FMI advierte sobre "bomba fiscal" por intereses de deuda y pone en jaque el superávit oficial

ECONOMÍA Agencia de Noticias del Interior
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  • El FMI se pronunció sobre la controversia fiscal en Argentina respecto a los intereses acumulados no contabilizados de la deuda pública, especialmente de las Lecaps.
  • Aunque el gobierno informa un superávit fiscal, el FMI estima que, al contabilizar esos intereses ajustados por inflación, el resultado real sería un déficit del 1,2% del PBI.
  • La diferencia surge porque el gobierno no incluye esos intereses devengados como gasto, mientras el FMI sostiene que deben considerarse.
  • Esto impacta la narrativa oficial y pone en duda la fortaleza fiscal que el gobierno exhibe para mantener la confianza de los mercados.
  • El informe del FMI obliga al gobierno a decidir si mantiene su postura o ajusta la contabilidad, lo que implicaría reconocer un déficit fiscal.
  • La discusión vuelve a poner en agenda la necesidad de mayor transparencia y rigor contable en un año electoral clave.

El debate sobre la supuesta "bomba fiscal" que generan los intereses acumulados pero no contabilizados de la deuda pública argentina suma un nuevo capítulo con el reciente informe del Fondo Monetario Internacional (FMI). Por primera vez, el organismo internacional se pronuncia con cifras sobre esta controversia que desafía la proclamada fortaleza fiscal del gobierno.

Según el reporte, mientras el resultado fiscal oficial de junio arroja un superávit de $551.000 millones, la acumulación de intereses capitalizados en títulos como las Lecaps implica un déficit real de $5,8 billones, equivalente a un 2% del PBI. Esta cifra supera el superávit primario del 0,8% del PBI registrado entre enero y mayo, lo que deja un resultado fiscal negativo en 1,2% del PBI.

La controversia nace del manejo contable de estos intereses, que a diferencia de otros títulos, no se pagan periódicamente sino que se acumulan hasta el vencimiento del bono. Mientras el gobierno de Toto Caputo los considera como costo cero en sus balances, sus críticos y ahora el FMI, sostienen que deben ser contabilizados aunque ajustados por inflación, ya que constituyen un gasto devengado que no puede ser ignorado.

Este debate no es solo técnico, sino que impacta directamente en la narrativa política oficial, que se apoya en el logro del superávit fiscal para sostener su programa económico y la confianza en los mercados. La cifra estimada de dos puntos del PBI en costo financiero equivale a unos 1.400 millones de dólares, un monto relevante en el contexto de la última turbulencia cambiaria.

El informe del FMI plantea un desafío crucial para el gobierno: deberá decidir si mantiene su postura y asume una discrepancia con el organismo, o ajusta su contabilidad para reflejar la realidad que indica el acumulado de intereses, lo que implicaría admitir que no hay un superávit fiscal sino un déficit.

La situación recuerda la controversia previa sobre la deuda del Banco Central, cuando el gobierno decidió trasladar los pasivos remunerados al Tesoro para reducir incentivos perversos en el sistema financiero. Sin embargo, la naturaleza capitalizable de las Lecaps mantiene abierta la incógnita sobre el verdadero costo fiscal y su impacto en las cuentas públicas.

En plena campaña electoral, esta señal del FMI complica el discurso oficial y pone sobre la mesa la urgencia de revisar los cálculos fiscales para garantizar transparencia y credibilidad, en un contexto económico donde cada punto porcentual del PBI tiene un peso decisivo.

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