Revelaciones históricas: documentos confirman la pertenencia de Perón y Alfonsín a la masonería

POLÍTICA Agencia de Noticias del Interior
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  • La Gran Logia Argentina reveló documentos inéditos que confirman la pertenencia de Raúl Alfonsín y Juan Domingo Perón a la masonería.
  • Perón habría recibido el grado 33, el máximo nivel de la masonería escocista, otorgado por la Gran Logia de Italia en 1958.
  • Alfonsín presentó su solicitud de ingreso y mantuvo vínculos con logias de Chile.
  • La masonería argentina quintuplicó su número de miembros en los últimos años y desde hace 24 años admite mujeres.
  • La institución se define como “discreta, no secreta”, con reuniones internas (“tenidas”) y encuentros abiertos (“tenidas blancas”).
  • Pablo Lázaro destacó la influencia histórica de los masones en la fundación del país y en la creación de instituciones sociales y culturales.

La Gran Logia de Argentina de Libres y Aceptados Masones dio a conocer documentos inéditos que confirman que dos expresidentes argentinos, Raúl Alfonsín y Juan Domingo Perón, formaron parte de la masonería. El anuncio fue realizado por Pablo Lázaro, Gran Maestre de la institución, quien aseguró que estas pruebas forman parte de un proceso de apertura y revisión histórica que la logia impulsa desde hace varios años.

Durante una entrevista pública, Lázaro explicó que la masonería argentina decidió revelar material inédito que incluye la solicitud de ingreso de Alfonsín, presidente entre 1983 y 1989, así como correspondencia que demuestra su vínculo con la Gran Logia de Chile. “Son documentos que nunca se habían mostrado. Teníamos fragmentos dispersos y logramos reunirlos gracias a un trabajo colaborativo entre distintas logias, como si fuera una especie de Wikipedia masónica”, señaló.

En el caso de Juan Domingo Perón, el Gran Maestre presentó una copia de un documento fechado el 27 de abril de 1958, emitido por la Gran Logia de Italia, que le otorgaba el grado 33, el más alto dentro de la masonería escocista. Según Lázaro, Perón habría iniciado su recorrido masónico en la Gran Logia Alpina de Suiza, desde donde posteriormente fue reconocido por sus pares europeos.

Las revelaciones, que se exhibirán en el marco de La Noche de los Museos, se suman a un conjunto de investigaciones destinadas a reconstruir la influencia de la masonería en la historia argentina. Lázaro recordó que “casi toda la Primera Junta, salvo Azcuénaga, eran masones” y mencionó a figuras como José de San Martín, Manuel Belgrano, Domingo Faustino Sarmiento y Bartolomé Mitre como ejemplos de ese legado. “La masonería fue clave en el desarrollo institucional y cultural del país”, sostuvo.

El Gran Maestre también aprovechó la ocasión para explicar el rol actual de la institución. Definió a la masonería como una “organización filosófica, filantrópica, laica y progresista” que reúne a “librepensadores” sin imponer la necesidad de ocupar cargos de poder. Aclaró que cualquier persona mayor de 18 años puede sumarse, siempre que esté dispuesta a “escuchar al que piensa diferente”.

“Durante los últimos años hemos quintuplicado la membresía y desde hace 24 años se aceptan mujeres”, destacó Lázaro, en referencia a un cambio profundo en la tradición masónica, históricamente reservada a los hombres. También explicó que la masonería argentina dejó atrás el secretismo que caracterizó a la institución durante siglos. “Hoy no es secreta, sino discreta. No hacemos propaganda de nuestras actividades, pero tampoco las ocultamos”, remarcó.

Lázaro detalló que las reuniones internas, conocidas como “tenidas”, mantienen un carácter reservado entre los miembros, aunque existen encuentros abiertos al público llamados “tenidas blancas”, donde se promueven debates sobre filosofía, historia y pensamiento político.

En otro tramo de la conversación, el Gran Maestre se refirió a la huella masónica en distintos ámbitos sociales y culturales del país. Como ejemplo, mencionó que el club River Plate fue fundado por masones que incorporaron símbolos propios de la logia, como la banda roja. “Masón significa albañil. El mandil, esa banda que puede verse cruzada, es el símbolo de quien construye. No es que la masonería haya fundado el club, sino que hermanos masones decidieron hacerlo”, explicó.

Las revelaciones sobre Alfonsín y Perón reabren el debate sobre la influencia masónica en la política argentina, un tema que históricamente se movió entre el mito, la sospecha y la fascinación. Para Lázaro, sin embargo, no se trata de un dato oculto sino de una parte esencial de la historia del país. “La masonería no busca el poder, sino el conocimiento. Y el conocimiento siempre debe ser compartido”, concluyó.

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