El llaryorismo jugó en elecciones para Magistratura y perdió lista de Tarditti

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El llaryorismo acomoda el cuerpo luego de la derrota electoral del 26 de octubre pero las legislativas nacionales no son las únicas elecciones que le importan. La semana pasada comenzó el proceso de renovación de cargos en los distintos estamentos del Consejo de la Magistratura provincial, y por primera vez hubo internas en el fuero penal para definir qué magistrado ocupará el sillón designado a ellos en el organismo que selecciona los jueces y fiscales de la Justicia de Córdoba. En esta provincia, el gobernador no puede modificar el orden de mérito de los postulantes dispuestos por la Magistratura, como ocurre a nivel nacional. Todo un dato para un oficialismo que quiere hacerse escuchar en una rosca judicial donde fueron potentes delasotistas y schiarettistas.

El 31 de octubre se dio una puja que hay que mirar de cerca y en la cual el oficialismo jugó. Se enfrentaron la lista Azul, con respaldo llaryorista y la cercana presencia del fiscal general Adjunto Héctor David, y la lista Blanca, apoyada por la jueza del Tribunal Superior de Justicia, Aída Tarditti, que tenía entre sus candidatos al fiscal de delitos complejos Enrique Gavier. Ganó la Azul por 72 a 61 votos y la representante del fuero penal en el estamento de los Magistrados en el Consejo será la fiscal de Camara Laura Battistelli, lo que la convierte en la primera fiscal en llegar a ese lugar, habitualmente copado por camaristas. Sabios los Azules, el padrón de fiscales es mucho más amplio.  Battistelli fue como consejera. La acompañaron la jueza de la cámara 7ma del Crimen, Patricia Soria (que juzgó las muertes de los bebés en el Neonata), el juez Enrique Berger, de la cámara 4° en lo Criminal Correccional, Lourdes Quagliatti, fiscal de Instrucción, y el defensor público Anibal Zapata, todos para la sala correctora. 

En la lista Blanca, la cabeza fue la jueza Laura Barale, quien durante años fue relatora de Tarditti, acompañado como se dijo por Gavier. Jugada fuerte, teniendo en cuenta que históricamente el fuero elegía representantes al Consejo en bucólicas asambleas y que en esta oportunidad todos los otros fueros tampoco lo hicieron vía votación secreta y junta electoral.

“Perdió Tarditti”, leyeron los corrillos judiciales y políticos. Y por extensión, el fiscal Adjunto Juan Manuel Delgado, oriundo del schiarettismo. El Uno del MPF jugó con Gavier cuando el adjunto Alejandro Pérez Moreno, uno de los últimos ingresados a la Fiscalía, de la mano del actual esquema oficialista, criticó por el uso supuestamente abusivo de la figura de la asociación ilícita en Córdoba en eliptica mención al instructor de los delitos complejos. La controversia primero escaló: Delgado dijo que Pérez Moreno “no representa la línea del Ministerio Público Fiscal”, pero luego no pasó de un reproche ético. Eso sí, dejó heridas internas en una muy sensible familia judicial.

Otro ganador del viernes fue “Chirola” David, quien llegó a la Justicia con el delasotismo de José Manuel y hoy el llaryorismo lo cuenta como propio.  Fue el ministro de Justicia que más tiempo estuvo en ese cargo en la provincia y que a algunos les resuena como posible vocal del Tribunal Superior de Justicia (TSJ), un comentario que en todo caso que tiene que ver con la eterna versión de la jubilación de Luis Rubio, uno de los más antiguos integrantes del cuerpo. Implacables, los pasillos hablan y dicen que Rubio difícilmente se vaya en breve y menos ahora que acaba de recomponer relaciones, café mediante, con su colega de TSJ Sebastián López Peña.

Si la vacante se da, sería la segunda de la era Llaryora. La primera, con la renuncia de Mercedes Blanc de Arabel, la ocupó con Jessica Valentini, una elección bastante criticada en su momento por la falta de experiencia y el hecho de haber sido funcionaria de la Municipalidad de Córdoba en tiempos de la intendencia del actual gobernador.

La elección general de los miembros del TSJ para los estamentos Jueces y Magistrados y el de los Abogados, donde también va a jugar el gobierno de Llaryora que tiene en Eduardo Bittar, presidente del Colegio, un aliado muy cercano, va a ser el 4 de diciembre, según dispuso la acordada del TSJ. Para esa época, el máximo cuerpo de Justicia de Córdoba va a definir su presidente para el 2026, y todo indica que hay interés en la Justicia y en el poder político en que una mujer reemplace a Luis Angulo, el actual presidente, que viene del schiarettismo. En principio la elegida no será la novel jueza Valentini sino que la puja estará entre la mencionada Tarditti y María Marta Cáceres de Bolatti. En tiempos de Corte Suprema de varones, bien vale un guiño de equidad desde Córdoba. 

CON INFORMACION DE DIARIOALFIL.

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