El consumo de carne repunta tras un año de caída, aunque los precios siguen altos

ECONOMÍA Agencia de Noticias del Interior
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  • El consumo total de carnes alcanzaría 113 kilos por habitante, +3% interanual.
  • La carne vacuna creció 7% y supera el promedio de los últimos cinco años.
  • El pollo registró su mayor consumo desde 2016, con 1,4 millones de toneladas.
  • La carne porcina subió 8,5%, consolidándose como tercera fuente proteica.
  • El precio de la carne vacuna promedia $12.357/kg, con +58,4% interanual.
  • El consumo de huevo alcanzó un récord histórico: 380 unidades por persona.

Luego de un 2024 marcado por la contracción del consumo y la pérdida del poder adquisitivo, el mercado cárnico argentino muestra signos de recuperación. Un informe reciente de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR) reveló que, durante los primeros ocho meses de 2025, el consumo de carne bovina, aviar y porcina registró incrementos interanuales de hasta 8,5%, impulsados por una leve mejora en los ingresos familiares y una economía que, en agosto, creció 2% en términos interanuales.

Según el relevamiento, el consumo aparente de carne vacuna alcanzó 1,6 millones de toneladas, lo que representa un aumento del 7% frente al mismo período del año anterior. De esta manera, el país vuelve a ubicarse por encima del promedio de los últimos cinco años, con un 2% adicional. El pollo también se destacó: con 1,4 millones de toneladas consumidas entre enero y agosto, el volumen es el más alto desde 2016. En tanto, la carne porcina alcanzó las 573.000 toneladas, un 8,5% más que en 2024, consolidándose como la tercera fuente de proteína animal del país.

El promedio total de consumo de carnes —sumando las tres variedades principales— llegaría este año a los 113 kilos por habitante, un aumento del 3% interanual. Sin embargo, el repunte en el volumen no logró disipar las tensiones de precios, que continúan presionando sobre el bolsillo de los consumidores.

De acuerdo con datos del Instituto de Promoción de la Carne Vacuna Argentina (IPCVA), el valor promedio de la carne vacuna se ubicó en $12.357 por kilo en septiembre, con un incremento mensual del 1,8%, una suba acumulada del 33,7% en lo que va de 2025 y un alza interanual del 58,4%. El pechito de cerdo promedió $7.394 por kilo, registrando un avance mensual del 3,1%, una suba acumulada del 10,1% en el año y un incremento interanual del 37,7%.

En contraste, el pollo mostró una leve baja del 0,7% respecto del mes anterior, aunque acumula un aumento del 23% en lo que va del año y del 34,4% en comparación con 2024, con un precio promedio de $3.808 por kilo. Según el IPCVA, la carne vacuna sigue siendo la proteína más cara y volátil del mercado, mientras que el pollo se consolida como la alternativa más accesible y estable.

La tendencia también refleja un cambio en los hábitos de consumo. En los últimos años, la carne vacuna —tradicional emblema de la mesa argentina— perdió terreno frente a opciones más económicas. Aunque el repunte de 2025 marca un alivio para el sector ganadero, la participación del pollo y el cerdo continúa creciendo.

Además, el huevo se consolidó como un sustituto cada vez más relevante. De acuerdo con la Cámara Argentina de Productores e Industrializadores Avícolas (CAPIA), el consumo alcanzó un récord histórico de 380 unidades por persona al año, impulsado por su bajo costo y su fácil acceso. En paralelo, el 30% de los hogares incrementó su consumo durante el último año.

El escenario general muestra una recomposición paulatina del consumo interno, pero todavía lejos de los niveles previos a la crisis de 2023-2024. El repunte de la economía y cierta estabilización de precios, combinados con un leve aumento del poder adquisitivo, permitieron una mejora en la demanda. Sin embargo, la inflación aún erosiona los salarios, lo que limita una recuperación más robusta.

En términos productivos, la reactivación de la faena y la mejora en la oferta cárnica contribuyeron a sostener el abastecimiento interno, aunque los márgenes de rentabilidad siguen ajustados por los costos logísticos y de alimentación animal.

Aun con estos matices, los analistas del sector valoran el repunte como una señal positiva. Si las variables macroeconómicas mantienen su curso y los salarios continúan recuperando poder de compra, 2025 podría cerrar como el año de la reconquista del asado, símbolo cultural de una Argentina que empieza a dejar atrás los tiempos de escasez en la parrilla.

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