Mercado en pausa: las empresas buscan pesos en medio de la tensión preelectoral

ECONOMÍA Agencia de Noticias del Interior
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  • Las empresas enfrentan la necesidad de conseguir pesos para pagar sueldos, impuestos y alquileres.
  • La escasez de moneda local se debe a la fuerte dolarización previa a las elecciones.
  • El Tesoro deberá enfrentar vencimientos por $11 billones el 29 de octubre.
  • En la última licitación, el rollover fue de apenas 45,68%.
  • Analistas creen que el resultado electoral definirá si se libera o no liquidez.
  • Un “empate técnico” entre LLA y FP es visto como el escenario más favorable para la estabilidad.

Pase lo que pase este domingo en las elecciones legislativas, el lunes siguiente la economía argentina enfrentará un desafío inmediato y tangible: la necesidad de conseguir pesos. Las empresas deberán pagar sueldos, alquileres, impuestos y vencimientos financieros, en un contexto en el que la moneda local escasea por la fuerte dolarización de carteras que se aceleró en las últimas semanas ante la incertidumbre política y cambiaria.

El fenómeno no es nuevo, pero esta vez se presenta con una particularidad: la falta de liquidez ocurre en un escenario sin déficit fiscal primario, lo que limita la capacidad del Gobierno para emitir moneda y asistir a un mercado que se encuentra virtualmente “seco”. En este marco, los analistas advierten que la próxima semana podría ser clave para medir la reacción del sistema financiero ante el resultado electoral y las decisiones que adopte el equipo económico.

“El lunes a la mañana hay que pagar impuestos, sueldos, alquileres y un montón de compromisos. La pregunta es de dónde salen los pesos para pagar todo esto en una economía que no tiene déficit fiscal”, planteó el economista Fernando Marengo, del Estudio Arriazu. Según explicó, existen dos caminos posibles: que los agentes privados que se dolarizaron durante las últimas semanas decidan vender parte de sus divisas si perciben un resultado electoral favorable al Gobierno, o que el Ministerio de Economía, encabezado por Luis Caputo, libere liquidez a través de una nueva licitación de deuda.

Ese último evento, programado para el miércoles 29 de octubre, será determinante. Ese día vencen cerca de $11 billones, una cifra que el Tesoro aspira a renovar parcialmente, aunque los antecedentes recientes no son alentadores. En la licitación del 15 de octubre, Finanzas apenas logró un rollover del 45,68%, adjudicando $1,75 billones sobre vencimientos por $3,8 billones.

Marengo subrayó que el mercado financiero parece estar anticipando un panorama más complejo de lo que sugieren los sondeos políticos. “Si uno observa la valuación de los activos argentinos, el riesgo país, la dolarización de portafolios y otras variables, da la sensación de que el mercado descuenta un resultado electoral peor del que hablan los analistas”, advirtió.

Iván Cachanosky, economista jefe de la Fundación Libertad y Progreso, coincide en que la licitación del miércoles será una prueba de fuego. “Si el resultado de las elecciones es favorable para el Gobierno, la Secretaría de Finanzas va a tener que liberar pesos. No creo que haya un rollover del 100%, pero tampoco uno tan bajo como el anterior. Algo más intermedio parece razonable”, sostuvo.

El especialista aclaró que un “resultado favorable” no implica necesariamente una victoria de La Libertad Avanza (LLA) sobre Fuerza Patria (FP), sino un escenario en el que el oficialismo logre acercarse al tercio de bancas que le permitiría sostener vetos y mantener poder de negociación parlamentaria.

Sin embargo, existe un dilema: si el Tesoro libera demasiados pesos para inyectar liquidez, podría reactivar la presión dolarizadora si el resultado electoral genera dudas sobre la continuidad del rumbo económico. “El temor de fondo es que, si el mercado interpreta un revés para el Gobierno, la demanda de dólares no se corte y el Banco Central pierda más reservas”, analizan en la City.

En su último informe, la consultora Proficio Investment destacó que las encuestas muestran a LLA apenas dos puntos por encima de FP y aliados, dentro del margen de error de ±2 puntos. Por eso, define como “escenario positivo” un empate técnico, mientras que una derrota por más de cinco puntos sería considerada “negativa” y podría generar tensión inmediata en los mercados financieros.

Así, la semana posterior a las elecciones se perfila como un test de estrés para el Gobierno y el mercado. Entre la necesidad de liquidez, el temor a una nueva corrida y la incertidumbre política, la economía argentina vuelve a moverse al compás de los pesos —o de su ausencia—.

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