El BCRA endurece el cepo: las billeteras virtuales quedan fuera del negocio del dólar

ECONOMÍA Agencia de Noticias del Interior
milei-caputo-dolar
  • El BCRA suspendió la venta de dólares oficiales en billeteras digitales como Mercado Pago y Cocos Capital, que concentraban gran parte del mercado minorista.
  • La medida apunta a frenar arbitrajes y “rulos” digitales que erosionaban reservas y ampliaban la brecha cambiaria.
  • El dólar oficial superó los $1.400 y el CCL llegó a $1.550, en un contexto de fuerte presión sobre el tipo de cambio.
  • El Gobierno busca limitar la operatoria a bancos y casas de cambio, bajo el horario restringido del MULC.
  • También se interrumpe el puente entre dólar oficial y criptoactivos, que facilitaba la fuga digital de divisas.
  • El objetivo político es llegar a las elecciones con un dólar controlado, aunque la fragilidad del esquema sigue intacta.

En un mercado cambiario que transita sobre la cornisa de la volatilidad, el Banco Central de la República Argentina (BCRA) ejecutó un nuevo giro de tuerca: suspendió la venta de dólares oficiales a través de billeteras digitales y agentes de liquidación y compensación (ALyC). La medida, que generó mensajes de error en las aplicaciones y un inmediato revuelo en redes sociales, busca frenar una dinámica de arbitrajes que erosionaba las reservas del Central y alimentaba la brecha cambiaria.

El golpe más fuerte lo sintió Mercado Pago, con más de 25 millones de cuentas activas y que concentraba alrededor del 30% del mercado minorista de divisas. Cocos Capital y otras fintech también quedaron en la mira, al igual que parte del ecosistema cripto, que funcionaba como puente entre el dólar oficial y el financiero.

Un mercado recortado

La decisión del regulador llega en un momento en el que el dólar oficial superó los $1.400 y la brecha con las cotizaciones financieras no deja de crecer. El contado con liquidación (CCL) rozó los $1.550, pese a los esfuerzos del BCRA por contener la presión. En ese marco, la autoridad monetaria resolvió cerrar grietas en su esquema de control de capitales y limitar las operaciones a bancos y casas de cambio autorizadas.

Más allá de lo operativo, la medida tiene un trasfondo claro: faltan dólares. El Tesoro apenas logró captar un 40% de la liquidación agroexportadora de septiembre —unos USD 2.700 millones de un total de 7.000—, lo que dejó un caudal significativo en manos del mercado privado, donde la demanda por divisas no afloja. En ese contexto, los “rulos digitales” que facilitaban las billeteras se convirtieron en una sangría imposible de sostener.

El rulo fintech, bajo la lupa

La operatoria era simple y tentadora: un usuario compraba dólares en su billetera al tipo de cambio oficial —más barato que el financiero— y, con un par de clics, los transformaba en MEP o CCL dentro de la misma aplicación, obteniendo una ganancia instantánea gracias a la brecha. La masificación del mecanismo, en particular en Mercado Pago, multiplicó transacciones de bajo volumen pero de alto impacto acumulativo en las reservas del Central.

Además, el horario extendido de las apps permitía arbitrar fuera del estrecho margen temporal del Mercado Único y Libre de Cambios (MULC), que opera entre las 11 y las 15. Mientras que bancos y casas de cambio se regían por ese esquema, las fintech ofrecían compraventa las 24 horas, los siete días de la semana. La consecuencia era inevitable: mayor presión sobre el tipo de cambio oficial y un debilitamiento del control estatal.

El factor cripto y la fuga digital

Otro frente que inquietaba al BCRA era la permeabilidad entre el dólar oficial y los criptoactivos. Las billeteras digitales no solo ofrecían la compra de dólares, sino que integraban de manera casi automática exchanges de criptomonedas, permitiendo transformar divisas reguladas en stablecoins en cuestión de segundos. Ese flujo digital, difícil de rastrear y en gran medida fuera del radar fiscal, era percibido como una amenaza adicional para la estabilidad del sistema cambiario.

Al cortar la venta de dólares oficiales en billeteras, el Gobierno interrumpe esa conexión directa entre el MULC y el universo DeFi. El usuario que busque mover sus divisas hacia cripto ahora deberá hacerlo a través de canales más visibles, expuestos a mayores controles.

Más controles, menos volumen

Con las elecciones de octubre en el horizonte, la Casa Rosada apuesta a un esquema de mayor rigidez operativa que le permita sostener la narrativa de un tipo de cambio “administrado” y bajo control. Sin embargo, la fragilidad del modelo persiste: el Central dispone de reservas limitadas y una demanda interna persistente que obliga a regular tanto el precio como la cantidad disponible.

La pregunta que queda flotando es hasta dónde podrá avanzar el Gobierno con la maraña regulatoria antes de que se resienta aún más la confianza en el sistema financiero. La tensión entre innovación fintech y controles tradicionales marca un nuevo capítulo en la disputa por el dólar, donde el BCRA busca mantener la autoridad frente a un mercado cada vez más fragmentado y digitalizado.

En definitiva, lo que el organismo intenta blindar no es solo un valor de referencia, sino la capacidad misma de administrar los flujos de divisas en un país donde, como repiten en la City, cada dólar cuenta.

Últimas noticias
Te puede interesar
Lo más visto