Expectativas de superávit comercial se desploman por política cambiaria y aumento de importaciones

ECONOMÍA Agencia de Noticias del Interior
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  • La proyección de superávit comercial para Argentina en 2025 cayó a 6.133 millones de dólares, menos de la mitad de lo previsto hace cuatro meses y lejos de los 20.000 millones estimados por el Gobierno.
  • El tipo de cambio, con una devaluación menor a la recomendada por el FMI, reduce la competitividad exportadora y favorece las importaciones.
  • El déficit en cuenta corriente podría crecer hasta cerca del 3% del PIB, impulsado por importaciones de bienes de consumo, automóviles y turismo, que podría superar los 10.000 millones de dólares en salidas.
  • Factores externos, como la baja del precio del petróleo y la necesidad de importar gas licuado, afectan la balanza energética y el aporte esperado de Vaca Muerta.
  • Las importaciones crecieron 29% en mayo, mientras las exportaciones cayeron 7,4%, y la apertura comercial con reducción de aranceles genera críticas por competencia desleal.
  • Aunque se justifica el déficit por crecimiento económico, preocupa que la mayoría de las importaciones sean bienes finales y no inversión productiva.
  • En conjunto, la combinación de dólar retrasado, mayor demanda externa y desafíos energéticos pone en duda la meta oficial y genera incertidumbre económica.

La proyección de superávit comercial para Argentina sufrió un fuerte ajuste a la baja durante 2025. Según la última encuesta REM, que reúne a bancos y consultoras, se espera un saldo positivo de apenas 6.133 millones de dólares para fin de año, menos de la mitad de los 12.554 millones previstos hace cuatro meses y muy lejos de los 20.000 millones que el Gobierno había estimado en el presupuesto.

El principal factor detrás de esta caída es el tipo de cambio: tras el levantamiento del cepo, el dólar oficial mayorista subió menos de lo recomendado por el FMI, limitando la competitividad exportadora y alentando las importaciones. Aunque el ministro Luis Toto Caputo defiende que el peso se devalúa mientras las monedas regionales se aprecian, analistas cuestionan la intervención indirecta del Banco Central, que con contratos futuros ha contenido la depreciación, afectando la liquidez y el flujo de capitales.

Además, el déficit en cuenta corriente, estimado oficialmente en 1,8% del PIB, podría crecer hasta cerca del 3%, impulsado por la creciente compra de bienes de consumo y automóviles, así como por el turismo, que este año podría registrar salidas récord de divisas superiores a 10.000 millones de dólares.

En paralelo, factores externos como la caída del precio internacional del petróleo y la necesidad de importar gas licuado por el frío complican aún más la balanza energética, afectando la esperada contribución positiva de Vaca Muerta al superávit comercial.

El aumento del 29% en importaciones registrado en mayo, con una caída del 7,4% en exportaciones, y la apertura comercial con reducción de aranceles en varios sectores, generan críticas de industriales que denuncian competencia desigual.

Si bien el Gobierno y el FMI justifican el déficit por una economía en crecimiento que requiere insumos extranjeros, el componente mayoritario de importaciones proviene de bienes finales y no de inversión productiva, lo que preocupa respecto a la sustentabilidad del actual modelo.

En resumen, las expectativas de superávit comercial se revisan a la baja en un contexto de dólar retrasado, mayor demanda de consumo externo, desafíos energéticos y volatilidad en los mercados internacionales, poniendo en duda la meta oficial y generando incertidumbre sobre el rumbo económico del país.

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