
Milei en Bolivia: afinidad política y gestos simbólicos en la asunción de Rodrigo Paz Pereira
POLÍTICA Agencia de Noticias del Interior

- Javier Milei asistió en La Paz a la asunción del nuevo presidente boliviano, Rodrigo Paz Pereira.
- El mandatario argentino le expresó apoyo y empatía, comparando su experiencia con la herencia recibida en la Argentina.
- Paz Pereira denunció una “economía quebrada” y marcó el fin del ciclo político del MAS.
- Milei fue ovacionado en el Congreso boliviano y conversó con el nuevo jefe de Estado durante tres minutos.
- El presidente boliviano destacó su vínculo con Salta y su afición por Independiente.
- Paz Pereira le obsequió a Milei una piedra “La Bolivianita” y un vino de Tarija, en un cierre de tono simbólico y amistoso.
El presidente Javier Milei viajó este sábado a La Paz para participar de la ceremonia de asunción de Rodrigo Paz Pereira, quien juró como nuevo mandatario de Bolivia tras el fin del ciclo del Movimiento al Socialismo (MAS). La presencia del jefe de Estado argentino, acompañado por su hermana Karina Milei y el canciller Pablo Quirno, marcó el inicio de un vínculo que podría tener relevancia política y estratégica en la región, especialmente en un momento en que ambos gobiernos buscan afianzar sus relaciones internacionales y diferenciarse de las gestiones de corte populista que los precedieron.
El encuentro entre ambos mandatarios fue breve pero cargado de gestos simbólicos. En un diálogo distendido tras la ceremonia de jura, Milei le transmitió a Paz Pereira su apoyo y comprensión ante los desafíos que enfrentará al asumir “una situación devastada”. “Yo sé lo que estás recibiendo. Te lo puedo decir por experiencia propia”, comentó el libertario, en alusión a las condiciones en que él mismo asumió el poder en la Argentina luego del gobierno de Alberto Fernández. Paz Pereira, sonriendo, respondió: “Buenos consejos se van a dar. Somos buenos para recibir consejos”.
Durante su discurso inaugural, el nuevo presidente boliviano trazó un diagnóstico crudo de la herencia recibida. “Nos dejan una economía quebrada, con las reservas más bajas en 30 años. Nos dejan inflación, deuda, escasez y un Estado paralizado”, denunció, responsabilizando directamente a Evo Morales y Luis Arce por “la peor crisis de las últimas cuatro décadas”. Con esas palabras, Paz Pereira oficializó el cierre de un extenso ciclo político iniciado en 2006 con la llegada del MAS al poder.
La delegación argentina arribó a La Paz en un avión de la Fuerza Aérea, tras una escala en Santa Cruz de la Sierra procedente de Nueva York, donde Milei había mantenido una agenda con empresarios e inversores. El mandatario fue recibido con aplausos dentro del Congreso boliviano, donde varios legisladores aprovecharon para fotografiarse con él, un gesto poco habitual en ceremonias de este tipo y que reflejó la notoriedad internacional que conserva el presidente argentino.
En los salones de la Asamblea Legislativa Plurinacional, Milei y Paz Pereira compartieron una charla amena de unos tres minutos. El flamante presidente boliviano relató aspectos personales de su vida, como su infancia en Tarija y su vínculo con el norte argentino. “Con mi esposa pasamos varios años nuevos en Salta. Tenemos una gran relación con mucha gente salteña, productores, empresarios. Hay una relación estrecha con la Argentina”, señaló. También se permitió una nota de color al confesar su afición por el Club Atlético Independiente, equipo al que sigue desde joven a pesar de la popularidad de River y Boca en la región fronteriza.
La afinidad entre ambos mandatarios se manifestó no solo en el plano ideológico —ambos comparten una visión liberal del Estado y un discurso de ruptura con las estructuras tradicionales de poder—, sino también en el tono personal de la reunión. Paz Pereira recordó que durante el exilio de su padre, Jaime Paz Zamora —también expresidente de Bolivia—, la familia residió en Buenos Aires, “cerca de la cancha de Boca”, aunque él mismo adoptó al club de Avellaneda como símbolo de identidad.
El intercambio finalizó con un gesto protocolar cargado de simbolismo. Paz Pereira obsequió a Milei un vino de Tarija y un mineral violeta conocido como “La Bolivianita”, al que presentó como una piedra de decisión. “Cuando tenga una decisión difícil, ahí va a estar la piedrita encima”, le dijo. El presidente argentino recibió el regalo con entusiasmo: “Encima es violeta, me encanta. Es el color nuestro”, respondió, en alusión al color distintivo de La Libertad Avanza.
El viaje de Milei a La Paz, además de su carácter institucional, sirvió para consolidar un vínculo inicial entre dos gobiernos que buscan presentarse como herederos del hartazgo social con las viejas élites políticas. Tanto en Buenos Aires como en La Paz, la retórica de “herencia devastada” y la apelación a la eficiencia del Estado marcan una agenda común. Con el gesto hacia Paz Pereira, Milei parece haber encontrado un nuevo aliado regional en su cruzada por reformar las estructuras económicas de América del Sur.





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