


La reciente victoria del peronismo en las elecciones de la provincia de Buenos Aires no solo es un triunfo local, sino que también abre un abanico de interrogantes que podrían redefinir el futuro político del país en las próximas legislativas de octubre. Cristian Buttie, director de CB Consultora, nos ofrece dos hipótesis contrapuestas que nos invitan a reflexionar sobre el actual clima electoral.
La primera hipótesis: el efecto arrastre del desencanto
El "efecto arrastre" que plantea Buttie sugiere un escenario sombrío para el oficialismo nacional. La idea es que el descontento de un amplio sector de la población puede llevar a la apatía electoral; es decir, aquellos que se sienten frustrados con el gobierno actual podrían optar por quedarse en casa en lugar de hacer frente a las urnas. Este fenómeno podría beneficiar a candidatos de la oposición, como Javier Milei, quienes podrían captar un voto de rechazo, multiplicando así los efectos negativos para el oficialismo. El reciente comportamiento electoral en Buenos Aires refuerza esta teoría: quienes estaban molestos con Milei se movilizaron y votaron, mientras que los desencantados con el gobierno simplemente se ausentaron.
La segunda hipótesis: el voto por miedo al kirchnerismo
Contrapuesta a la primera, la segunda hipótesis de Buttie sugiere que el temor a un regreso del kirchnerismo podría movilizar a votantes apáticos, como ocurrió en las elecciones de 2019. En aquel entonces, el miedo a una victoria contundente de Alberto Fernández llevó a los votantes menos entusiastas de Mauricio Macri a participar con más fuerza en las generales, lo que redujo la brecha en las urnas. Así, el gobierno de Javier Milei podría beneficiarse de un mismo fenómeno si logra avivar ese temor y canalizarlo en votos.
Provincias Unidas: un factor decisivo
Un elemento que no puede pasarse por alto es el surgimiento del bloque Provincias Unidas, que incluye a varios gobernadores opositores. Según Buttie, este bloque podría desviar entre 8 y 10 puntos en las elecciones, potencialmente a expensas del peronismo bonaerense. Si eso es cierto, la consolidación de Provincias Unidas podría crear un nuevo mapa electoral que favorezca en cierta medida al oficialismo nacional, contrarrestando así el efecto del descontento.
Es evidente que tanto la incapacidad del gobierno para conectar con los gobernadores, como la creación de este bloque, deben ser vistas como producto de una "mala praxis política". Si el gobierno hubiera manejado mejor sus relaciones, podría haber evitado la fragmentación que ahora presenta este nuevo desafío.
Kicillof: el gran beneficiado
Por último, no se puede pasar por alto el papel de Axel Kicillof, el actual gobernador bonaerense, quien parece emerger como el gran beneficiario de la elección reciente. Para muchos dentro del peronismo, su perfil se afianza como candidato presidencial para 2027. Su discurso posterior a la victoria indica su deseo de distanciarse de figuras como Cristina Fernández de Kirchner, lo que podría facilitarle alianzas con otros gobernadores menos inclinados a la polarización política.
En este complejo entramado político, las próximas mediciones serán fundamentales para determinar cuál de las hipótesis sobre el comportamiento electoral cobrará fuerza en octubre. El futuro electoral del país está en juego, y los actores deben tener claridad sobre las lecciones que deja el reciente triunfo peronista en Buenos Aires. La capacidad del gobierno para enfrentar estos desafíos será clave para su supervivencia y legitimidad en el panorama político actual.














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