El diploma de Villaverde vuelve a comisión: un giro inesperado que reconfigura el tablero del Senado

POLÍTICA Agencia de Noticias del Interior
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  • Villaverde no será tratada en la sesión y su diploma vuelve a la Comisión de Asuntos Constitucionales.
  • Solo jurarán 23 de los 24 senadores electos, reduciendo transitoriamente la bancada oficialista.
  • El viraje ocurrió en Labor Parlamentaria, ante dudas sobre los votos y temor a un conflicto en el recinto.
  • El caso tiene antecedentes, como el de Tato Romero Feris en 2003, que demoró años en resolverse.
  • El Senado se prepara para sesiones extraordinarias desde el 10 de diciembre, con foco en la reforma laboral.
  • El episodio exhibe la inestabilidad política y procedimental en la previa del recambio legislativo.

La decisión de enviar nuevamente a la Comisión de Asuntos Constitucionales el diploma de la diputada libertaria y senadora electa por Río Negro, Lorena Villaverde, sorprendió a buena parte del Senado y trastocó los planes iniciales del oficialismo. Lo que parecía encaminado para votarse en la sesión de este jueves —con una resolución que, según confiaban en el kirchnerismo, sería desfavorable para la legisladora— terminó en un freno inesperado que abre un compás de espera con consecuencias políticas inmediatas.

El primer dato relevante es numérico: en la sesión prevista para las próximas horas jurarán 23 de los 24 senadores electos en octubre. El lugar de Villaverde quedará en suspenso, lo que implica que La Libertad Avanza ingresará al recinto con 19 de los 20 representantes que aspiraba a tener para la etapa de sesiones extraordinarias a partir del 10 de diciembre. La decisión estratégica de los jefes de bloque en la reunión de Labor Parlamentaria, guiada en parte por el temor a un escándalo o a un desorden procedimental, terminó por bloquear cualquier intento de resolución exprés y transformó lo que era un trámite en una discusión abierta.

La controversia se originó la semana pasada, cuando la Comisión de Asuntos Constitucionales —presidida por la peronista disidente Alejandra Vigo— objetó la habilitación de Villaverde. La legisladora enfrentó cuestionamientos por antecedentes judiciales, entre ellos un episodio vinculado a cocaína en los Estados Unidos y otros conflictos ocurridos en territorio argentino. A ello se sumó la caótica redacción de los dictámenes que la propia Vigo no pudo justificar adecuadamente en su momento, aunque luego su equipo técnico buscó ordenar la situación.

Con ese escenario, el kirchnerismo creyó tener allanado el camino para bloquear el diploma este jueves. Pero en los días recientes el panorama cambió drásticamente. Parte de ese viraje se evidenció con la presencia de Villaverde en una serie de reuniones en la Cámara alta, acompañada por la futura jefa del bloque libertario, Patricia Bullrich. Esa imagen fortaleció la impresión de que el oficialismo buscaría sostener a su senadora electa.

El giro definitivo se produjo en Labor Parlamentaria. Algunos senadores admitieron que no estaban del todo claros los votos para rechazar o aprobar el diploma, un dato especialmente sensible en un Senado que cambiará su composición a partir del 10 de diciembre. Con nuevos nombres y nuevas correlaciones de fuerzas, también podría reconfigurarse la Comisión de Asuntos Constitucionales, lo que abriría una vía distinta para tratar nuevamente el caso. “Por ahora quedó para otro momento”, confiaron desde La Libertad Avanza, con cierto alivio por haber evitado una derrota que hubiese impactado en el arranque legislativo del nuevo gobierno.

En términos reglamentarios, la situación está claramente encuadrada. El artículo 8 del reglamento establece que los senadores electos integran el quórum para tratar sus títulos, aunque no pueden votar sobre los propios. Y el artículo 9 aclara que, si un diploma es rechazado, la presidencia de la Cámara debe notificar al Poder Ejecutivo y a las autoridades provinciales o porteñas para que convoquen nuevamente a una elección. Un antecedente cercano es el de Raúl “Tato” Romero Feris, cuyo ingreso al Senado fue bloqueado en 2003 y cuya situación se extendió casi tres años, hasta su renuncia.

Consumadas las juras de esta jornada, el Senado quedará a la espera del llamado del Poder Ejecutivo a sesiones extraordinarias, previstas para iniciar el 10 de diciembre. La prioridad declarada por Bullrich será la reforma laboral, que entraría por la Cámara alta, mientras Diputados se concentrará en el tratamiento del Presupuesto 2026. El oficialismo apuesta a lograr una aprobación antes de fin de año, aunque en los despachos libertarios admiten que eso “sería un milagro”. La oposición planea convocar a gremios, empresarios y especialistas para someter el proyecto a un debate más amplio, lo que podría postergar su tratamiento hasta el primer trimestre del año próximo.

El episodio Villaverde, imprevisto y cargado de tensiones internas, dejó al descubierto la fragilidad de las mayorías parlamentarias y la volatilidad de un Congreso que, a días del recambio, puede modificar su dinámica de un momento a otro.

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