El Gobierno cambia el tono: del apretón monetario al regreso del “carry trade”

ECONOMÍA Agencia de Noticias del Interior
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  • El Gobierno abandona el sesgo contractivo y adopta una estrategia monetaria más expansiva.
  • El Tesoro busca reactivar la economía sin comprometer la estabilidad cambiaria.
  • Las LECAPs reaparecen como instrumento estrella del mercado.
  • El BCRA flexibilizó los encajes y liberó liquidez al sistema financiero.
  • Las tasas en pesos caen y el dólar se mantiene dentro de la banda.
  • Una inflación baja podría consolidar el regreso del “carry trade” y la confianza en el peso.

El equipo económico comenzó a ensayar un cambio de rumbo en su estrategia financiera. Luego de meses de ajuste monetario y restricciones a la liquidez para evitar un exceso de pesos, el Tesoro y el Banco Central dieron señales de una etapa más expansiva, con el objetivo de reactivar la economía real y consolidar la confianza en el mercado.

“El Tesoro está desarmando el apretón que había armado antes de las elecciones para evitar que circulen pesos de más”, explicó el asesor financiero Ian Colombo, al analizar el nuevo escenario. Según su visión, el Gobierno busca reanimar la demanda interna sin poner en riesgo la estabilidad cambiaria, aprovechando la mejora de las expectativas tras el triunfo electoral de La Libertad Avanza.

El cambio coincide con un dato clave: la estabilización del dólar dentro del sistema de bandas cambiarias. Lo que antes era un esquema cuestionado hoy se percibe como un ancla de previsibilidad. “El mercado volvió a confiar en el Gobierno y cree que la banda se va a mantener. Con el dólar en el techo, hacer tasa en pesos a mediano plazo vuelve a tener sentido”, sostuvo Colombo.

Las LECAPs, el nuevo vehículo del optimismo

En este contexto, la atención del mercado volvió a centrarse en las Letras Capitalizables (LECAPs), instrumentos en pesos a tasa fija que hoy ofrecen rendimientos atractivos frente a la tendencia descendente de las tasas. La curva de rendimientos se ubica entre el 23% y el 31% nominal anual, con compresiones visibles en los tramos medios y largos.

Para los analistas, el timing es clave. “Si las tasas continúan descendiendo, quienes se posicionen hoy en LECAPs de 2026 podrían obtener una ganancia de capital interesante. Es una jugada optimista, pero con fundamentos sólidos”, destacó Colombo. El razonamiento técnico es simple: cuando las tasas bajan, los bonos emitidos con rendimientos más altos se valorizan.

Este fenómeno volvió a reactivar el “carry trade”, una práctica donde los inversores venden dólares —o posponen su compra— para invertir en pesos a tasas más elevadas. Si bien el recuerdo de episodios de volatilidad aún pesa, el nuevo equilibrio financiero y el clima político más estable generan un escenario propicio para su regreso.

El giro del Banco Central

La señal más concreta de este nuevo clima llegó desde el Banco Central. A través de la Comunicación “A” 8350, la autoridad monetaria flexibilizó parcialmente el régimen de encajes, permitiendo a las entidades bancarias calcularlos sobre una base mensual en lugar de diaria y con un piso del 95% del promedio del mes.

“Se afloja parcialmente el endurecimiento monetario hecho previamente”, explicó el economista Salvador Vitelli. “La medida da alivio al sistema financiero y confirma que el BCRA acompaña el giro del Tesoro hacia una etapa de menor tensión monetaria”.

En términos prácticos, la decisión libera liquidez para que los bancos puedan canalizar fondos hacia créditos o instrumentos de corto plazo, lo que podría aumentar la demanda por LECAPs y bonos del Tesoro. También presionará a la baja las tasas pasivas, consolidando la tendencia de relajamiento financiero.

Tasas en retroceso y dólar estable

Los bancos ya reflejan esta tendencia: los plazos fijos tradicionales pagan entre 31% y 35% TNA, con algunas excepciones que superan el 45%. En el mundo fintech, las billeteras digitales y cuentas remuneradas ofrecen rendimientos algo más altos, mientras que los fondos money market promedian retornos mensuales de entre 2,5% y 3%.

La contracara de este cambio es un dólar oficial contenido en el techo de la banda. Mientras la brecha cambiaria permanezca acotada, la apuesta por el peso gana atractivo. En la City aseguran que el Gobierno logró estabilizar las expectativas: “Si la confianza se sostiene, el trade tiene mucho para dar”, resumió Colombo.

Inflación, el dato que puede definir el rumbo

El mercado espera ahora la confirmación de una inflación de octubre por debajo del 2%. Si el dato se confirma, consolidaría el proceso de desinflación y validaría el recorte de tasas, generando un escenario de rendimientos reales positivos. Por el contrario, un rebote del IPC o una tensión en el tipo de cambio podría frenar el incipiente optimismo.

De cara al cierre del año, el Tesoro y el BCRA parecen apostar a un equilibrio más flexible: mantener la estabilidad cambiaria mientras se normaliza la liquidez y se recupera la actividad. Si la estrategia logra sostenerse, el Gobierno podría alcanzar algo impensado hace apenas unos meses: un “carry trade” sustentable, sin sobresaltos cambiarios.

Por ahora, la City opta por la prudencia. Pero el clima cambió: las tasas bajan, el dólar se mantiene estable y los inversores vuelven a mirar el peso como una oportunidad, aunque sea con cautela.

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