El dólar entra en una zona de equilibrio frágil y el mercado mira cada movimiento con lupa

ECONOMÍA Agencia de Noticias del Interior
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  • El dólar mostró una estabilidad inusual pese a cambios políticos y mejoras financieras.
  • Consultoras destacan la baja de tasas, la caída en futuros y el rol del carry trade.
  • El Gobierno no modificará las bandas cambiarias aun con tasas reales negativas.
  • La baja del riesgo país y el boom de emisiones corporativas aportan dólares y financiamiento.
  • Existen cuatro caminos para pagar deuda sin tensionar el tipo de cambio.
  • Diciembre y enero serán cruciales para sostener un equilibrio que el mercado considera frágil.

El dólar volvió a ocupar un lugar central en la discusión económica y puso a los operadores financieros en estado de alerta. La moderación poco habitual que mostró el tipo de cambio en los últimos días —incluso en medio de cambios políticos profundos y una fuerte mejora de bonos y acciones— abrió un interrogante decisivo: ¿es el inicio de una etapa de estabilidad o apenas una breve calma antes de tensiones mayores? La respuesta, coinciden los analistas, depende de un conjunto de variables que hoy se sostienen con equilibrio delicado.

La caída de tasas en pesos, la reaparición del carry trade, el descenso del riesgo país, el regreso de emisiones corporativas en dólares y la estacionalidad propia de fin de año reconfiguraron el tablero cambiario. Al mismo tiempo, diciembre y enero se acercan como meses críticos: demandan mayores niveles de circulante, suelen tensionar expectativas y coinciden con una menor liquidación del sector agroexportador. En ese contexto, sorprende que el dólar haya reaccionado tan poco.

La estrategia del Gobierno suma otra pieza clave: no piensa recalibrar las bandas cambiarias. Esa definición convive, sin embargo, con elementos que generan dudas dentro del mercado: tasas reales negativas, reservas aún lejos de las metas y un calendario de pagos que exige dólares en un momento en que el Banco Central no está comprando divisas. Para economistas y operadores, el resultado es claro: el dólar opera en una “zona sensible”, donde cualquier desajuste puede alterar la estabilidad actual.

Un tipo de cambio que se desacopló de los shocks

El comportamiento del dólar fue tan moderado que sorprendió a firmas como 1816, que subrayó que el tipo de cambio fue la variable “menos reactiva” frente al shock de expectativas. Para la consultora, la explicación se encuentra en dos factores: la fuerte baja de tasas en pesos y la caída de la cobertura privada en futuros, que se redujo en torno a USD 4.000 millones.

Eco Go, por su parte, pone el acento en otro aspecto: el Gobierno está decidido a mantener el esquema de bandas, incluso con tasas reales negativas. Según su visión, la estrategia apunta a reactivar el carry trade y a sostener expectativas nominales relativamente ancladas. La consultora interpreta que el discurso oficial ahora se centra en que el ritmo de compras de dólares estará determinado por la demanda de pesos, bajo el supuesto de que los vencimientos podrán ser refinanciados. La intervención del Tesoro cuando el dólar perforó los $1.400 también fue leída como una señal informal de dónde podría ubicarse el nuevo piso dentro de la banda.

Bonos fuertes, riesgo país en baja y un crédito que vuelve a asomar

El rally de los bonos en dólares agrega otra capa a la estabilidad cambiaria. Desde 1816 señalan que, en ausencia de shocks externos, la compresión de rendimientos podría continuar e incluso facilitar un regreso del país al mercado financiero internacional. El Global 2035 rinde cerca del 10% y perfora niveles que no se veían desde comienzos de año.

Eco Go aporta otro ángulo: la baja del riesgo país mejora las posibilidades de que el Tesoro coloque deuda en dólares para cubrir los vencimientos de enero, que suman USD 3.600 millones si se consideran solo los acreedores privados, y USD 4.300 millones si se incluyen organismos públicos. Si el financiamiento aparece, el Gobierno necesitaría menos pesos para comprar divisas, lo que moderaría la presión sobre el tipo de cambio.

A esto se suma el notable crecimiento de las emisiones corporativas en dólares: desde el 27 de octubre, empresas colocaron USD 2.631 millones, con provincias evaluando sumarse. Para 1816 esto implica un ingreso de divisas al mercado spot; para Eco Go, funciona como amortiguador en meses de baja liquidación del agro.

Cómo pagar la deuda sin mover el dólar

Eco Go identifica cuatro caminos para que el Gobierno pague deuda sin tensionar el mercado cambiario. Dos no requieren pesos: usar dólares del swap con el Tesoro estadounidense y aprovechar la liquidación de nuevas emisiones corporativas. Las otras dos sí: reabrir el BONTE TY30P para captar dólares de no residentes y colocar nueva deuda soberana en dólares, que para la consultora sería la opción más sólida dada la caída del riesgo país.

1816 aporta un dato adicional: la llamada “cuenta 2020”, utilizada para comprar dólares y enfrentar vencimientos, aún cuenta con $4,9 billones, mientras que el Tesoro mantiene otros $14 billones dentro del Banco Central. Ambas consultoras coinciden en que el margen es razonable para evitar tensiones inmediatas, pero advierten que la estabilidad depende de la demanda de pesos y del cumplimiento del calendario de pagos.

Un equilibrio tan fino como inestable

El mercado coincide en que el dólar atraviesa un momento decisivo. La estabilidad actual no está garantizada: depende de mantener las bandas cambiarias sin sobresaltos, sostener la demanda de pesos, acceder a financiamiento y evitar shocks externos. Diciembre y enero actuarán como prueba de fuego.

Si todas las piezas se alinean, el dólar podría seguir dentro del rango actual. Si alguna se desplaza, la reacción podría ser inmediata.

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