Nacieron golpistas y lo seguirán siendo

POLÍTICA Carlos Zimerman
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carlos zimermanPor Carlos Zimerman

Este miércoles, la Cámara de Diputados se transformó en un terreno de intensa confrontación política, donde la oposición kirchnerista logró aprobar un proyecto que, aunque se presenta bajo la bandera de garantizar el financiamiento de las universidades nacionales, oculta un peligro latente: la potencial destrucción del superávit fiscal que ha requerido tanto esfuerzo y sacrificio por parte del gobierno de Javier Milei. Esta acción no solo amenaza la estabilidad económica del país, sino que, de no ser detenida, podría desencadenar una nueva crisis, algo que todos preferiríamos evitar.
Durante la sesión, se debatieron iniciativas que incluían incrementos injustificados en el presupuesto universitario y en los salarios de los docentes. Aunque estas propuestas se articulan con buenas intenciones, se sustentan en la promesa de gastos adicionales sin un plan claro sobre su financiación. La declaración de emergencias en áreas críticas, como la salud y la ciencia, solo suma presión a un sistema que ya es insostenible.
El resultado de la votación, con 158 votos a favor, 75 en contra y 5 abstenciones, destaca el apoyo de bloques como Unión por la Patria y el Frente de Izquierda. Este respaldo debería encender alarmas: no puede haber crecimiento sostenible si se ignora la responsabilidad fiscal. La propuesta, originada en el bloque radical disidente Democracia para Siempre, sugiere una actualización automática de los gastos en universidades y hospitales, así como un aumento en las becas estudiantiles, pero no ofrece un plan claro sobre cómo se financiarán estas medidas.
Los legisladores libertarios, comprometidos con la defensa del superávit fiscal, han advertido sobre los riesgos que trae un gasto desmedido capaz de comprometer la estabilidad económica del país. Recordemos que en 2024, Javier Milei ya había rechazado propuestas similares, defendiendo que el superávit fiscal es un pilar fundamental para el futuro económico de Argentina. En este sentido, La Libertad Avanza ha insistido con firmeza en sus redes sociales que "EL SUPERÁVIT FISCAL NO SE NEGOCIA", un mensaje que resuena como un llamado a la sensatez en un océano de propuestas populistas.
En conclusión, es esencial que la discusión sobre el financiamiento de las universidades y otros gastos públicos se base en un análisis serio y responsable. La economía argentina no puede soportar más medidas desesperadas que, aunque puedan parecer bien intencionadas, amenazan la salud fiscal del país. La responsabilidad en la gestión pública debe prevalecer sobre el deseo de soluciones rápidas y sin fundamento. En un momento donde cada decisión cuenta, es vital priorizar la sostenibilidad económica por encima de demagogias mal orientadas.

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