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OPINIÓN 19/11/2022 Mónica Gutiérrez*
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No pregunten más. No fastidien con ese tema. Mauricio Macri no lo tiene decidido.

Ni siquiera en lo más íntimo de su ser ha logrado resolver lo que quiere hacer. El debate continúa abierto. A Olivos se llega con un dejo de imprescindible inconsciencia y se sale con experiencia.

El paso por el ejercicio de la Presidencia es demoledor. Él lo vivió y lo sabe. Lo tienta el poder. Seguramente tiene necesidad personal de revancha. Se debe dar la oportunidad de un segundo tiempo. Convive con su ego, siempre fatigante. Pero por el momento “no se siente”. Lo ha dicho una y otra vez ante propios y extraños tocando el centro del esternón: “Necesito sentirlo acá”. No estaría ocurriendo. Esa señal todavía no le llegó.

Puesta en perspectiva de la propia historia personal no es para Mauricio Macri una decisión fácil. La ponderación del tiempo que le queda por delante pesa. Quienquiera que llegue a la Presidencia necesita al menos dos mandatos para alcanzar algún resultado aceptable. El país que recibirá el presidente del 23 está devastado. Nada será fácil.

En el mientras tanto, se muestra políticamente activo. Juega a ser el que parte y reparte, el que lidera. Disfruta de ese rol. Nunca se subió a una eventual candidatura presidencial pero tampoco descarta presentarse. No parece tener ningún apuro por definirse. Alimenta su centralidad con una intensa agenda política. Balconea desde su trabajada estelaridad política la disputa entre Horacio Rodríguez Larreta y Patricia Bullrich.

No hace falta ser un agudo observador para entender que Macri se identifica más con el estilo confrontativo de la presidenta del PRO que con la moderación larretista. Ella expresa el cambio, aborda los temas con determinación, es siempre cortante. Eso, en las luminosas oficinas del ex presidente, gusta mucho. Desde la cosmovisión macrista la competencia entre ambos, por feroz que resulte, los terminará mejorando.

Para el núcleo duro del macrismo, ese que fogonea a diario una candidatura de Macri como la única alternativa, Rodríguez Larreta presenta rasgos demasiados contemplativos que lo emparentan con el populismo. Se recela, también, y mucho de su relación personal con Sergio Massa.

El ministro de Economía, se sabe, no goza de consideración ni respeto alguno en el entorno del ex presidente. El desayuno convocado para aplacar los ánimos internos terminó con un comunicado señalando el peligro massista. “Nos está dejando una bomba económica”, denunciaron.

Para Macri, no hay otro camino que “hacer lo que hay que hacer” (entiéndase ajuste) a fondo y en poco tiempo. No hay margen ni espacio para otra cosa.

Según el ex presidente la gente está preparada para acompañar la profundidad del cambio. La situación en que se recibirá el país es absolutamente límite, no admite atajos. El cambio tiene que ser rápido y a fondo. Cómo podrá ejecutarse en un contexto de extrema vulnerabilidad social, con la mitad del país bajo la línea de pobreza es una pregunta que por el momento no encuentra respuesta.

Qatar le permitirá a Mauricio Macri degustar otra dimensión del poder. Como presidente de la Fundación FIFA será anfitrión a escala planetaria. Un mes de gloria, lejos de las fatigas de cabotaje. No necesariamente esta experiencia acelere su decisión electoral. Tiempo al tiempo.

Cristina Kirchner tampoco oficializó su candidatura pero ya se planta en modo electoral. Será lo que tenga que ser pero en cualquier caso retiene para sí el lugar de la gran electora. Rodeada de una iconografía nac and pop, con estética mundialista se dejó ovacionar por una militancia enfervorizada. Sumó Maradona, Perón, mucho Perón de regreso, fútbol, y rock and roll.

De la “mano de Dios” al dedo de la “Reina de los Dragones”. La fuerza de la esperanza, fue su consigna.

Ella sintetiza la unidad. Lo suyo es excluyente. Ella es el peronismo. Sin ella hay peronismo pero dividido fracturado, enfrentado, inocuo y neutralizado para cualquier proyecto de cambio.

Cristina inscribe el fallido atentado del que fue objeto en una teoría conspirativa. La quisieron matar para suprimir al peronismo. Se presenta como la reencarnación del peronismo y le da a esta versión un contexto histórico.

