El Gobierno afina su proyecto de reforma laboral con foco en el blanqueo “a costo cero”

ECONOMÍA Agencia de Noticias del Interior
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  • El Gobierno prepara una reforma laboral para debatir en sesiones extraordinarias.
  • Se descarta poner un tope a las indemnizaciones.
  • Se analiza un blanqueo de trabajadores “a costo cero” para empleadores.
  • El objetivo es fomentar el empleo formal y reducir la litigiosidad.
  • Los costos laborales argentinos son 60% más altos que en Brasil.
  • El proyecto busca combinar incentivos al empleo con sostenibilidad fiscal.

El Ministerio de Capital Humano avanza en la elaboración del proyecto de reforma laboral que el Gobierno planea enviar al Congreso durante las sesiones extraordinarias. En el equipo que coordina la ministra Sandra Pettovello, junto con el secretario de Trabajo, Julio Cordero, un grupo de asesores técnicos trabaja contra reloj para definir los ejes de una iniciativa que busca reactivar el empleo formal y reducir la informalidad, en un mercado donde casi la mitad de los trabajadores se desempeñan sin registrar.

Aunque aún no hay un texto definitivo, fuentes cercanas al ministerio confirmaron que una de las ideas más firmes es implementar un blanqueo de trabajadores “a costo cero” para los empleadores. Esto implicaría que las empresas podrían registrar personal sin afrontar los pagos retroactivos de aportes, contribuciones patronales, multas o intereses. En cambio, quedó completamente descartada la posibilidad de poner un tope a las indemnizaciones, una medida que había generado inquietud en algunos sectores sindicales y empresariales tras circular como rumor días atrás.

El objetivo, aseguran en el entorno de Pettovello, es doble: estimular la creación de empleo formal y reducir la litigiosidad laboral, una de las principales quejas del empresariado. El abogado laboralista Julián de Diego, uno de los asesores externos que colabora con el diseño del proyecto, sostuvo que “el traspaso de trabajadores en negro a blanco tiene que ser gratis, porque de otro modo las pequeñas y medianas empresas no se van a sumar”.

El desafío de reducir el costo laboral

El debate sobre los costos laborales es central en la estrategia del Gobierno. Según cálculos recientes de Techint, los costos de mano de obra en la Argentina son 60% más altos que en Brasil. El grupo comparó los valores que paga por cada hora trabajada en distintos países: en Argentina, la cifra asciende a u$s16,5 por hora hombre, mientras que en México es de u$s12,5, en Brasil de u$s10,3 y en Colombia de u$s4,5.

Estos datos sirven de argumento al equipo económico para sostener que la alta carga impositiva sobre el empleo formal constituye un obstáculo estructural para el desarrollo. En esa línea, el blanqueo laboral “gratuito” aparece como una herramienta para facilitar la incorporación de trabajadores al sistema sin penalizar a los empleadores que regularicen su situación.

Sin embargo, la medida no está exenta de complejidades. Condonar deudas patronales pasadas podría representar un costo fiscal relevante, especialmente si el Estado decide reconocer los años de aportes faltantes para el cálculo jubilatorio. “Un empleado con 20 años en una empresa, si se blanquea, debería tener esos años computados al momento de jubilarse. Si la empresa no paga, ese gasto lo asume el fisco”, advierte un especialista del área laboral.

Antecedentes y lecciones del pasado

La Argentina ya experimentó programas de blanqueo laboral en otras etapas. En los años 90, durante el gobierno de Carlos Menem, el entonces ministro de Economía Domingo Cavallo impulsó reducciones de aportes patronales y medidas de flexibilización laboral. En su propio recuento histórico, Cavallo señaló que la reducción de las cargas ayudó a bajar la tasa de desempleo del 18,5% al 12,5%. Pero esa mejora se dio en un contexto económico y cambiario completamente distinto, marcado por la convertibilidad y el dólar barato.

Los especialistas advierten que repetir esquemas similares podría no tener el mismo efecto hoy, en un escenario de elevada informalidad y menor dinamismo productivo. Aun así, en el Gobierno confían en que una reducción drástica del costo laboral puede reactivar el empleo y ampliar la base contributiva. “No se trata solo de perdonar el pasado, sino de construir un régimen laboral más competitivo para el futuro”, resumió un asesor del ministerio.

Reforma y expectativas

El plan que prepara Capital Humano forma parte de las denominadas “reformas de segunda generación”, que el presidente Javier Milei busca impulsar tras el recambio de gabinete y la victoria legislativa del oficialismo. La idea es presentar el proyecto en diciembre, junto con otras iniciativas económicas y tributarias, en el marco de las sesiones extraordinarias del Congreso.

El desafío será político y económico: lograr consensos en un tema históricamente sensible, sin afectar los derechos laborales ni comprometer las cuentas públicas. En ese equilibrio se jugará buena parte del éxito de la nueva etapa del gobierno libertario.

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