Tasas en transición: el sistema financiero redefine su nuevo equilibrio

ECONOMÍA Agencia de Noticias del Interior
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  • Las tasas se estabilizaron tras la tensión electoral y convergen al rango del 24%–28%.
  • Algunas entidades pequeñas aún ofrecen tasas superiores al 30% para captar nichos específicos.
  • Las billeteras virtuales mantienen ventaja: Carrefour Banco llega al 38% TNA.
  • La Comunicación A8355 del BCRA liberó liquidez y redujo la presión por tasas altas.
  • La baja de la tasa de política monetaria al 20% reordenó toda la curva de rendimientos.
  • El mercado obliga a los ahorristas a comparar y evaluar rendimientos con mayor precisión.

La calma posterior al ciclo electoral comenzó a reordenar una de las variables más sensibles para el ahorro en pesos: las tasas de interés. Luego de meses de extrema volatilidad, donde la política había desplazado a los fundamentos económicos, el mercado inició un proceso de normalización que ya se refleja en todos los instrumentos tradicionales. Plazos fijos, cuentas remuneradas y fondos Money Market convergen progresivamente hacia una nueva franja de rendimientos que, según coinciden bancos y analistas, llegó para quedarse.

En apenas unas semanas, el sistema pasó de tasas dispersas —con picos que buscaban retener liquidez en un contexto de incertidumbre política— a un rango que hoy se estabiliza entre el 24% y el 28% nominal anual. Esta “zona de equilibrio” funciona como guía para bancos y billeteras, aunque todavía persisten excepciones puntuales, especialmente en entidades que intentan captar nichos específicos de clientes. Allí sobreviven tasas que superan el 30%, pero ya no constituyen una regla sino una estrategia comercial acotada.

El cambio de comportamiento no solo afecta las tasas ofrecidas, sino también el modo en que los ahorristas toman decisiones. En un mercado donde la inflación mensual se desaceleró hasta el 2,3% en octubre, las diferencias de rendimiento comienzan a importar más que nunca. El inversor minorista, acostumbrado a operar de manera automática con su banco de siempre o su billetera más utilizada, empezó a comparar condiciones, revisar plataformas y evaluar alternativas con mayor precisión. El resultado es un sistema más competitivo, donde algunas entidades quedan por debajo del IPC y otras apenas logran empatarlo.

En este escenario heterogéneo, los bancos que ofrecen tasas más altas —y que aún superan el 30%— son mayormente instituciones de menor volumen, como Banco CMF, Banco del Sol, Banco Masventas, Mariva o Bibank. En el caso de las entidades grandes, la foto muestra un equilibrio diferente: el Banco Macro llega al 29%; Nación, Credicoop e ICBC se ubican en torno al 28%; mientras que Provincia, Ciudad, BBVA, Santander y Galicia se acomodan en el segmento del 24% al 26%, donde la rentabilidad real queda más ajustada.

El universo de las billeteras virtuales, en cambio, presenta un comportamiento distinto. Allí, las cuentas remuneradas muestran rendimientos más competitivos, en algunos casos por encima de la inflación. Carrefour Banco encabeza el ranking con una TNA del 38% —que incluso puede sumar 0,8 puntos adicionales—, seguida por Ualá (30%) y Naranja X (29%). Si bien estos niveles también registraron un ajuste, se mantienen relativamente altos frente a los bancos tradicionales, lo que refleja una estrategia orientada a sostener la captación de fondos en un ecosistema cada vez más diversificado.

Detrás de este reacomodamiento no hay un fenómeno espontáneo, sino el impacto directo de decisiones del Banco Central. La Comunicación A8355 fue el punto de inflexión: al reducir encajes y flexibilizar el cumplimiento mínimo diario, el BCRA liberó liquidez y redujo la necesidad de los bancos de atraer depósitos mediante tasas elevadas. La competencia por “comprar pesos” se desinfló casi de inmediato. A esto se sumó la baja de la tasa de política monetaria del 22% al 20%, que reconfiguró toda la curva de rendimientos: la caución retrocedió al 18% y la tasa interbancaria se estabilizó en torno al 22%. Ese nuevo techo implícito definió rápidamente hasta dónde estaban dispuestas a llegar las entidades a la hora de ofrecer rendimientos minoristas.

El combo produjo lo esperable: los plazos fijos convergieron hacia el nuevo rango de referencia, las billeteras recortaron parte de su atractivo pero aún mantienen cierto diferencial, y los fondos Money Market se adaptaron a un esquema donde la liquidez ya no se paga a cualquier precio. Es un panorama que todavía puede registrar cambios, especialmente si la desaceleración inflacionaria se mantiene o si el BCRA impulsa una nueva revisión de su tasa de política monetaria. Pero, por ahora, el mercado parece haber encontrado un orden transitorio en un país donde las tasas —como casi todo— suelen ser el primer termómetro de la estabilidad.

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