La economía argentina enfrenta un delicado equilibrio ante crecientes presiones externas

ECONOMÍA Agencia de Noticias del Interior
598759
  • La economía argentina muestra avances parciales y disciplina fiscal, pero enfrenta desequilibrios estructurales que afectan la estabilidad cambiaria.
  • El déficit de cuenta corriente y la caída del superávit comercial reducen las reservas del Banco Central, haciendo necesario el financiamiento externo.
  • La demanda de dólares sigue alta, forzando al Gobierno a endeudarse y pedir préstamos multilaterales, con riesgos futuros para la sostenibilidad.
  • El fin del régimen blend para exportadores impactó negativamente en las reservas, que cayeron 2.000 millones en mayo.
  • Los pagos de intereses de deuda externa y vencimientos de deuda presionan las reservas, muchas veces usadas para cubrir compromisos.
  • La estrategia incluye emitir deuda en pesos suscripta en dólares, que calma a corto plazo pero aumenta riesgos locales.
  • El déficit comercial industrial crece, aunque agro y energía mantienen superávit; el segundo semestre presenta desafíos por cambios en retenciones y mayor demanda de importaciones.
  • El reciente aumento de reservas provino principalmente de préstamos multilaterales, no de divisas genuinas, manteniendo la incertidumbre económica.

La economía argentina transita un escenario cada vez más complejo, donde avances parciales en la actividad y una disciplina fiscal relativamente sostenida conviven con desequilibrios estructurales que tensionan la estabilidad cambiaria. Según informes de consultoras privadas, el principal foco de incertidumbre radica en la persistente fragilidad del frente externo.

El déficit de cuenta corriente y la caída del superávit comercial han reducido la capacidad del Banco Central para acumular reservas, situando al financiamiento externo como la única vía viable para sostener el tipo de cambio y la confianza de los mercados. La demanda de dólares continúa elevada, lo que obliga al Gobierno a recurrir a colocaciones de deuda y préstamos multilaterales, aunque estos recursos implican compromisos futuros que generan preocupación sobre la sostenibilidad.

Datos recientes muestran que durante el primer trimestre, el déficit de cuenta corriente alcanzó los 5.191 millones de dólares, un aumento vinculado al fin del régimen blend para exportadores, que impactó negativamente en las reservas. En mayo, el primer mes sin este sistema, las reservas cayeron 2.000 millones de dólares, mientras que la formación de activos externos por parte del sector privado alcanzó los 3.226 millones, reflejando una demanda dolarizada que complica aún más la acumulación de divisas genuinas.

El Gobierno relativiza el deterioro, atribuyendo la presión cambiaria a la dolarización privada y resaltando la continuidad del régimen de flotación administrada con intervenciones puntuales para evitar saltos abruptos.

No obstante, los pagos de intereses de deuda externa —que ya superan los 12.500 millones de dólares en esta gestión y suman 4.387 millones pendientes en el año— representan un drenaje constante sobre las reservas. En paralelo, el Tesoro afrontó entre diciembre de 2023 y junio de 2025 vencimientos por más de 16.800 millones de dólares, muchos cubiertos con reservas propias ante la falta de acceso a mercados internacionales.

La estrategia se ha enfocado en colocar deuda en pesos suscripta en dólares, un mecanismo que alivió tensiones a corto plazo pero aumentó la exposición futura en moneda local. El riesgo latente no está en la voluntad de pago, sino en la capacidad real para generar o conseguir dólares, con cada mes sin financiamiento externo aumentando la presión sobre las reservas.

El panorama externo se complica además por un deterioro sostenido en la balanza comercial industrial, que registró un déficit de 20.000 millones de dólares en 2024, y una caída en la balanza de servicios. Aunque el agro muestra signos de recuperación y el sector energético mantiene superávit, el segundo semestre prevé mayores desafíos debido a la reversión de retenciones y la normalización de importaciones.

En resumen, el aumento de reservas observado en el segundo trimestre —unos 16.000 millones de dólares— se debe casi exclusivamente a desembolsos de organismos multilaterales y préstamos públicos, no a un flujo genuino de divisas comerciales, manteniendo en vilo la estabilidad macroeconómica y el futuro del programa económico.

Últimas noticias
Te puede interesar
Lo más visto