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No todo es dólar: la consultora liderada por Lousteau advierte por un problema que puede salirse de control

La consultora LCG, cuyo fundador es Martín Lousteau, alerta que no se está teniendo una política económica clara y enfatiza que se subestiman los problemas

ECONOMÍA 01/01/2021 Mariano Jaimovich*
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El balance del 2020 pone en análisis el primer año del Gobierno, y allí algunos analistas están advirtiendo que no se está teniendo una política económica clara y enfatizan que se están subestimando algunos problemas.

"La situación es delicada", comienza el informe mensual confeccionado por los economistas de la Consultora LCG, cuyo fundador es Martín Lousteau, y que se denomina sin anestesia bajo el título: "Sin rumbo. El riesgo de avanzar sin un plan anti inflacionario".

El argumento que esgrimen estos expertos en su editorial es que "estamos entrando en un escenario de inflación alta sin un plan anti-inflacionario. De la misma manera que se procrastinó ensayar una solución a la situación cambiaria, genera miedo la subestimación en abordar la cuestión de la suba de precios".

Por eso, prevén que "posiblemente" la economía argentina se tenga que acostumbrar a convivir con una inflación alta.

"Claro que ‘alta’ puede ser el nivel actual del 35% o también del 80%, pero las consecuencias no son las mismas. Las distorsiones se aceleran con el nivel de inflación y la posibilidad de reducirla cae con el nivel alcanzado de la misma", alerta LCG, cuyo director ejecutivo es el economista Guido Lorenzo.

En este sentido, los analistas destacan que "no se entiende muy bien la estrategia de no tener una meta de inflación, no para cumplirla o no, sino para tener de referencia".

Por ello destacan que la suba prevista de precios del 29% anual para 2021 de la Ley de Presupuesto Nacional es "ridículamente bajo, no hay analista que pueda defender ese número actualmente".

Es que la mediana de las proyecciones reflejadas por el Bano Central en el Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM), ubican la inflación en 50% para diciembre 2021.

"En este escenario, deberían extremarse los esfuerzos para que la aceleración de la inflación sea controlada. Al menos, defender ir a una inflación del 45% en lugar de una situación descontrolada de la nominalidad", afirma el informe de LCG, que asegura que estos números no son arbitrarios.

Según los datos oficiales, en la actualidad hay una inflación mensual que oscila entre 3% y 4%, cifras que representan de forma anualizada 42% y 60%, respectivamente.

"Así empieza el 2021 y sobre eso hay que montar todos los ajustes de precios que quedaron retrasados en 2020: energía, transporte, salarios, combustibles, servicios regulados/ pisados en el contexto de la pandemia, y los efectos de segunda ronda que estos incrementos generan debido al peso en la cadena de valor que tienen", alerta la consultora LCG.

Y acota: "Amén que la situación cambiaria no contamine fuertemente a los precios".

En el caso de la inflación, destaca que, "nuevamente, se festeja otra victoria pírrica alegando que esta desaceleró al 35% en un año donde el PBI cae en torno al 10% y, por ahora, no hay política anti inflacionaria para mantener este sendero de reducción, más que perseguir a quienes no cumplen con Precios Máximos y la Ley de Góndolas".

Para concluir que "triste sería" que el resto del plan incluya otra caída tan pronunciada de la actividad.

En resumen, LCG enciende las alarmas al afirmar que desde el oficialismo "no se nota que exista conciencia acerca de este problema".

"Ni siquiera queda claro bajo la órbita de quién estará el control inflacionario. Hasta políticamente resulta algo poco astuto: es bueno tener un fusible claro para las situaciones en las que algo no funciona. Achacarle al banquero central la inoperancia quedará corta, a la Secretaria de Comercio tampoco será suficiente, y parecería caro que sea el Ministro de Economía quien pague por este desliz inflacionario, luego de tantos logros…o tal vez no", sentencian desde esta consultora.

La principal alerta que se genera, para estos economistas, son las consecuencias que puede generar no tener un plan y, en vez de planificar, que haya nuevamente improvisación sobre la marcha en la economía, con los ya historicamente conocidos resultados poco alentadores.

"Podrán tener consecuencias que impliquen un salto en la nominalidad cada vez más difícil de administrar", finaliza el editorial de LCG.

 

 

* Para www.iprofesional.com

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