El nuevo factor en las dietas saludables que obliga a replantear los consejos clásicos

SALUD Y NUTRICIÓNJulia VOSCOJulia VOSCO
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Un nuevo enfoque en la ciencia de la nutrición está centrando la atención en la carga ácida de la dieta (DAL), un concepto que podría ser crucial en el desarrollo de enfermedades crónicas. La evidencia más reciente indica que la alta carga ácida de la dieta occidental, caracterizada por un elevado consumo de productos animales, sal y alimentos ultraprocesados, podría estar vinculado a problemas de salud significativos.

La DAL se refiere al efecto neto de los alimentos y bebidas sobre el equilibrio ácido-alcalino del cuerpo tras su metabolismo. Este concepto no está relacionado con el sabor, sino con los compuestos que se generan durante la digestión.

Expertos, como Hana Kahleova del Physicians Committee for Responsible Medicine, advierten que una mayor carga ácida de la dieta puede aumentar el riesgo de enfermedades crónicas, incluyendo afecciones renales, hepáticas, obesidad y trastornos como la ansiedad y la depresión. "Nuestro cuerpo necesita mantener un pH constante", explica Kahleova, enfatizando que las desviaciones pueden causar graves problemas de salud.

Los alimentos que consumimos son determinantes clave de la DAL. Por ejemplo, las proteínas animales, como carne y quesos, generan compuestos ácidos durante su metabolismo. En contraste, la mayoría de las frutas y verduras, especialmente las de hoja verde, producen metabolitos alcalinos que pueden contrarrestar la acidez.

La medición de la carga ácida dietética a menudo se realiza mediante el método PRAL (Potential Renal Acid Load), que estima el efecto ácido o alcalino de los alimentos. Las tablas de PRAL indican que una carga ácida elevada, superior a 60 mEq/día, puede comprometer de manera significativa la salud renal.

Las consecuencias de una dieta con alta carga ácida son notables, sobre todo para los riñones, que deben trabajar más para eliminar el exceso de ácido. Un estudio indica que un incremento de 10 mEq/día en la carga ácida está relacionado con un aumento del 3% en el riesgo de mortalidad por cualquier causa.

Si bien se necesita más investigación sobre su relación con enfermedades como diabetes y cáncer, los datos actuales son preocupantes. Kahleova señala que quienes adoptan dietas basadas en plantas, como la vegana, tienden a perder peso y mejorar su metabolismo más que aquellos que siguen dietas menos alcalinas.

Los expertos aconsejan no seguir tendencias sin fundamento, como la “dieta alcalina”, sino adoptar hábitos alimenticios respaldados por la ciencia. Las recomendaciones incluyen reducir el consumo de proteínas animales, sal y alimentos ultraprocesados, mientras se incrementa la ingesta de frutas, verduras y hojas verdes.

En resumen, prestar atención a la carga ácida en la dieta puede ayudar a mejorar la salud general, reducir la presión sobre los riñones y disminuir el riesgo de enfermedades crónicas. Adoptar pequeñas modificaciones en los hábitos alimenticios puede ser una estrategia accesible para cuidar la salud a largo plazo.

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