Los bancos de Wall Street piden garantías a EE.UU. antes de otorgar un crédito de u$s20.000 millones a la Argentina

ECONOMÍA Agencia de Noticias del Interior
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  • JP Morgan, Bank of America, Goldman Sachs y Citigroup condicionan un préstamo de u$s20.000 millones a garantías del Tesoro de EE.UU.
  • El crédito se complementaría con un swap monetario del BCRA del mismo monto.
  • Las entidades temen los riesgos de una devaluación del peso y buscan respaldo directo de Washington.
  • El Tesoro aún no definió si ofrecerá avales ni bajo qué esquema legal.
  • Exfuncionarios estadounidenses advierten sobre el alto riesgo financiero de la operación.
  • El FMI teme que Argentina priorice pagos a EE.UU. por sobre los compromisos con el Fondo.

El plan para inyectar liquidez a la economía argentina antes de las elecciones legislativas enfrenta nuevos obstáculos. Un grupo de bancos estadounidenses —encabezado por JP Morgan, Bank of America, Goldman Sachs y Citigroup— condicionó la aprobación de un préstamo por u$s20.000 millones a la obtención de garantías explícitas del Departamento del Tesoro de Estados Unidos, según publicó el Wall Street Journal. Las entidades aseguran que no avanzarán sin el respaldo formal de Washington, ante los riesgos de operar con un país que atraviesa un contexto de alta volatilidad cambiaria y fiscal.

El préstamo fue anunciado días atrás por Scott Bessent, asesor financiero de la administración estadounidense y una de las figuras más influyentes en la coordinación de la ayuda económica hacia la Argentina. La iniciativa busca complementar el swap de monedas por un monto equivalente, que el Banco Central (BCRA) comenzó a ejecutar esta semana mediante la compra de pesos en el mercado con el objetivo de estabilizar la cotización del dólar en la previa de los comicios del próximo domingo.

Sin embargo, el entusiasmo inicial chocó con las condiciones impuestas por los bancos privados. Las entidades pretenden asegurarse de que, en caso de un deterioro del peso o de un eventual incumplimiento, el Tesoro estadounidense intervenga como garante de último recurso. Según fuentes citadas por el WSJ, “los bancos sienten que no pueden actuar sin el aval del Tesoro” y esperan una señal clara sobre el tipo de respaldo que podrían recibir, ya sea mediante garantías directas o algún esquema de cobertura financiera.

Hasta el momento, el mecanismo no fue cerrado y, de hecho, podría fracasar si no se resuelve el punto de las garantías. Un vocero del Tesoro señaló que “las conversaciones siguen en curso” y que la administración espera “poder dar más detalles cuando concluyan”. La negociación se da en un contexto de extrema cautela en Washington, donde los funcionarios evalúan los riesgos de implicarse más profundamente en la ingeniería financiera argentina sin la aprobación formal del Congreso estadounidense ni del Fondo Monetario Internacional (FMI).

El Departamento del Tesoro participa directamente en la coordinación de la llamada “facilidad de crédito” junto con el BCRA. Según las proyecciones iniciales, la combinación del préstamo de los bancos y el swap monetario elevaría el respaldo total estadounidense a u$s40.000 millones, un refuerzo de magnitud que permitiría fortalecer las reservas internacionales del país y contener eventuales presiones sobre el tipo de cambio en plena campaña electoral.

Sin embargo, dentro del propio Tesoro existen diferencias. Algunos funcionarios advierten que el acuerdo podría exponer a Estados Unidos a pérdidas significativas si el peso argentino sufre una nueva depreciación. Entre ellos, el ex subsecretario adjunto del Tesoro Brad Setser consideró que “los riesgos de estas operaciones son inusualmente altos” y alertó que “una caída en el valor del peso dejaría al Tesoro con activos devaluados y un problema político interno”.

A estas tensiones se suman las preocupaciones del Fondo Monetario Internacional, cuyos técnicos observan con inquietud el creciente protagonismo de Washington en el financiamiento bilateral con Buenos Aires. En la sede del FMI temen que Argentina priorice el cumplimiento de sus compromisos con Estados Unidos por encima de los plazos acordados con el Fondo, lo que podría generar fricciones institucionales y nuevos cuestionamientos dentro del organismo multilateral.

En términos prácticos, el swap y el crédito proyectado buscan darle al gobierno argentino margen para intervenir en el mercado cambiario y evitar sobresaltos en la recta final de la campaña. Pero la falta de definiciones sobre el respaldo del Tesoro mantiene en suspenso la operación. Si no se concreta, la estrategia de estabilización podría quedar reducida a los recursos propios del BCRA, cuyo poder de fuego es limitado en comparación con las necesidades del mercado.

Mientras tanto, la Casa Blanca mantiene silencio público, pero monitorea de cerca la evolución política y económica argentina. Para Washington, la estabilidad de Buenos Aires sigue siendo clave en el tablero regional, aunque el costo de garantizarla se ha vuelto cada vez más alto.

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