Tasas en baja, pesos en busca de destino y presión sobre el dólar: el nuevo desafío económico del Gobierno

ECONOMÍA Agencia de Noticias del Interior
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  • El mercado cambiario se recalienta por factores locales e internacionales, y por la baja en las tasas en pesos.
  • La caída de las tasas de caución y el vencimiento de Lefis generan un exceso de liquidez que presiona al dólar.
  • El Gobierno busca absorber esos pesos con Lecaps, pero enfrenta limitaciones por las tasas ofrecidas.
  • Analistas advierten que podría intensificarse la demanda de dólares si los rendimientos en pesos siguen cayendo.
  • El equipo económico enfrenta una disyuntiva: fomentar la actividad con tasas bajas o contener el dólar con medidas más duras.
  • Factores externos como la baja liquidación del agro y la tensión global complican aún más el panorama.

El mercado cambiario argentino volvió a calentarse en los últimos días, empujado por una combinación de factores estacionales, desequilibrios estructurales del plan económico y un contexto internacional cada vez más turbulento. En medio de este escenario, las tasas en pesos comenzaron a mostrar una tendencia descendente que, según analistas, podría trasladarse rápidamente al precio del dólar.

La consultora 1816 advirtió que la reciente caída de las tasas de caución —que pasaron del 33,5% al 23,4%—, junto con la fuerte expansión monetaria tras la última licitación del Tesoro, genera un excedente de liquidez que presiona sobre el tipo de cambio. A esto se suman vencimientos por entre $8 y $10 billones en Letras Fiscales de Liquidez (Lefis), que no serán renovadas y dejarán a los bancos con una montaña de pesos sin un destino claro.

Parte de ese dinero irá a encajes del Banco Central, pero entre $4 y $5 billones podrían buscar colocaciones alternativas. El Ministerio de Economía, bajo la conducción de Luis Caputo, apuesta a absorber esa liquidez a través de Lecaps (letras del Tesoro a corto plazo), pero los desafíos no son menores: las tasas que ofrecen son limitadas, y su éxito dependerá de que el BCRA actúe de forma previsible en el mercado secundario.

Desde Balanz, Isabel Botta explicó que, ante el menor atractivo del rendimiento en pesos, es probable que el mercado comience a migrar hacia instrumentos en dólares, aunque ese movimiento no sería inmediato. Primero se observa un mayor apetito por activos de corta duración, y solo luego —según el perfil de riesgo del inversor— se puede esperar una dolarización más evidente.

Por su parte, Damián Vlassich, de Invertir Online, destacó que el Tesoro ya convalidó tasas superiores al 36% en las Lecaps más cortas, en un intento de captar los fondos que rotan desde las Lefis. Sin embargo, la tasa efectiva anual sigue por debajo de lo que muchos inversores consideran aceptable frente a los riesgos devaluatorios.

En este marco, el Gobierno se enfrenta a una disyuntiva: permitir tasas más bajas que impulsen la actividad económica o endurecer el frente monetario para contener la presión sobre el dólar —y por ende, sobre la inflación—, especialmente en un contexto político que se recalienta rumbo a las elecciones legislativas.

A las tensiones internas se suman factores externos que complejizan el panorama: menor liquidación del agro tras el regreso de retenciones, compras oficiales de divisas por pedido del FMI y una guerra comercial global que agrega ruido a los mercados emergentes.

Con el dólar oficial bajo presión y una montaña de pesos sueltos en el sistema, el margen de maniobra del equipo económico se achica. El resultado de las próximas decisiones no solo impactará en la estabilidad cambiaria, sino también en el delicado equilibrio político y social de los meses por venir.

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