Los consejos para incluir la cantidad adecuada de pollo en la dieta diaria

SALUD Y NUTRICIÓNJulia VOSCOJulia VOSCO
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El aumento del consumo de pollo ha sido una tendencia en muchas personas que buscan priorizar la carne blanca y reducir la ingesta de carne roja, siguiendo las recomendaciones de expertos en nutrición. Sin embargo, es crucial entender el lugar que ocupa este alimento en una dieta equilibrada y cómo elegir la opción más saludable.

Según la dietista-nutricionista española María Eugenia Menechey, el pollo puede ser parte de una dieta mediterránea equilibrada si se prioriza su calidad y se opta por métodos de cocción saludables, como la plancha, el guisado, el horno o salteados con aceite de oliva extra virgen (AOVE). Esta experta señala que, en el patrón alimenticio, las verduras, legumbres, frutas, cereales integrales y pescado deben ser la base, y el pollo debe actuar como una fuente proteica complementaria.

Para maximizar los beneficios del pollo, Menechey aconseja seguir tres principios:

Calidad: Optar por piezas frescas y mínimamente procesadas, cocinadas suavemente con AOVE.
Cantidad: Raciones adaptadas, idealmente de 100 a 150 gramos cocinados para un adulto.
Frecuencia: Alternar el pollo con otras fuentes de proteínas, como huevos, pescado y legumbres.
La nutricionista también destaca la importancia de no limitarse a la pechuga, sugiriendo incluir muslos y patas, que son más jugosos y ricos en colágeno, así como utilizar partes como carcasas y alas para hacer caldos nutritivos.

Beneficios nutricionales del pollo

El pollo aporta múltiples ventajas, entre ellas:

  • Proporciona proteína completa, esencial para la masa muscular y la saciedad.
  • Contiene menos grasa saturada que muchas carnes rojas (sin piel).
  • Aporta vitaminas B3 y B6, selenio y fósforo.
  • Su conservación es sencilla.

Menechey advierte que el verdadero riesgo no reside en el consumo de pollo, sino en la monotonía y el abuso de productos ultraprocesados de pollo, como embutidos y nuggets. Un consumo excesivo puede desplazar la ingesta de otros alimentos ricos en proteínas, disminuyendo así la diversidad nutricional.

Asimismo, enfatiza que los pollos criados en intensivo tienden a tener un perfil graso desfavorable, predominando los omega-6. Esto, sin una adecuada compensación con pescado azul o semillas ricas en omega-3, puede contribuir a un estado inflamatorio.

Recomendaciones de consumo

La clave para una alimentación saludable incluye diversidad en las fuentes de proteínas y un equilibrio de grasas. Desde la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN) se sugieren los siguientes patrones de consumo semanal:

Legumbres: 2-4 raciones.
Lácteos: 2-4 raciones diarias.
Carne: 2-4 raciones, priorizando pollo o conejo.
Pescado: al menos 2 raciones, con 1-2 de pescado azul.
Huevos: entre 2-4 por semana.

En resumen, el pollo puede ser un valioso aliado en la dieta, siempre y cuando se elija con calidad, se consuma en cantidades adecuadas y se integre en una alimentación variada y equilibrada.

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