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Llaryora, sin apuro por vacante en TSJ, pero con estrategia de “combo”

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En el oficialismo causó sorpresa pero no malestar la renuncia de la jueza Mercedes Blanc de Arabel al Tribunal Superior de Justicia a partir del 1 de febrero pasado. La jubilación de la jueza laboralista le da al gobernador Martín Llaryora la posibilidad,  temprana para su gobierno, de designar su reemplazo y ocupar un casillero de los siete del alto tribunal. Su antecesor, Juan Schiaretti, tuvo que esperar su tercer mandato para designar a un vocal, el actual presidente del alto cuerpo, Luis Angulo, que previamente fue dos veces ministro de Justicia y de Trabajo de la Provincia.

Dicen en el Panal que Llaryora no tiene apuro para elegir al sucesor o sucesora de Blanc de Arabel y que en medio de la crisis y de las relaciones heterodoxas con el gobierno nacional, no es momento. El tiempismo del gobernador, manifestado por dirigentes cercanos y por ministros del gabinete, solapa una estrategia que a su vez está vinculada a la estrechez numérica de Hacemos Unidos por Córdoba en la Legislatura, que tiene que votar la designación.

Fuentes cercanas al sanfrancisqueño hablan de un “paquete” de nombramientos judiciales para negociar en la fragmentada unicameral, donde Hacemos Unidos tiene que dedicarse al quorum sesión por sesión, y atendiendo los requerimientos del “partido cordobés”, que sigue con las puertas abiertas sumando nombres (la última incorporación no legislativa, con coste, fue el excandidato a intendentes de Juntos por el Cambio de Villa Carlos Paz, Emilio Iosa, designado recientemente por Llaryora en el comité de cuenca del Lago San Roque, lo que le valió el enojo de quien fuera aliado mimado de Schiaretti, el actual intendente y ex funcionario provincial Esteban Avilés). 

La elección de los magistrados pasa por el Consejo de la Magistratura. El paquete en discusión incluiría no sólo al reemplazo de Blanc de Arabel, sino que desde sectores de llaryorismo especulan con dos vacantes en el TSJ, con la esperanza no disimulada de otra renuncia por jubilación, la del vocal Luis Rubio. El juez, al que vienen jubilando sin suerte, ya ha dicho que se quedará al menos dos años más en su cargo. No sólo esos lugares están en juego: el Panal tiene que definir los nombres del recientemente creado Ministerio de la Defensa, integrado por un titular y dos adjuntos, sitios también muy apetecibles para negociar votos con la oposición.

Nada tiene fecha aún para un gobernador que atenderá otras prioridades y que se aseguró con sus colaboradores que el alto tribunal, al ser un cuerpo colegiado, puede funcionar sin problemas son los actuales seis integrantes: Angulo, Rubio, Sebastián López Peña, María Marta Cáceres de Bolatti, Domingo Sesín y Aida Tarditti. 

“No hay ningún apuro”, resaltan en el oficialismo.

Tampoco han trascendido nombres, aunque en el propio tribunal un magistrado se jugó con un posible perfil: mujer, para no provocar desequilibrios de género, laboralista, para no desarmar la sala que Blanc de Arabel comparte con Rubio y con Angulo, y proveniente del Poder Judicial. Nada de eso confirman los ministros de Llaryora, que relativizan desde la cuestión del  género hasta la especialización. 

En cualquier caso, la agenda del TSJ para los próximos meses no tiene fallos de interés para el poder político, lo que aliviana los tiempos, aunque sí puede haber tensiones internas, vinculadas a los sueldos de los trabajadores judiciales que por ahora no tienen fecha de paritaria.

Con informacion de Diario Alfil, sobre una nota de Bettina Marengo.

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