Cierre de campaña de Milei: "Un símbolo de la fractura histórica entre dos visiones de país"

OPINIÓN Jorge Levin
hoy

El cierre de campaña de La Libertad Avanza (LLA) encabezado por el presidente Javier Milei en Rosario no solo fue un evento político, sino un símbolo de la fractura histórica entre dos visiones de país. En un contexto donde una multitud se reunió en la emblemática Plaza España, Milei apeló a la memoria colectiva al recordar que ahí se creó la bandera argentina. Este acto no fue casual; es un claro esfuerzo por conectar el presente con un pasado glorioso, buscando nutrir el fervor de su base.


Milei describió a Argentina como un país en un punto de inflexión. Al instar a sus seguidores a “defender todo el camino recorrido”, destaca la difícil tarea de implementar cambios en un entorno donde “la casta” y “el status quo” resisten cualquier intento de transformación. Aquí es donde se manifiesta una de las claves de su retórica: la contraposición constante entre el “pueblo de bien” y las fuerzas que, según él, han mantenido al país en la decadencia. Con el lema de que “les vamos a ganar en las urnas”, Milei trata de infundir esperanza en su electorado, que ya siente la ansiedad de un cambio real.


La autoafirmación en su gestión fue evidente; Milei enumeró logros como la reducción de la inflación y la eliminación de piquetes, convencido de que su gobierno está en la senda correcta. Al prometer que “a partir del domingo va a cambiar en serio la Argentina”, busca no solo entusiasmar, sino consolidar un mandato respaldado por su base. Este enfoque de campaña transforma una elección legislativa en un plebiscito sobre su estilo de gobernabilidad.


Además, el apoyo de figuras como el candidato a diputado nacional por Santa Fe, Agustín Pellegrini, subraya la narrativa de que estamos ante una “elección histórica”. Pellegrini identifica un claro antagonismo entre el modelo kirchnerista, que asocia con el colapso económico y educativo, y el modelo de Milei, que presenta como la solución a los problemas del país. Este dualismo crea un ambiente de polarización que puede ser atractivo para muchos votantes que buscan soluciones rápidas para problemas profundamente arraigados.


El ambiente del evento fue vibrante, una manifestación de fervor y compromiso. La afluencia de simpatizantes, con banderas y cánticos, evidenció una movilización efectiva que parece consolidar a Milei como un líder carismático en tiempos de crisis. Con un discurso que apela a la épica del cambio, Milei plantea su gobierno como la respuesta necesaria a un pasado que muchos consideran un error.


En conclusión, el cierre de campaña en Rosario ha sido mucho más que una simple reunión política; ha sido una reafirmación de un camino ideológico que desafía la heterodoxia del kirchnerismo, proponiendo una visión de futuro que, para muchos argentinos, parece por fin posible. En las urnas del próximo domingo, se definirá si este anhelo de cambio encuentra eco en la voluntad popular o si, por el contrario, las viejas estructuras volverán a prevalecer.

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