Tasas en pesos y liquidez en dólares: el desafío del financiamiento argentino

ECONOMÍA Agencia de Noticias del Interior
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  • La tesorería renovó parcialmente los vencimientos de letras, pero las tasas de interés en pesos se mantienen muy altas, entre 35% y 45% anual, afectando la actividad económica y el crédito.
  • El mercado de dólares muestra estabilidad, con tasas bajas en caución y plazo fijo, y bonos soberanos en niveles razonables, generando oportunidades de cobertura con dólar futuro.
  • La liquidación de Lefi provocó un alza en las tasas en pesos, generando preocupación por un posible impacto negativo en la inversión y el consumo.
  • La suba de la soja y la entrada de capitales vía RIGI mejoran la balanza de pagos y aumentan reservas, sin necesidad de que el dólar alcance el piso de la banda.
  • La inflación proyecta una tendencia a la baja, con expectativas de que en octubre se registre un índice menor al actual, condicionado por el contexto internacional.
  • La estrategia del Gobierno depende de mantener superávit fiscal, recibir capitales externos y aprovechar condiciones internacionales favorables, mientras se anticipa un posible rebote en acciones y commodities.

La licitación de deuda en pesos realizada esta semana dejó un sabor amargo en los mercados financieros, ya que la renovación de vencimientos fue parcial y las tasas de interés se ubicaron muy por encima de la inflación vigente. Según datos oficiales, la inflación interanual se sitúa en 36,6%, mientras que el Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM) proyecta un 20% a doce meses. Pese a ello, las entidades financieras ofrecen rendimientos que oscilan entre 35% y 40% anual, lo que genera preocupación sobre el impacto en la actividad económica, especialmente en sectores dependientes del crédito.

Expertos consultados coinciden en que estas tasas elevadas pueden frenar la inversión y el consumo. “Aunque el crédito representa menos del 10% del PBI, afecta a los sectores más dinámicos de la economía”, explicó un analista del mercado. En efecto, los créditos para empresas y familias enfrentan costos crecientes: los hipotecarios ya registran tasas en UVA +10% o más, mientras que los adelantos y préstamos para empresas han visto caer su stock debido al encarecimiento del financiamiento.

En contraste con la volatilidad en pesos, el mercado de dólares se mantiene relativamente estable. La caución en dólares se ubica entre 2% y 3% anual, mientras que los plazos fijos a un año rondan el 5%, y los créditos bancarios en moneda extranjera alcanzan entre 10% y 12% anual. Los bonos soberanos y Bopreales ofrecen rendimientos más atractivos, con bonos a 2029 pagando 12,7% anual y a 2035 un 11,5% anual. Este escenario ha generado oportunidades para los inversores que combinan la compra de letras en pesos con coberturas en dólares a futuro, estrategia que hoy ofrece ganancias significativas.

El desarme de las Lefi, por otro lado, disparó la tasa en pesos, generando inquietud sobre su efecto en la actividad económica. A pesar de la suba limitada del dólar —que se mantuvo cerca de $1.275 tras la liquidación de las Lefi—, los analistas descartan un traslado inmediato a precios, destacando que la inflación es un fenómeno monetario y que los precios se fijan desde la producción hacia el consumidor, no al revés.

En materia de comercio exterior, la mejora en los precios de la soja, que subieron más de 25 dólares desde junio, impulsó las ventas en el mercado. Además, el déficit de la cuenta corriente sigue siendo manejable, mientras que el ingreso de capitales del segundo semestre promete fortalecer las reservas del Banco Central. Los RIGI ya suman 12.000 millones de dólares, y las líneas de crédito en dólares continúan creciendo, con u$s1.900 millones adicionales, lo que refuerza la liquidez y el financiamiento para sectores fuera de la cadena exportadora.

El contexto post-cepo también ha desafiado las expectativas iniciales: muchos anticipaban un dólar por encima de la banda de intervención y una inflación superior al 4% anual. La realidad muestra un dólar estable, sin tocar la banda superior, y un descenso gradual de los precios. Especialistas destacan que mientras el Gobierno mantenga superávit fiscal y continúen los capitales externos, tanto el dólar como la inflación seguirán un recorrido descendente, aunque la actividad electoral podría postergar la corrección completa de la divisa hacia el piso de la banda.

Por último, los analistas advierten que factores externos jugarán un papel clave en la evolución económica: una baja de tasas en Estados Unidos y la devaluación global del dólar podrían acelerar la reducción del riesgo país y favorecer nuevas colocaciones de deuda internacional. Las materias primas agrícolas, actualmente con precios bajos, también podrían experimentar un rebote, mientras que el mercado accionario local muestra señales de actividad creciente.

En conclusión, la combinación de tasas elevadas en pesos, estabilidad del dólar y expectativas de capitales externos plantea un escenario complejo pero lleno de oportunidades. La economía argentina transita un momento delicado, donde la política monetaria y fiscal, junto con la evolución internacional, definirán si los próximos meses serán de consolidación o de mayores tensiones.

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