Caputo prepara una reforma tributaria con foco en Ganancias y salarios “dinámicos”

ECONOMÍA Agencia de Noticias del Interior
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  • Modificación del Impuesto a las Ganancias con alivio para la clase media.
  • Incorporación del concepto de “salarios dinámicos” dentro de la reforma laboral.
  • Actualización automática y más deducciones en salud, educación y vivienda.
  • Revisión del trato diferencial entre trabajadores en relación de dependencia y autónomos.
  • Ajuste del piso para jubilados, actualmente en ocho haberes mínimos.
  • Objetivo: simplificar el sistema, reducir impuestos y fomentar inversión y empleo formal.

El ministro de Economía, Luis Caputo, anticipó los principales lineamientos de la próxima reforma tributaria, que incluirá una modificación del Impuesto a las Ganancias y una revisión del esquema salarial vinculado a la reforma laboral. El funcionario aseguró que el nuevo régimen “va a favorecer a todos: Nación, provincias, empresarios y trabajadores”, y prometió un “sistema más simple y con menos impuestos”.

La medida apunta directamente a uno de los tributos más sensibles del sistema argentino: Ganancias. Actualmente, 737.584 personas pagan el impuesto, entre empleados en relación de dependencia (640.837) y jubilados o pensionados (96.747). Los alcanzados son quienes perciben salarios brutos superiores a $2.843.180 —unos $2.360.000 netos—, mientras que el umbral de pobreza se ubica en torno a $1.176.000.

Caputo explicó que la nueva estructura buscará aliviar la carga sobre la clase media asalariada y devolver progresividad al sistema, un reclamo recurrente entre tributaristas y analistas. En esa línea, la reforma se complementará con el concepto de “salarios dinámicos”, impulsado en el marco de la reforma laboral, que permitiría redefinir la negociación salarial colectiva.

Según detalló Daniel Pérez, del estudio Pérez & Fiocco, “el nuevo concepto remite a la posibilidad de establecer una forma convencional diferente, donde los salarios mínimos pasarían a ser techo en lugar de piso”. De esta forma, las empresas tendrían mayor flexibilidad para otorgar aumentos por productividad o desempeño. Sin embargo, advirtió que esta mecánica “incidiría directamente en el Impuesto a las Ganancias, por lo cual habría que adaptar el gravamen a las nuevas pautas salariales”.

Un sistema más equitativo

Los especialistas consultados coinciden en que el desafío será rediseñar la estructura del impuesto para que recupere su carácter progresivo. Francisco Blanco, socio del estudio FABTAX, sostuvo que “la reforma debería ir más allá de una simple actualización de mínimos: hay que avanzar hacia una revisión estructural que respete el principio de capacidad contributiva”.

Blanco propuso tres ejes para un rediseño razonable: una actualización automática y trimestral del mínimo no imponible ajustada por inflación; una ampliación de las deducciones, incorporando rubros como educación, salud privada e intereses hipotecarios; y una mayor progresividad en las escalas, que hoy son demasiado cortas y generan saltos abruptos en la carga fiscal.

En la misma línea, el tributarista Carlos Fernández, de Crowe Argentina, subrayó que “con las deducciones y escalas actuales, sueldos que no manifiestan una gran capacidad contributiva terminan pagando la tasa máxima del 35%”.

Autónomos y jubilados, en foco

El debate incluye también la equiparación de las deducciones especiales para trabajadores autónomos, históricamente postergados frente a los empleados en relación de dependencia. “Los autónomos siempre han sido los olvidados del sistema. Si se plantea una reforma seria, debe contemplar también sus ingresos”, insistió Pérez.

Además, el régimen de retenciones para este grupo será revisado, dado que actualmente implica una carga financiera significativa en cada factura emitida, lo que puede generar saldos a favor difíciles de recuperar.

En el caso de los jubilados, el piso para tributar se calcula según una deducción especial equivalente a ocho haberes mínimos garantizados. Con el haber mínimo en $326.298, la exención alcanza a quienes perciben menos de $2.610.387 mensuales. Pérez precisó que “comparando esa cifra con el haber máximo de $2.195.679, solo un pequeño sector de jubilados queda alcanzado por Ganancias”.

Hacia una estructura más realista

El consenso entre los especialistas es que las deducciones generales del impuesto deben actualizarse para reflejar el costo real de vida. Félix Rolando, de Andersen Argentina, consideró “ridículo” que todavía se permitan deducir solo $20.000 anuales por intereses hipotecarios o menos de $1.000 por gastos de sepelio. También pidió que los inquilinos puedan deducir el 100% del alquiler de vivienda y que los gastos médicos tengan deducción plena.

Caputo confía en que la reforma, que formará parte del paquete integral de medidas económicas que el Gobierno presentará tras las elecciones, marque un punto de inflexión en la relación entre el Estado y los contribuyentes. “Vamos hacia un sistema más simple, moderno y justo”, reiteró el ministro.

Si los plazos se cumplen, los nuevos parámetros de Ganancias comenzarían a regir en la primera mitad de 2026, junto con el esquema laboral que incorporará los llamados “salarios dinámicos”. De esta forma, el Gobierno busca reactivar el mercado formal, reducir la presión impositiva y recuperar parte del poder adquisitivo de los sectores medios, en un contexto de estabilización fiscal y política.

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