


- Lorenzetti negó que Cristina Kirchner sea una “presa política”.
- Destacó que la causa Vialidad tuvo entre 19 y 20 jueces y múltiples controles.
- Señaló la gravedad de las vacancias en los tribunales inferiores.
- Evitó pronunciarse sobre el fondo del caso Nisman por tratarse de un expediente aún abierto.
- Afirmó que este año no hubo presiones del Gobierno de Milei sobre la Justicia.
- Reclamó avanzar en la designación de jueces para fortalecer la independencia judicial.
Las declaraciones del juez de la Corte Suprema Ricardo Lorenzetti volvieron a ubicarlo en el centro de la escena política y judicial. En una entrevista televisiva, el magistrado abordó temas sensibles, desde las causas que involucran a Cristina Kirchner hasta el estado del caso Nisman, pasando por la relación del Poder Judicial con el gobierno de Javier Milei. Su frase más contundente —la negativa a considerar a la expresidenta como una “presa política”— abrió una nueva ronda de debates en un escenario en el que la Justicia vuelve a ocupar un lugar central.
El eje más resonante de la entrevista se articuló en torno al expediente Vialidad, uno de los procesos más emblemáticos de los últimos años. Ante la consulta sobre la narrativa kirchnerista que sostiene la existencia de persecución judicial, Lorenzetti fue terminante: “No es una presa política, de eso no hay ninguna duda”. El juez enfatizó que la causa atravesó un largo recorrido institucional, con la intervención de entre 19 y 20 magistrados en distintas etapas. Ese detalle no fue menor: buscó destacar que el proceso tuvo múltiples filtros, controles y revisiones, y que muchos de los jueces involucrados habían sido designados durante gobiernos del propio kirchnerismo. Con esa descripción, rechazó la idea de un entramado judicial armado con intencionalidad política.
Más allá del caso Vialidad, Lorenzetti dedicó parte de su análisis a la arquitectura judicial en su conjunto. Señaló que la falta de jueces en los tribunales inferiores constituye un problema estructural y preocupante, que erosiona la independencia del sistema. Las vacancias, explicó, generan cuellos de botella y abren espacios de discrecionalidad. Bajo ese marco, el ministro remarcó que la Corte no sostiene conflictos permanentes con los gobiernos, sino que los choques se producen por expedientes específicos. La aclaración funcionó como una forma de desmontar la idea de que existe una puja sistemática entre el máximo tribunal y el poder político de turno.
El caso Nisman, inevitable en cualquier repaso sobre causas de alto voltaje institucional, apareció en la conversación con cautela. Lorenzetti recordó que el expediente sigue abierto y que es posible que llegue al máximo tribunal, por lo que se abstuvo de emitir opiniones de fondo. No obstante, reconoció falencias históricas: afirmó que las megacausas “fracasaron” y que la escena de la muerte del fiscal estuvo “contaminada”. Aunque evitó responder directamente a las afirmaciones del fiscal Carlos Stornelli, quien sostiene sin dudas que se trató de un asesinato, dejó planteado que el tiempo judicial aún no se agotó.
En diálogo con el periodista Luis Novaresio, el ministro también se refirió a la relación con el Gobierno de Javier Milei. “No hemos tenido presiones este año, ninguna”, aseguró. La frase buscó clausurar, al menos momentáneamente, las especulaciones sobre eventuales intentos de influencia por parte del Ejecutivo. Lorenzetti insistió, además, en que la evaluación de las administraciones debe hacerse en función de casos concretos, no de manera abstracta. De este modo, diferenció la coyuntura actual de etapas anteriores en las que sí se denunciaron tensiones con el Poder Judicial.
A lo largo de la entrevista, el juez desplegó una defensa del funcionamiento institucional, pero también mostró los límites y carencias del sistema. Al remarcar la necesidad urgente de cubrir vacantes, planteó una agenda que excede cualquier disputa coyuntural y que interpela tanto al Congreso como al Ejecutivo. Su postura dejó entrever que sin una estructura judicial completa, equilibrada y profesionalizada, los debates sobre persecución, independencia o garantías terminan orbitando alrededor de un diagnóstico incompleto.
Las declaraciones de Lorenzetti reavivaron discusiones que atraviesan a la política argentina desde hace años. Su rechazo a la narrativa kirchnerista, su prudencia sobre causas sensibles y su énfasis en los problemas estructurales del Poder Judicial marcan una posición particular dentro de la Corte y proyectan al magistrado nuevamente como una figura central en el debate público.





Argentina impulsa la candidatura de Rafael Grossi para liderar la ONU y reabrir el debate sobre el multilateralismo

Cruces y realineamientos en Diputados: el recambio del 10 de diciembre reordena el mapa político

Adorni marca el pulso del Gobierno en su debut al frente del Gabinete

Villaverde, entre la batalla política y el test decisivo en el Senado


Argentina impulsa la candidatura de Rafael Grossi para liderar la ONU y reabrir el debate sobre el multilateralismo

Cruces y realineamientos en Diputados: el recambio del 10 de diciembre reordena el mapa político

Adorni marca el pulso del Gobierno en su debut al frente del Gabinete

Villaverde, entre la batalla política y el test decisivo en el Senado

Alberto Fernández evalúa asumir la defensa de Julio De Vido y reabre tensiones en el frente judicial K

Tolosa Paz y Yasky alertan por el acuerdo con Estados Unidos y exigen un debate urgente en el Congreso



Tensión y movimientos en Diputados: el empoderamiento de Martín Menem reconfigura alianzas y enciende alertas



Córdoba reconoce a Gabriel Rabinovich por su aporte en la investigación oncológica

Juan Pablo Quinteros se reunió con Patricia Bullrich y Alejandra Monteoliva









