Reservas en rojo y mercado en vilo: el dólar entra en zona de máxima tensión

ECONOMÍA Agencia de Noticias del Interior
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  • Las reservas netas volvieron a ser negativas y encendieron las alarmas del mercado.
  • PPI estimó que el BCRA debería sumar casi US$ 12.000 millones para cumplir metas.
  • La activación del swap con EE.UU. explica gran parte del deterioro contable.
  • El Banco Central flexibilizó encajes para sostener la demanda de deuda en pesos.
  • Max Capital advirtió que la licitación del Tesoro será clave para evitar tensiones.
  • Los analistas ven un dólar en zona crítica ante la falta de divisas y metas exigentes.

El mercado cambiario vuelve a ubicarse en el centro de la escena económica, impulsado por un dato que reavivó todas las alarmas: las reservas netas del Banco Central regresaron a terreno negativo. En un contexto donde cada movimiento del BCRA es leído como anticipo de lo que podría suceder con el tipo de cambio, la dinámica reciente no solo reflejó la fragilidad del esquema vigente, sino también la creciente dependencia de herramientas extraordinarias para sostener la liquidez en dólares. La preocupación entre bancos, fondos de inversión y operadores es clara: ¿cuánto tiempo más puede resistir el dólar sin un ajuste brusco?

El retroceso de los activos internacionales se combina con un escenario local que exige respuestas rápidas. La acumulación de pesos en el sistema financiero y las necesidades de cobertura intensifican la demanda de instrumentos dolarizados, mientras la oferta de divisas genuinas sigue siendo insuficiente. En este marco, cualquier señal vinculada a reservas, encajes o intervención oficial tiene capacidad de modificar expectativas y provocar movimientos inmediatos en los mercados.

Un balance cambiario que vuelve a territorio peligroso

La alarma se encendió a partir de un informe de Portfolio Personal Inversiones (PPI), que analizó la Planilla de Reservas Internacionales y Liquidez del BCRA. Allí se mostró que, al cierre de octubre, las reservas netas cayeron hasta –US$ 2.130 millones, revirtiendo el saldo positivo registrado en septiembre. El cálculo contempla como pasivos de corto plazo los vencimientos de BOPREAL en 12 meses y los depósitos en dólares del Tesoro, lo que permite una lectura más realista de la capacidad de respuesta del Central.

Según PPI, el deterioro se explica por dos factores simultáneos. Por un lado, una caída de US$ 990 millones en las reservas brutas, que redujo el activo de la autoridad monetaria. Por otro, la disminución de pasivos de corto plazo por –US$ 2.760 millones, impulsada principalmente por la activación del swap con el Tesoro de Estados Unidos, que aportó US$ 2.510 millones adicionales a las líneas de swaps. A esto se sumó un incremento de US$ 1.004 millones en la línea de pases.

El regreso de las reservas netas negativas obliga a recalibrar las metas del programa financiero, que ya lucían exigentes. PPI estimó que el Banco Central debía acumular US$ 9.430 millones hacia fin de año, cifra que asciende a US$ 11.940 millones si se descuenta el efecto del swap estadounidense. En un contexto de compras oficiales casi nulas —menos de US$ 50 millones en la última intervención—, el cumplimiento de esos objetivos parece cada vez más improbable. La posibilidad de un nuevo waiver se instala con fuerza en las proyecciones del mercado.

Encajes más flexibles y un ojo puesto en la deuda en pesos

En paralelo, Max Capital destacó que el Banco Central avanzó en cambios sobre la política de encajes que buscan aliviar el apretón monetario sin afectar la capacidad del Tesoro de sostener el programa financiero. La reducción de 3,5 puntos porcentuales en el efectivo mínimo para cuentas a la vista y money market libera liquidez, mientras que el aumento de la porción de encajes integrables con títulos públicos apunta a sostener la demanda por instrumentos del Tesoro, pieza clave para asegurar una renovación ordenada de la deuda en pesos.

La modificación de la integración diaria mínima —que bajó de 95% a 75%— también otorga margen operativo a los bancos. Según Max Capital, la reducción en encajes implica una caída de $1.900 millones en reservas de efectivo, compensada por una demanda adicional estimada en $2.100 millones en títulos públicos.

Este equilibrio entre liberación y absorción de liquidez muestra una estrategia doble: evitar tensiones sobre el mercado de deuda en pesos sin generar un exceso de pesos que presione sobre el tipo de cambio.

El swap con Estados Unidos y su peso en el balance

Otro punto clave es la activación de aproximadamente US$ 2.500 millones del swap con el Tesoro estadounidense. Para Max Capital, aunque su impacto es contable y puede renovarse mes a mes, el movimiento refleja la necesidad del BCRA de recurrir a herramientas extraordinarias ante la ausencia de financiamiento alternativo. La lectura del mercado es inequívoca: cada intervención excepcional aumenta la tensión sobre el futuro del dólar.

Un dólar en punto crítico

El cuadro general deja una conclusión compartida por los analistas: la presión sobre el tipo de cambio crece a medida que se debilitan las reservas y se endurecen las metas del programa financiero. En este contexto, cada decisión —desde una licitación del Tesoro hasta un ajuste en encajes— puede mover el tablero. Con un mercado que se cubre, un Banco Central que recurre a herramientas extraordinarias y una economía con fundamentos frágiles, el dólar ingresa en semanas decisivas.

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