Optimismo cauteloso en la city: los analistas ajustan su pronóstico de inflación y moderan la expectativa de devaluación

ECONOMÍA Agencia de Noticias del Interior
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  • La inflación de octubre habría sido del 2,2%, según la mediana del relevamiento.
  • Para 2025, los analistas prevén una inflación del 29,6% y para 2026, del 18,7%.
  • El tipo de cambio oficial cerraría el año en torno a los $1.500.
  • El PBI crecería 3,9% en 2025, sin cambios respecto al sondeo previo.
  • La tasa de interés mayorista bajaría del 35% en 2025 al 20% en 2026.
  • Se proyecta un superávit comercial de más de u$s8.000 millones y un desempleo estable en torno al 7%.

El último relevamiento del Banco Central arrojó señales mixtas sobre la economía argentina. Los principales analistas financieros elevaron su estimación de inflación para octubre, aunque mostraron un leve optimismo respecto del comportamiento de los precios para los próximos meses. En paralelo, mantuvieron sin cambios sus proyecciones de crecimiento del Producto Bruto Interno (PBI) para 2025 y moderaron las expectativas de devaluación del peso, en un contexto político y financiero marcado por la victoria electoral del oficialismo.

El Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM), elaborado entre el 29 y el 31 de octubre, reflejó que la inflación del mes pasado habría sido del 2,2%, lo que implica un incremento de 0,3 puntos porcentuales respecto de la estimación previa. Sin embargo, los consultores y entidades financieras que participaron del sondeo —42 en total— corrigieron a la baja sus proyecciones de inflación acumulada para el año próximo, que se ubicaría en torno al 29,6%, apenas 0,2 puntos menos que en el relevamiento anterior.

Para 2026, el mercado proyecta una inflación del 18,7%, lo que muestra que los analistas continúan anticipando un sendero de desinflación gradual pero sostenido, al menos bajo el actual esquema de política monetaria. El sondeo del BCRA se realizó pocos días después de las elecciones legislativas, en las que el presidente Javier Milei consolidó su poder político con un triunfo que alteró el “clima” económico y financiero.

Ese nuevo escenario político, sumado a una mayor estabilidad cambiaria y al mantenimiento de las bandas de flotación del peso frente al dólar, influyó sobre las expectativas. Los analistas prevén que el tipo de cambio oficial se ubique cerca de los $1.500 hacia fin de año, y proyectan una devaluación más moderada para los próximos trimestres. De acuerdo con el REM, el dólar mayorista subiría un 16,3% en 2026, es decir, por debajo de la inflación esperada para el mismo período, lo que refleja la confianza del mercado en el esquema de bandas y en la política de control gradual del tipo de cambio.

En ese sentido, Milei reiteró esta semana que el régimen cambiario vigente se mantendrá hasta 2027, asegurando que las bandas continuarán ampliándose progresivamente para evitar saltos bruscos en el valor del peso.

En cuanto a la actividad económica, el relevamiento no registró variaciones: los analistas mantuvieron en 3,9% su previsión de crecimiento del PBI para el acumulado de 2025. Si bien en los meses previos se había observado una tendencia descendente —desde un 5% inicial— por la persistente desaceleración de la economía, la estabilidad política y la mejora en las expectativas de inversión parecen haber frenado el deterioro de las proyecciones.

El documento también ofrece una radiografía más amplia del panorama financiero. Las estimaciones privadas indican que la tasa de interés de los plazos fijos mayoristas se ubicaría en torno al 35% anual a fines de este año, con una reducción progresiva hasta el 20% hacia 2026, en línea con el proceso de desinflación previsto. En materia externa, se espera que la Argentina mantenga un superávit comercial superior a los 8.000 millones de dólares tanto en 2025 como en 2026, impulsado por un repunte en las exportaciones energéticas y del sector agroindustrial.

El panorama laboral, por su parte, muestra escasos movimientos: las consultoras proyectan una tasa de desempleo levemente superior al 7%, sin cambios significativos respecto del presente.

En síntesis, el informe del Banco Central refleja un optimismo cauteloso por parte de los agentes del mercado. Si bien las proyecciones inflacionarias para octubre marcaron una leve suba, las expectativas de mediano plazo mejoraron de la mano de un contexto político más previsible y una política económica que, al menos por ahora, conserva el respaldo de los inversores. El desafío del Gobierno será sostener ese equilibrio sin descuidar los indicadores sociales, todavía rezagados frente a la estabilidad que busca consolidar la macroeconomía.

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