El aguinaldo ya no es un lujo: los argentinos lo usan para llegar a fin de mes

ECONOMÍA Agencia de Noticias del Interior
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  • El 31% de los argentinos usará el aguinaldo de junio para cubrir gastos básicos como servicios, expensas y educación.
  • Se prioriza llegar a fin de mes por sobre el consumo recreativo, como vacaciones.
  • La inflación bajó y el dólar está más estable, pero los salarios aún no alcanzan.
  • Disminuye el interés por comprar dólares; crecen las inversiones en pesos como las Lecaps.
  • Las billeteras digitales pierden protagonismo frente a instrumentos más rentables.
  • Solo un 9% usará el aguinaldo para pagar deudas.
  • El aguinaldo dejó de ser un lujo y pasó a ser una herramienta de administración y estrategia.

En una Argentina donde la inflación da señales de moderación pero los salarios aún no recuperan poder adquisitivo, el aguinaldo de junio dejó de ser sinónimo de disfrute o consumo extraordinario. Hoy, para una gran parte de la población, representa una herramienta clave para sostener el día a día. Según un relevamiento de Focus Market realizado sobre 7.500 casos, el 31% de los argentinos destinará este ingreso extra a cubrir gastos corrientes: expensas, servicios, colegios, medicina prepaga y otras obligaciones básicas.

Este cambio en el destino del aguinaldo refleja un giro profundo en el patrón de consumo. En diciembre de 2024, por ejemplo, el rubro vacaciones lideraba las prioridades. En junio de 2025, ese objetivo cae al cuarto lugar, desplazado por necesidades más urgentes. Aunque la macroeconomía muestra mayor estabilidad —con una inflación más controlada y un dólar contenido— la foto del bolsillo es otra: los ingresos mensuales no alcanzan, y el aguinaldo actúa como un salvavidas para ponerse al día.

En paralelo, se observa un cambio en la relación con el dólar. A diferencia de años anteriores, cuando la urgencia por dolarizarse ante posibles devaluaciones marcaba el pulso financiero, hoy esa lógica se desactiva. El dólar dejó de ser un refugio automático, y en su lugar comienzan a ganar terreno estrategias de inversión en pesos con altos rendimientos, como el carry trade o las Lecaps.

Las billeteras digitales también pierden protagonismo como lugar de resguardo del aguinaldo: muchos usuarios, más informados, optan por instrumentos más rentables, como fondos comunes de inversión o acciones. Solo el 9% destinará este ingreso a pagar deudas, otro dato revelador del momento actual.

Incluso la idea de “stockearse” en el supermercado, popular en tiempos de alta inflación, perdió atractivo. Con precios más estables, ya no tiene sentido llenar el changuito como forma de ahorro.

En definitiva, el aguinaldo ya no se vive como una fiesta, sino como una herramienta de administración. Un recurso estratégico para sostener el consumo esencial y, para quienes pueden, pensar en inversiones más sofisticadas. En este nuevo escenario, quizás el cambio más profundo no sea cómo se gasta, sino cómo se decide. Porque aunque el contexto todavía aprieta, la previsibilidad —bien escaso en la historia reciente— comienza a marcar la diferencia.

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