Mercados argentinos: de la euforia a la corrección y la incertidumbre

ECONOMÍA Agencia de Noticias del Interior
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  • Tras un 2024 excepcional, los mercados argentinos enfrentan en 2025 una corrección significativa, con caída del S&P Merval y volatilidad en bonos y riesgo país.
  • La política cambiaria del Banco Central, que pasó de acumular reservas a un esquema de flotación administrada, estabilizó el peso pero no recuperó la confianza inversora.
  • Las reservas basadas en préstamos, como el acuerdo con el FMI, generan menos respaldo que reservas genuinas, manteniendo alto el riesgo país (~700 puntos), limitando acceso a crédito externo.
  • Los bonos soberanos muestran desgaste pese a pagos exitosos, con una gran deuda en moneda extranjera que dificulta la refinanciación.
  • La derrota del oficialismo en el Senado y las elecciones legislativas de octubre aumentan la incertidumbre política, clave para el comportamiento futuro de los mercados.
  • La situación actual es una reevaluación de la sostenibilidad económica y política; sin señales claras de estabilidad, el malestar financiero podría profundizarse.

Tras un 2024 estelar marcado por un rally histórico en acciones y bonos, los mercados financieros argentinos atraviesan en 2025 una fase de corrección que pone en jaque los logros oficiales en equilibrio fiscal, desaceleración inflacionaria y recuperación económica. El índice S&P Merval acumula una caída del 25% en dólares desde enero, mientras los bonos soberanos y el riesgo país muestran un comportamiento errático y volátil, reflejando un creciente escepticismo entre los inversores.

El impulso récord del año pasado —cuando el Merval se disparó un 122% en dólares y el riesgo país tocó mínimos históricos— se ha visto frenado por varios factores. Entre ellos, destaca la política cambiaria del Banco Central, que pasó de acumular reservas por compras netas de dólares en 2024 a adoptar en 2025 un esquema de flotación administrada con bandas de intervención, que estabilizó el peso pero no logró recuperar la confianza del mercado.

La naturaleza de las reservas también influye en el ánimo inversor: las reservas genuinas generan mayor respaldo que aquellas obtenidas a través de préstamos o repos, como los $20.000 millones pactados con el FMI y créditos multilaterales. Esta diferencia explica, en parte, por qué Argentina no logró una reducción sostenida del riesgo país, que se mantiene en torno a los 700 puntos básicos, nivel que limita severamente el acceso a mercados internacionales de crédito.

Los bonos soberanos sufren un desgaste, pese a pagos exitosos, ante la “muralla de deuda” en moneda extranjera que enfrenta el país y que dificulta la refinanciación. La falta de acceso a crédito asequible complica la gestión financiera, mientras que la balanza de pagos muestra tensiones con salidas netas en servicios e intereses.

A nivel político, la derrota en el Senado de proyectos clave para el equilibrio fiscal y la cercanía de las elecciones legislativas de octubre aumentan la incertidumbre. El desempeño electoral del oficialismo será clave para definir el rumbo de los mercados: una victoria sólida podría reavivar la confianza y reducir el riesgo país; un resultado fragmentado o adverso, en cambio, profundizaría la volatilidad y la corrección.

En síntesis, la pausa actual en los mercados argentinos no es solo una corrección post-rally, sino una reevaluación amplia de la sostenibilidad económica y política. Los inversores exigen señales claras de estabilidad en las reservas, la deuda y el escenario político. De no lograrse, el malestar financiero podría consolidarse y complicar el futuro próximo.

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