Cómo identificar un huevo en mal estado

SALUD Y NUTRICIÓNJulia VOSCOJulia VOSCO
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Los huevos son un ingrediente clave en una variedad de platillos, lo que hace esencial verificar su estado para evitar enfermedades graves asociadas al consumo de productos en mal estado. Diversas organizaciones, entre ellas el USDA y la FDA, han publicado guías y métodos recomendados para garantizar la seguridad al consumir huevos.

Métodos para detectar huevos frescos
Un método común es la prueba de flotación en agua. Un huevo que se queda en el fondo es fresco, mientras que uno que flota puede estar en mal estado. Sin embargo, la FDA aclara que un huevo flotante no necesariamente implica un riesgo para la salud si no presenta otros signos de descomposición.

La Academia Española de Nutrición y Dietética sugiere que es fundamental examinar la cáscara. Una cáscara limpia e intacta indica buena calidad, mientras que grietas o suciedad pueden señalar contaminación. Al romper el huevo, la firmeza de la yema y la clara también son indicadores de frescura; colores anormales deben conducir al descarte.

Uso del olfato y control de fechas
La inspección visual y olfativa es clave. Un olor desagradable indica que el huevo no es apto para el consumo, y debe ser desechado de inmediato. La FDA señala que, aunque una cáscara limpia o el cumplimiento de la fecha de consumo preferente no garantizan total inocuidad, sí reducen considerablemente los riesgos.

En Europa, la fecha de consumo preferente se sitúa, generalmente, hasta veintiocho días tras la puesta. En Estados Unidos, las fechas de empaquetado ayudan a mantener un control adecuado en el hogar. La USDA afirma que los huevos refrigerados entre tres y cinco semanas pueden seguir siendo seguros si no presentan daños visibles.

Conservación adecuada
Conservar huevos a temperaturas inferiores a 4 °C (40 °F) es vital para prevenir el crecimiento de bacterias como Salmonella. Se deben proteger de la luz, calor y olores fuertes. Además, el lavado de la cáscara debe hacerse solo justo antes de usar, ya que lavarlos antes puede eliminar la cutícula protectora.

Laura Meschede, experta de la Academia Española, recomienda no almacenar huevos cocidos en refrigeración por más de siete días y desecharlos si presentan olores extraños.

Prevención de contaminación cruzada
Al utilizar huevos en preparaciones crudas, como mayonesa, es crucial tomar precauciones. Se sugiere añadir vinagre o limón, refrigerar la mezcla y consumirla en menos de 24 horas. La limpieza rigurosa de utensilios y superficies tras el manejo de huevo crudo también es fundamental para evitar la contaminación cruzada.

Conclusión
Una combinación de inspección visual y olfativa, control de fechas, conservación adecuada y estricta higiene en la manipulación son las mejores estrategias para prevenir infecciones alimentarias relacionadas con el consumo de huevos. Organismos como el USDA y la FDA destacan que estas prácticas son especialmente importantes para proteger a los grupos vulnerables, como niños, embarazadas y personas inmunodeprimidas.

La correcta manipulación de productos alimenticios es esencial para la seguridad alimentaria en el hogar. La prevención informada y el rigor en estas prácticas son claves para proteger la salud familiar.

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