado de la inestabilidad financiera a los valores de góndola— vuelve a hacerse sentir. Para algunos economistas, la causa principal es el dólar, que rozó el techo de la banda de flotación antes de que el Banco Central interviniera con ventas por más de u$s 1.100 millones. Para otros, el factor clave está en la suba de las tasas: la caución a un día saltó del 21% al 37% en apenas una semana, encareciendo el crédito y generando un clima de nerviosismo en el mercado.

A eso se suma el deterioro del consumo. La Cámara Argentina de la Mediana Empresa (CAME) registra caídas interanuales de ventas desde mayo, y la consultora Scentia detectó un retroceso del 1,9% en agosto. En Córdoba, la Cámara de Comercio informó una baja real del 10% interanual en septiembre. Es decir, los precios suben aunque los consumidores compren menos.

Ese contraste golpea el corazón de la doctrina económica que Milei suele citar en sus discursos: el principio de imputación de Menger, según el cual los precios se ajustan hacia abajo cuando la demanda se retrae. “Los precios determinan los costos, no al revés”, repite el presidente. Sin embargo, los números parecen contradecirlo: ni la caída del consumo ni la recesión frenan las remarcaciones.

En el Gobierno, el ministro Luis “Toto” Caputo intenta equilibrar la ortodoxia con la realidad. Aunque Milei niega que exista relación entre dólar e inflación, Caputo no deja de “sugerir” a supermercados e industrias alimenticias que moderen los aumentos cada vez que el tipo de cambio se sacude. Ya lo hizo a principios de año, cuando logró revertir algunas subas preventivas y celebrar una desaceleración del IPC al 2,8% en abril. Pero ahora el contexto es distinto: el dólar subió 9% en septiembre y las reservas del Banco Central se redujeron en más de u$s 2.200 millones en apenas dos semanas.

La estrategia oficial pasa por sostener un “subtecho móvil” para el dólar, hoy en torno a los $1.430, y endurecer la política monetaria para absorber pesos del mercado. Pero los empresarios no parecen convencidos: dicen que no pueden dejar de mirar al dólar, sobre todo en los sectores con alto componente importado.

Mientras tanto, Milei se prepara para dar su propia versión si el dato del IPC no acompaña. Ya lo ha hecho antes: en julio justificó un aumento del índice general con el argumento de que la “inflación núcleo” había sido baja. En agosto, celebró que el IPC total se mantuviera por debajo del 2%, pero evitó mencionar que la núcleo había subido. En otras palabras, siempre encuentra un indicador técnico que refuerce su relato.

La duda es cuánto margen le queda para sostener esa narrativa si el dato de septiembre confirma una tendencia alcista. La inflación, que parecía haber encontrado un piso, vuelve a moverse, justo cuando el oficialismo enfrenta las urnas. Y aunque el presidente insista en que “todo marcha acorde al plan”, los mercados —y los votantes— empiezan a mirar con desconfianza la distancia entre la teoría austríaca y los precios del changuito.

Últimas noticias
Te puede interesar
Lo más visto