Estados Unidos refuerza respaldo a Milei mientras la Argentina enfrenta tensión cambiaria y falta de reservas

ECONOMÍA Agencia de Noticias del Interior
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  • Scott Bessent destacó un avance positivo en las conversaciones con el ministro Caputo y dejó abierta la llegada de ayuda financiera antes del 27 de octubre.
  • Javier Milei detalló que la asistencia podría incluir swaps, recompras de deuda y compras en mercado primario.
  • La crisis cambiaria y la falta de reservas complican la estabilidad financiera y la intervención del Banco Central.
  • Funcionarios estadounidenses insisten en la necesidad de gobernabilidad y colaboraciones efectivas del Gobierno argentino.
  • Conflictos con empresas estadounidenses y críticas internas en EE.UU. añaden presión política sobre la ayuda.
  • Medidas locales como la reducción de retenciones y controles cambiarios no han logrado contener la fuerte demanda de dólares.

El secretario del Tesoro de Estados Unidos, Scott Bessent, buscó transmitir un mensaje de tranquilidad al mercado argentino al anunciar que sostuvo una “llamada muy positiva” con el ministro de Economía, Luis Caputo. En su posteo, Bessent señaló que espera “con ansias que en los próximos días el equipo del ministro Caputo venga a Washington para avanzar significativamente en nuestras discusiones en persona sobre las opciones para brindar apoyo financiero”, dejando abierta la posibilidad de que la asistencia llegue antes del 27 de octubre, a través de un swap u otras modalidades.

El presidente Javier Milei, en declaraciones radiales, detalló que la ayuda estadounidense podría incluir un swap para garantizar liquidez, recompras de títulos en el mercado secundario con reparto de ganancias y, en última instancia, compras de deuda en el mercado primario. “Esto permitiría bajar la deuda y sería un elemento muy importante”, destacó el mandatario, resaltando además el rol de Bessent y su manejo de la situación.

En las últimas jornadas, el equipo económico argentino intensificó las gestiones con el Tesoro estadounidense, tras un enfriamiento de las conversaciones registrado en Washington. Fuentes oficiales sugieren que, debido a la crisis cambiaria local, los presidentes Trump y Milei podrían replantear el encuentro previsto para el 14 de octubre, mientras se especula con posibles anuncios financieros previos a esa fecha.

A pesar de los gestos de apoyo, desde Washington persisten reservas sobre la colaboración argentina. Funcionarios estadounidenses señalan que “el Gobierno argentino no está colaborando todo lo necesario para que los ayudemos” y enfatizan la importancia de asegurar condiciones de gobernabilidad para justificar la asistencia. La administración republicana enfrenta críticas internas, especialmente de productores sojeros estadounidenses que cuestionan la ayuda a un país competidor, muchos de ellos ubicados en “swing states” clave para las elecciones.

Otros desencuentros con empresas estadounidenses, como la rescisión del contrato de Red Chamber por parte del gobernador de Chubut, Ignacio Torres, han generado malestar adicional en Washington. Para los funcionarios, la asistencia a Argentina se ve empañada por conflictos con compañías estadounidenses, independientemente de que el problema se origine a nivel provincial.

En lo económico, el país enfrenta una marcada falta de reservas. Los vencimientos con organismos multilaterales y de deuda privada suman casi 2.700 millones de dólares hasta fin de año, más de 4.500 millones en enero y más de 18.000 millones en 2026. La falta de reservas limita la capacidad del Banco Central para intervenir y mantener la estabilidad cambiaria, lo que hace probable una devaluación tras las elecciones, según advierten analistas.

El equipo económico ha tomado medidas para aliviar la presión, como la reducción a cero de las retenciones a los granos, lo que provocó una masiva liquidación de exportadores, y la implementación de controles cambiarios adicionales para personas físicas. Sin embargo, estas acciones no han logrado contener la fuerte demanda de dólares.

El riesgo político, denominado “riesgo Kuka”, y la incertidumbre sobre el regreso del peronismo al poder han incrementado la fuga de capitales. Analistas coinciden en que solo un cambio en las expectativas, respaldado por un programa financiero robusto y la acumulación de reservas, podría estabilizar los mercados. Mientras tanto, la atención está puesta en las negociaciones con Estados Unidos y en la capacidad del Gobierno para convertir los anuncios de apoyo en resultados concretos de estabilidad macroeconómica.

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