El 30 de octubre de 1983 con la llegada de la democracia se sella un acuerdo democrático que consistió en “el fin de la muerte como instrumento político” parafraseando al fiscal Luis Moreno Ocampo. En la versión cristinista de la historia ese pacto se quebró el 1 de septiembre de 2022, cuando Sergio Sabag Montiel le apuntó con un arma.

Estas son las razones por las cuales CFK no se resigna a aceptar que un grupo de marginales haya concebido e intentado un magnicidio. Necesita encontrar a autores intelectuales y financistas que validen su teoría.

La digresión relacionada con la seguridad que incluyó en su discurso puede inscribirse, aunque de manera muy confusa, con el reclamo de que las fuerzas de seguridad se subordinan al poder de las autoridades civiles.

En el pedido de recusación a la jueza María Eugenia Capuchetti, que investiga el fallido atentado le recrimina a la magistrada no investigar lo actuado por la Policía Federal en la custodia y la preservación de las pruebas.

A la denuncia contra Revolución Federal como instigadores, a la familia Caputo como supuestos financistas, al señalamiento de Gerardo Millman en función de un testigo de dudosa credibilidad, se suma ahora el Ministerio de Seguridad de la Nación.

La apelación a que se envien gendarmes al conurbano bonaerense para tareas de seguridad vino acompañada de una recriminación por la presencia de efectivos de las Fuerzas Federales a la Patagonia “nadie sabe bien a qué”.

CFK aludió al operativo del Comando Unificado que desalojó las propiedades usurpadas en Villa Mascardi y el ataque y posterior incendio de un puesto móvil de Gendarmería. Un hecho atribuido a grupos mapuches que se identifican con la RAM Resistencia Ancestral Mapuche.

La respuesta de Anibal Fernandez fue frontal: “Lo que dice no es verdad”. “Las fuerzas las conduce un civil y soy yo”, dijo. También le recordó los kilómetros de fronteras a patrullar en la Patagonia.

Cristina se presenta a sí misma como la reencarnación del peronismo y hace eje en la frase: “Sin Cristina hay peronismo y sin peronismo sigue habiendo Argentina”.

Faltan pocos días para que se conozca la sentencia en la causa Vialidad. Se espera una sentencia condenatoria. La embestida contra la Justicia ofrece también un marco de interpretación y contexto a lo que se pretende demostrar. Al condenarla el “Partido Judicial” pretende suprimir al Peronismo. Todo tiene que ver con todo.

La Justicia también sumó puntos en la cuenta del encono de Cristina por el lado económico. Ahora los jueces también son corresponsables de la inflación. El fallo que frenó la regulación de precios de los servicios de internet y telefonía ponen en la mira a la SCJN.

“No es bueno para la democracia que sean jueces los que deciden sobre la política económica. Están sentados ahí de por vida, como una rémora monárquica. Gente con cargos eternos”, concluyó CFK.

El encuentro en el Estadio Único de La Plata fue multitudinario y a la dirigencia K se sumaron referentes peronistas.

No estuvieron los gobernadores, a excepción de Axel Kicillof. Sin otro liderazgo a la vista, y sin candidatos que midan bien para ocupar la presidencia, CFK se solaza en el operativo clamor. Ella es la fuerza y ella es la esperanza

El que no dejó margen para esperanza alguna esta semana fue el viceministro de Economía. En una presentación ante IAEF dijo todo lo que CFK y los suyos no quiere escuchar.

Gabriel Rubinstein aseguró que será difícil cumplir con las metas del Presupuesto 2023 por las demandas de un año electoral. Dijo también que una salida del cepo o devaluación mal hecha termina en Rodrigazo y que el cumplimiento de la meta fiscal don el FMI va a costar “uno y la mitad del otro”. El hombre no vacila en plantar palabras malditas.

Si bien se dejó trascender que la sinceridad brutal de Rubinsein mereció una inmediata reprimenda de Sergio Massa, quien lo habría llamado enfurecido desde Indonesia, hay quienes creen, que fue porque sí. El ahora funcionario sería el designado para decir las verdades más crudas.

En este caso el durísimo mensaje pareció estar dirigido al frente interno K en general y a CFK en particular. Advierte sobre delicadísimo estado en el que se encuentra la Economía. Quien quiera oir que oiga.

 

 

* Para www.infobae.com

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