El Gobierno lanza un programa para que grandes usuarios reduzcan consumo eléctrico en picos de calor

ECONOMÍA Agencia de Noticias del Interior
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  • El Gobierno lanzó el Programa de Gestión de Demanda de Energía, para que industrias y grandes comercios reduzcan consumo en picos críticos a cambio de remuneración.
  • La medida busca evitar apagones durante olas de calor, cuando a las 15 horas la red llega a su mayor tensión por la combinación de actividad industrial y uso masivo de aires acondicionados.
  • Podrán participar usuarios con potencia mayor a 300 kW y medición horaria, presentando propuestas estacionales de reducción ante el Operador del Mercado Eléctrico Mayorista.
  • Los costos del programa se imputarán como gastos de reserva del MEM y los adherentes recibirán pagos proporcionales a la energía que dejen de consumir.
  • La Secretaría de Energía tomó como referencia experiencias internacionales en EE.UU., Reino Unido y Nueva York, donde esquemas similares mostraron buenos resultados.
  • El plan debutará en el verano 2026; su éxito dependerá de la adhesión empresarial y de la capacidad de verificación, mientras el consumo residencial por aire acondicionado sigue siendo el principal desafío.

El Gobierno nacional puso en marcha un nuevo Programa de Gestión de Demanda de Energía con el objetivo de aliviar la presión sobre la red eléctrica en los momentos de mayor tensión, particularmente durante las olas de calor del verano. La medida, oficializada a través de la resolución 379 de la Secretaría de Energía, apunta a que industrias y grandes comercios disminuyan voluntariamente su consumo en horarios críticos a cambio de una remuneración económica.

El plan se inscribe dentro del esquema de contingencia diseñado desde 2024 bajo la resolución 294, que estableció medidas para garantizar el abastecimiento eléctrico entre 2024 y 2026. Ahora, el Gobierno suma una herramienta específica orientada a reducir la demanda en lugar de aumentar la oferta, replicando experiencias aplicadas en mercados desarrollados como Estados Unidos, Reino Unido o el distrito de Brooklyn-Queens en Nueva York.

La lógica detrás de la iniciativa

En Argentina, los picos de consumo eléctrico suelen concentrarse a las tres de la tarde en los días más calurosos del verano, cuando confluyen la actividad industrial y el masivo uso de aires acondicionados. Según estimaciones oficiales, estos equipos representan hasta un tercio del consumo residencial, convirtiéndose en un factor determinante de la estabilidad de la red.

Con este nuevo programa, las grandes empresas podrán ofrecer al Mercado Eléctrico Mayorista (MEM) reducciones de carga que funcionarán como una “reserva virtual” para estabilizar el sistema. La propuesta tiene un carácter voluntario y se aplicará a los usuarios con potencia máxima superior a 300 kW y medición horaria instalada.

Los interesados deberán presentar ante el Organismo Encargado del Despacho (OED) una propuesta estacional indicando cuánta potencia están dispuestos a reducir. En caso de aceptarse, tendrán la obligación de cumplir con esa disminución cuando la Secretaría de Energía declare una situación crítica.

Costos y compensaciones

La resolución dispone que los costos asociados a este programa se imputen como gastos de reserva del MEM, lo que significa que se incorporarán al esquema general del sistema eléctrico. Para los usuarios participantes, la clave será la compensación económica: recibirán pagos proporcionales a la energía que resignen en los momentos de mayor tensión.

Desde el Gobierno sostienen que este esquema resulta más eficiente que construir nuevas centrales eléctricas que solo funcionarían algunas semanas al año para cubrir picos estacionales. En ese sentido, destacan que el mecanismo busca “aplanar” la curva de consumo, reducir la probabilidad de colapsos y garantizar un servicio más estable, sobre todo en la región metropolitana, donde se concentra la mayor demanda.

Antecedentes y desafíos

La Secretaría de Energía remarcó que este tipo de programas ya funciona con éxito en otros países. En California, por ejemplo, la Administración de Información Energética de EE.UU. reportó reducciones significativas de consumo durante olas de calor mediante incentivos de rendimiento. En el Reino Unido, los programas de eficiencia energética también han mostrado buenos resultados, al igual que la experiencia del BQDM en Nueva York.

Sin embargo, los desafíos para la implementación en Argentina no son menores. El primero pasa por la capacidad de verificación: será necesario contar con mediciones precisas y sistemas que garanticen el cumplimiento de las reducciones comprometidas. El segundo es cultural: muchas industrias deberán decidir si están dispuestas a interrumpir o reducir procesos productivos, aunque sea por unas horas, para aliviar la red.

Por otra parte, aunque la medida esté dirigida a grandes consumidores, el Gobierno admite que el consumo residencial sigue siendo un problema crítico. La expansión del uso de aires acondicionados multiplica la tensión en la red y, si bien el programa actual no los contempla directamente, se prevén campañas de concientización y posibles incentivos para promover un uso más eficiente de estos equipos.

A prueba este verano

Con la resolución ya en vigencia, el programa debutará en la próxima temporada estival, cuando el sistema eléctrico se ponga a prueba frente a las altas temperaturas. Para la Secretaría de Energía, la experiencia marcará un punto de inflexión en la forma de administrar la demanda: en vez de responder con más oferta, se intentará moderar el consumo en los momentos más críticos.

El Gobierno apuesta a que la adhesión de industrias y grandes comercios permita reducir la probabilidad de apagones y dar una señal de modernización del sistema eléctrico. El desafío será convencer a los actores privados de sumarse de manera activa y demostrar que, con incentivos adecuados, la gestión de la demanda puede ser tan efectiva como una nueva central eléctrica.

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