¿Qué está pasando con el dólar en Argentina? Análisis de expertos y perspectivas económicas
ECONOMÍA Marcos Phillip*En las últimas semanas, las miradas sobre el dólar en Argentina han reflejado las complejidades del contexto económico y financiero del país. La consultora económica 1816 y la consultora de Salvador Di Stefano presentaron sus análisis, subrayando diversas dinámicas y perspectivas en torno a la moneda estadounidense. A continuación, se sintetizan sus opiniones.
Según la consultora 1816, el tipo de cambio real de Argentina ha mostrado una apreciación sostenida, lo que ha llevado a un déficit de cuenta corriente en base caja durante cinco meses consecutivos, alcanzando los 5.400 millones de dólares entre junio y octubre de 2024. Sin embargo, esta cifra no cuenta toda la historia.
El llamado "dólar blend", un mecanismo que implicó la liquidación de aproximadamente 7.100 millones de dólares de exportaciones a través del mercado de Contado con Liquidación (CCL), habría revertido este déficit en un superávit si se considerara como parte del sistema oficial.
Uno de los factores destacados por 1816 fue el gasto en dólares mediante tarjetas de crédito en el exterior, que alcanzó en octubre los 941 millones de dólares, el nivel más alto desde que Javier Milei asumió la presidencia. De manera reveladora, el Banco Central (BCRA) precisó que solo el 50% de estos gastos fue cancelado a través del dólar MEP, mientras que el resto utilizó vías más costosas, como el dólar tarjeta.
Esto parece estar relacionado con la naturaleza de los gastos: mientras que las pequeñas transacciones, como suscripciones, se pagan fácilmente con el dólar MEP, las compras más significativas, como pasajes y estadías, tienden a cubrirse con dólares propios de los usuarios.
Dólar: presión sobre el mercado financiero
La dinámica del mercado también refleja una moderada presión sobre el dólar financiero. 1816 explicó que la menor demanda de dólares en el mercado financiero contribuyó al buen desempeño del peso argentino y a la estabilidad de la brecha cambiaria.
Además, el BCRA continuó adquiriendo dólares en el Mercado Único y Libre de Cambios (MULC), incluso frente al déficit de cuenta corriente, impulsado en parte por el aumento en préstamos en dólares locales, que sumaron 2.700 millones de dólares desde mediados de agosto.
Sin embargo, 1816 advirtió que la sostenibilidad de esta situación dependerá de que los depósitos en moneda extranjera no sigan disminuyendo. Desde finales de octubre, estos depósitos cayeron en 2.000 millones de dólares, y aunque las reservas netas del BCRA se beneficiaron temporalmente de un préstamo de organismos internacionales, alcanzando un saldo de -5.000 millones de dólares a finales de noviembre, volverán a caer próximamente debido a pagos de deuda externa.
La consultora también destacó la debilidad del real brasileño, que alcanzó su valor más bajo frente al dólar desde la época de la Convertibilidad en Argentina. Aunque esta situación no ha afectado significativamente al peso ni al precio de la soja, 1816 subrayó que la economía argentina y la brasileña atraviesan narrativas muy distintas, con Brasil enfrentando preocupaciones sobre su deuda en moneda local y Argentina centrada en mantener el superávit fiscal.
Mercado arbitrado
Por su parte, Salvador Di Stefano presentó un enfoque que pone de relieve la arbitración de tasas de interés y su impacto en el mercado cambiario.
Según Di Stefano, los rendimientos financieros a un año se ubican en torno al 40% anual, mientras que la inflación esperada se estima en 28,5%. Esto implica tasas de interés reales positivas, aunque el crédito sigue siendo caro, frenando una reactivación económica más robusta.
El Banco Central redujo la tasa de interés de corto plazo al 32% anual, con una tasa efectiva del 37,2%. Di Stefano interpretó esta decisión como una señal de que el gobierno espera una inflación mensual por debajo del 3%.
Sin embargo, destacó una inconsistencia en la política monetaria, ya que la tasa de política se encuentra por debajo de los rendimientos de instrumentos como las Lecap, que a 42 días rinden el 42,5% anual. Esta situación favorece al Estado, al hacer más atractivas las Lecap frente a los plazos fijos para los inversores, pero plantea un desafío para los bancos y el financiamiento de la economía real.
Rendimientos y crédito en dólares
En este contexto, los bonos en pesos ajustados por inflación registraron caídas en sus precios, con rendimientos que rondan el 41,35% anual. Por otro lado, los bonos a tasa capitalizable, como los Boncap, ofrecen tasas efectivas ligeramente inferiores.
Según el experto, estas diferencias en los rendimientos reflejan un mercado muy arbitrado, donde las opciones de inversión compiten de manera estrecha.
La baja de tasas del BCRA, aunque positiva para la economía real, no ha sido suficiente para aliviar la carga financiera de los emprendedores. Los créditos en dólares son una alternativa más económica, pero están restringidos principalmente a empresas exportadoras, lo que limita su alcance.
Esta dinámica ha llevado a algunos emprendedores a vender sus ahorros en dólares para financiar nuevos proyectos o capital de trabajo, lo que ha contribuido a una notable compresión en las brechas cambiarias. Al cierre de noviembre, el dólar blue se ubicaba en 1.050 pesos, mientras que el CCL rondaba los 1.089 pesos, reduciendo significativamente la diferencia con el dólar exportador.
Conclusiones compartidas
Tanto 1816 como Di Stefano coinciden en que la estabilidad del dólar responde a múltiples factores, desde medidas regulatorias hasta decisiones de política monetaria.
No obstante, sus análisis también revelan un trasfondo de fragilidad, con desafíos en las reservas del BCRA y limitaciones para el financiamiento productivo.
Mientras el peso argentino mantiene su fortaleza relativa, las condiciones para sostener esta dinámica en el mediano plazo dependen de la implementación de políticas fiscales y crediticias coherentes que equilibren las necesidades de la economía real con las demandas del mercado financiero.
* Para www.iprofesional.com