El oro brilla más que nunca: récords históricos y perspectivas de un nuevo ciclo alcista en 2026

ECONOMÍA Agencia de Noticias del Interior
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  • El oro subió más del 50 % en 2025 y superó los u$s4.000 por onza.
  • Las compras de bancos centrales y las bajas de tasas impulsaron el rally.
  • Se espera un precio promedio superior a u$s4.000 en 2026.
  • J.P. Morgan proyecta un máximo de hasta u$s5.055 por onza.
  • El inversor argentino puede acceder vía CEDEARs, mineras u oro físico.
  • La tendencia sigue siendo alcista, pero con alta volatilidad y oportunidades tácticas.

El año 2025 quedará marcado como uno de los más extraordinarios en la historia reciente del oro. El metal precioso no solo superó sus máximos históricos, sino que rompió dos barreras psicológicas clave: los u$s3.000 por onza en marzo y los u$s4.000 en octubre, acumulando una suba anual superior al 50 %. En un contexto global de tasas reales negativas, tensiones geopolíticas y políticas monetarias más laxas, el oro se consolidó como el refugio por excelencia frente a la incertidumbre financiera.

El impulso provino de tres motores principales. Primero, las compras sostenidas de bancos centrales, sobre todo de economías emergentes, que buscan reducir su dependencia del dólar y diversificar reservas. Segundo, las expectativas de recortes de tasas por parte de la Reserva Federal, que reducen el costo de oportunidad de mantener oro físico. Y tercero, la persistente volatilidad en los mercados globales, que llevó a inversores institucionales y minoristas a aumentar su exposición al metal. Según el World Gold Council, más del 60 % de los bancos centrales planea seguir comprando oro durante los próximos 12 meses, lo que sugiere que el fenómeno no fue meramente especulativo.

Un rally con fundamentos sólidos

A pesar de una corrección del 8 % a fines de octubre, los analistas coinciden en que el mercado del oro mantiene un sesgo estructuralmente alcista. Las principales casas de inversión, entre ellas Goldman Sachs y Morgan Stanley, sostienen que el metal conserva fundamentos sólidos: inflación persistente, debilidad del dólar y una demanda oficial sin precedentes. “No se trata de una burbuja, sino de un reequilibrio global de reservas”, resumen los analistas del sector.

El consenso proyecta que en 2026 el precio promedio del oro se ubicará por encima de los u$s4.000 la onza, con un rango estimado entre u$s4.200 y u$s4.500. J.P. Morgan va más allá y prevé un máximo de u$s5.055 hacia fin de año, siempre que la Reserva Federal adopte una política monetaria más expansiva y el dólar mantenga su debilidad. Bank of America, en tanto, ubica el techo entre u$s4.800 y u$s5.000, impulsado por el ingreso de nuevos fondos a los ETF respaldados por oro físico.

Sin embargo, el mercado no está exento de riesgos. Si las tasas reales vuelven a subir o el crecimiento global se acelera, el oro podría estabilizarse en una franja de entre u$s3.800 y u$s4.200. En ese escenario, el metal mantendría precios altos, pero sin nuevos récords inmediatos.

Estrategias de inversión desde Argentina

Para el inversor local, existen tres vías principales para posicionarse en oro dentro del marco regulado argentino. La primera son los CEDEAR del ETF SPDR Gold Trust (GLD), la alternativa más simple y líquida, que replica el precio internacional del metal y cotiza en pesos ajustados al tipo de cambio financiero.

La segunda opción son los CEDEARs de mineras auríferas, como Barrick Gold y Newmont Corporation, empresas estrechamente ligadas a la evolución del oro, pero con mayor volatilidad, ya que dependen de sus costos operativos y márgenes de producción.

Finalmente, el oro físico —lingotes y monedas con pureza 999— sigue siendo la alternativa preferida de los inversores que priorizan la custodia tangible y la protección patrimonial de largo plazo. En todos los casos, se recomienda una exposición moderada, de entre el 5 % y el 10 % del portafolio, según el perfil de riesgo.

Lecciones del 2025 y el escenario que viene

El año dejó aprendizajes valiosos. Evitar comprar después de grandes subas y optar por entradas escalonadas ayuda a reducir el riesgo. También es clave diversificar el tipo de exposición, combinando ETF, mineras y oro físico para aprovechar distintas fuentes de rendimiento.

El flujo oficial de compras de bancos centrales será el principal factor a monitorear en 2026. China, India y Turquía seguirán liderando las adquisiciones, lo que tiende a elevar los pisos de precio. En este contexto, los analistas recomiendan estrategias tácticas: rebalancear carteras trimestralmente, tomar ganancias parciales en picos de precios y recomprar en correcciones.

Con todo, el oro encara 2026 con fundamentos sólidos y proyecciones optimistas. Tras un año de sorpresa alcista, el próximo ciclo promete precios elevados y alta volatilidad, un escenario ideal para quienes buscan protección patrimonial sin renunciar al potencial de ganancia.

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